Óscar Wilde afirmaba que “sólo quien carece de fantasía no es capaz de encontrar alguna razón para beber champagne”, mientras Lord Byron, en plena época romántica, pensaba que el colmo de la felicidad estribaba en “ensalada de bogavante, champagne y charla amena”.Un mundo de glamour y magia que debemos al monje ciego Dom Pierre Pérignon (1638- 1715), quien, con sus investigaciones y pruebas puso las primeras piedras para encumbrar aquellos vinos flojos que daban las tierras septentrionales de su abadía –Hautviller-, a los mejores espumosos del mundo.
Los rosados marcan la diferencia
Actualmente los champagnes rosados gozan de gran predicamento pero sin embargo no siempre ha sido así. Durante siglos se consideraron defectuosos y se desecharon, una mala fama que incluso llegó hasta bien entrado el siglo XX, cuando seguían siendo considerados inferiores.Sin embargo, en estos últimos decenios esto cambió: los maestros mezcladores de las grandes ‘maisons’ fueron conscientes de que bien elaborados podían llegar a tener una calidad y un bouquet único.
Estos champagnes cotizan al alza
Dentro del mundo del champagne, los rosados cada vez están más afianzados como un exquisito producto que suma y nunca resta. Su elaboración, para lograr ese tono que lo define, puede ser de diferentes maneras: macerando durante un breve tiempo los hollejos (de uvas tintas como la pinot noir, por ejemplo) en el mosto para que le dé el color que pretende el enólogo y aporte aromas y profundidad. Asimismo, se logran esos tonos rosados añadiéndole un 5- 20% de vino tinto-también de la A.O.C. Champagne- al zumo de la uva o bien por sangrado (maceración de una parte del mosto con los hollejos). Por uno u otro método, el vino experimentará su segunda fermentación en botella.
Mejores maridajes
Vozpópuli ha seleccionado tres champagnes rosados de excelente factura y resultados para elegir sus mejores maridajes. Frescos, expresivos y sumamente elegantes para disfrutar en cualquier ocasión, pero muy adecuados para recibir y festejar el verano a mesa y mantel en ocasiones especiales.
1) Laurent- Perrier Cuvée Rosé Cebra
- B. Laurent Perrier/ A.O.C. Champagne
- PVP recomendado: 92 euros
Una edición limitada aún en el mercado con esta funda rayada, en un guiño al mundo animal que forma parte de una serie, que se puede reutilizar en otras botellas de la ‘maison’. Laurent Perrier fue pionero en rosados y creó esta Cuvée por primera vez en 1968, lo que fue todo un logro y sorprendió al mercado. Estamos ante uno de los escasos champagnes extraídos por maceración con las pieles de la uva (48- 72 horas), lo que le da una marcada vinosidad. Un pinot noir 100% con un delicado color de matices asalmonados, posee una extraordinaria frescura y la acidez perfecta.. En venta en El Club del Gourmet de El Corte Inglés, también online. Maridaje: Es ideal para mariscos, sushi y cocinas exóticas como las del sudeste asiático o la india
2) Bollinger Rosé
- B. Bollinger/ A.O.C Champagne
- PVP recomendado: 63 euros
Una de las grandes ‘maisons’ de Champagne que posee algunas de las viñas más viejas de la demarcación. Pinot Noir (62%), chardonnay (24%) y el resto de pinot meunier. Este rosado se elabora mediante la adición a los mostos base de un 5-6% de vino tinto de calidad, elaborado también en determinadas parcelas de la bodega. Ha madurado en bodega más de dos veces de lo que exige el Consejo Regulador de Champagne, que establece un mínimo de 15 meses. Un rosado con toda la ligereza del mejor champagne, aromas a frutas rojas y recuerdos a especias, pero con una gran estructura. Servirlo entre 8º-10º C. Maridaje: Sería perfecto para un pic- nic veraniego o servirlo antes de una comida con el aperitivo (si hay salmón ahumado y jamón ibérico, mucho mejor).
3) Ruinart Rosé
- B. Ruinart/ A.O.C Champagne
- PVP recomendado: 65 euros
Ruinart fue la primera casa de Champagne, fundada en 1729 por Nicolás Ruinart. Muy destacable que todos sus champagnes se crían en unas antiquísimas cuevas de origen galo- romano ubicadas en Reims. Un rosado elaborado con chardonnay y pinot noir y un 20- 25 de vinos de reserva de los dos años anteriores. Las uvas se recogieron mediante vendimia manual. Nariz sutil y fresca en la que no faltan frutas exóticas (lichi, guayaba). Con buena entrada en boca y delicadísima burbuja, estamos ante un espumoso con nervio, armónico y con cuerpo. Maridaje: Un champagne gastronómico que puede aguantar durante toda una comida, desde los pescados a la carne blanca (aves o ternera) y arroces. El contraste con las anchoas es perfecto.
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