Son muchos los aliados que los indeseados kilos de más tienen en verano. Los cócteles, fieles amigos del engordar estival, son uno de ellos aunque lógicamente no vienen solos. Podemos esgrimir que entran más fácilmente porque estamos más relajados y desinhibidos, o que nos refrescamos con más frecuencia para no deshidratarnos (aunque ya sabes que el alcohol es un deshidratador nato), pero la realidad es que, elijamos el alcohol que elijamos, metemos calorías vacías.
Da igual que hablemos de tequila, vodka, ron, whisky, ginebra, brandy o todo tipo de licores, puesto que, con sus más y sus menos, vamos a estar ingiriendo un producto con ningún valor nutricional y que además es un tóxico, ya sea una copa o sea media docena. Por desgracia, el verano también supone un pistoletazo de salida a que pasemos del gintonic o del combinado tradicional, dejando que los cócteles entren en nuestra vida.
Coloridos, divertidos, con sabores más 'enmascarados' y con más story telling detrás, son muchas las opciones que convierten estos simpáticos tragos en una bomba calórica que a nuestro cuerpo no le hace mucho tilín. Sus nombres los conoces de sobra.
Daiquiri, mojito, caipirinha, piña colada, Negroni, Dry Martini, margarita, Sex on the beach, San Francisco, Bloody Mary... Y eso solo cuando hablamos de los cócteles más habituales e internacionales, cuando no indagamos en coctelería de autor que se sale de estos cánones tradicionales.
Todos tienen así un denominador común lógico: el alcohol, pero no es solo éste el peligroso ingrediente que convierte estos aparentemente inofensivos tragos -en lo que a ganancia de peso se refiere- en chutes calóricos de los que arrepentirnos más adelante, y no hablamos exclusivamente de resaca.
Qué cócteles nos engordan más
Puesto el alcohol en la diana de 'Enemigo Público', hemos de buscar también a sus cómplices en lo que a calorías extra se refiere cuando hablamos de coctelería. Podemos hablar así del azúcar, otro de los 'más buscados' cuando se habla de nutrición y que es un ingrediente clave de cócteles como el mojito, el Old Fashioned o el daiquiri.
Eso no significa que sean solo ellos dos los dinamitadores oficiales de tus bebidas porque, lógicamente, los cócteles suelen llevar muchos más ingredientes. Entre ellos hay que citar a todos aquellos que deriven de la fruta, bien sea un sencillo zumo (ya sabéis que no deja de ser fructosa) o la continua presencia de siropes y jarabes, muchos de ellos industriales, y que son otra de las claves para dar sabor y color a la coctelería moderna.
Si a la ecuación le añadimos refrescos carbonatados y azucarados, como los de naranja, cola, limón, ginger beer, tónica o ginger ale, vamos a descubrir que llueve sobre mojado en lo que a añadir calorías se refiere.
Por estos motivos, vamos a ver quiénes son los reyes de las calorías en la barra y ver también cómo ponerle remedio -sin tener que renunciar por completo a ellos-. Además, si queréis averiguar cuántas hay exactamente en vuestra bebida, podéis aplicar esta sencilla regla matemática.
Mojito
Ron blanco, menta o hierbabuena, mucho hielo, un poquito de lima y sí, generalmente un par de cucharaditas de azúcar. Da igual que sea blanca o morena porque engordan exactamente igual, así que no creas que por apostar por una u otra esquivas calorías. Además, es muy similar a la caipirinha, solo que ésta no lleva hierbabuena y se hace con cachaça.
Hablamos así de un cóctel que, por copa, lleva unos 25 gramos de azúcar total -entre el alcohol y el añadido- (alrededor del 8% diario recomendado), así que mejor abstengámonos de ingerir las 180 calorías que el mojito pone en danza o, en la medida de lo posible, añadamos menos.
Margarita
Puede que la sal nos haga jugar una mala pasada por partida doble en este peligroso cóctel donde el tequila lleva la voz cantante. Hablamos así de 50ml de este destilado mexicano (unas cien calorías), de 20ml de triple seco (como un Cointreau o un Grand Marnier, que son otras cien) y 15ml de zumo de lima.
El resultado es un cóctel que fácilmente supera las 240 calorías y donde pocas opciones hay puristas de rebajarlas, salvo que sustituyamos el triple seco, licores habitualmente hechos con naranja, por zumo de naranja natural. El cóctel no va a ser igual, pero es menos alcohólico y menos calórico, así que es es más sano.
Piña colada
Haciendo caso de la receta oficial de la piña colada de la IBA (International Bartenders Asssociation) hablamos de un cóctel donde hay ron blanco (50ml), crema de coco (30ml) y zumo de piña (50ml), es decir, azúcar por partida triple, que significan alrededor de 245 calorías (el 10% de la ingesta calórica diaria).
En este caso, la opción para limitar la crema de coco de coctelería, que es un sirope muy dulce, es apostar por la clásica crema de coco que vemos en tiendas de alimentación internacional, que se suele utilizar en cocina y que es menos calórica que la crema de coco que se utiliza en coctelería. Obviamente, también será más saludable que utilicemos un zumo de piña casero, licuado por nosotros, que utilizar un zumo envasado.
Negroni
Cuantos más destilados metas en un cóctel, más potencia vamos a añadir a la mezcla. Es lo que ocurre con el Negroni, otro clásico aunque quizá no demasiado veraniego, que incluye 30ml de ginebra, 30ml de Campari y 30ml de vermut rojo.
Así que de golpe, en un trago relativamente corto, estamos ingiriendo unas 200 calorías vacías. Además, las opciones para suavizar el Negroni son pocas, más allá de volver al clásico Americano, el cóctel original que en vez de ginebra, llevaba soda, así que unas cuantas se le pueden quitar.
Long Island Ice tea
Dejarse llevar por la palabra 'tea' en este cóctel es una temeridad porque aquí vamos a encontrar alcohol a puñados, y luego también lleva sirope, y encima lo rematamos con refresco de cola. Vamos, el auténtico 'no go' de los combinados si queremos evitar el azúcar, las calorías y el alcohol.
Vodka, tequila, ron blanco, ginebra y Cointreau (todos en una proporción de 15ml), más 30ml de zumo de limón y 20ml de sirope, todo ello coronado por un chorro de refresco de cola hasta completar. Nos encontramos así un 'pelotazo' que supera las 400 calorías.
La buena noticia es que no es muy frecuente en España, pero si nos atrevemos con él, las opciones más factibles pasan por usar refrescos de cola light, limitar el uso del sirope y añadir más zumo de limón. Con todo y con eso, sigue siendo una bomba.
Daiquiri
Ron, azúcar y zumo de lima. El daiquiri es primo cercano del mojito, aunque es algo menos goloso y por tanto, más recomendable si lo que queremos es evitar azúcares añadidos (en total hablamos de unas 190 calorías). En este caso, la IBA recomienda solo añadir dos cucharaditas de bar de azúcar (apenas ocho gramos). Lo que pasa es que la cantidad de ron suele ser de unos 60ml, por lo que añadimos más alcohol que en el mojito.
La forma de suavizarlo, aparte de reduciendo ese porcentaje, es equilibrar con el zumo de lima el contenido alcohólico, pero puede que nos acabemos bebiendo un cóctel demasiado ácido, ya que en él prima el equilibrio entre las distintas partes.
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