Disfrutar de un buen estado de salud depende de muchos factores. Entre ellos, tener unos hábitos de vida saludables y controlar aquellos aspectos que puedan ocasionar enfermedades y afecciones que alteren nuestro bienestar. Y uno de ellos es, sin duda, el colesterol.
Aunque necesario para el buen funcionamiento de varios órganos, la acumulación de colesterol en los vasos sanguíneos genera daños irreparables.
Según la Fundación Española del Corazón, el colesterol “es una sustancia grasa natural presente en todas las células del cuerpo humano necesaria para el normal funcionamiento del organismo. La mayor parte se produce en el hígado, aunque también se obtiene a través de algunos alimentos”.
Tal y como se ha popularizado, existen dos tipos de colesterol, el comúnmente llamado ‘bueno’, que ayuda a destruir el exceso, y el ‘malo’, que se deposita en las arterias pudiendo reducir el flujo sanguíneo y obligando al corazón a trabajar con mayor esfuerzo.
Desde hace años, el aumento de personas con los niveles altos de colesterol, principal factor de riesgo para desarrollar enfermedades cardiovasculares, ha alertado a especialistas e instituciones que insisten en la importancia de controlar (y reducir) esos valores.
Según los datos del estudio ENRICA, el 50,5 por ciento de la población adulta española tiene hipercolesterolemia, es decir, niveles por encima de los 2000mg/dl. Además, el 46,4 por ciento de quienes tienen alto el colesterol, lo desconoce. Algo que ya apuntó la Organización Mundial de la Salud asegurando además que la mayoría no está recibiendo el tratamiento que necesita para reducirlo.
La hipercolesterolemia es considerada una enfermedad silenciosa, la cual no se manifiesta con unos síntomas claros. Sin embargo, conocer algunas señales que envía nuestro cuerpo podría ser determinante a para su detección.
Los síntomas que podrían indican que tienes el colesterol alto
Es necesario para el organismo tener unos niveles adecuados de colesterol. Estos son por debajo de los 200 mg/dl. A partir de este valor, ya se considera hipercolesterolemia. Aunque la manera más fiable de detectar si se tiene el colesterol alto es a través de un análisis de sangre, existen algunas señales que pueden ponernos en alerta.
- Inflamación de las extremidades: la hinchazón o el adormecimiento de alguna de las extremidades es uno de los primeros síntomas que pueden indicar que se tiene el colesterol alto. Esto se produce por dificultades en la circulación, disminuyendo el paso del oxígeno y los nutrientes hacia los músculos.
- Dolor de cabeza: la acumulación de colesterol en las arterias puede provocar una mala oxigenación celular que ocasione dolores persistentes de cabeza, mareos e incluso pérdida de equilibrio.
- Mal aliento y sensación de tener la boca seca: el colesterol es segregado en gran parte por el hígado, por lo que una acumulación excesiva dificulta la digestión, provocando malos olores en la boca y sequedad.
- Dolor en el pecho: aunque esta señal puede estar relacionada con numerosas afecciones, y es motivo de consulta inmediata con un médico, muchos de los casos pueden tener que ver con los efectos del colesterol alto.
- Dificultad en el tránsito intestinal: al afectar al hígado, la hipercolesterolemia puede alterar el ritmo intestinal ocasionado estreñimiento.
- Indigestión o sensación de pesadez estomacal: el exceso de colesterol también afecta al sistema digestivo, por lo que es habitual sentir pesadez o malas digestiones, sobre todo si se consumen alimentos grasos.
- Intolerancias alimenticias: algunos estudios relacionan el exceso de colesterol en el hígado con el desarrollo de alguna nueva intolerancia alimenticia.
- Problemas visuales: otro de los síntomas comunes en casos de hipercolesterolemia es la visión borrosa, la irritación en los ojos e incluso la aparición de manchas amarillas en los párpados.
- Urticarias: según los expertos, las dificultades a la hora de eliminar el exceso de colesterol de la sangre puede ocasionar granitos, manchas rojizas o sensación de picor en la piel.
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