Diastema es el hueco que puede haber entre dos dientes. Es un rasgo que se aprecia de manera habitual en los incisivos superiores centrales, a los que comúnmente llamamos ‘paletas’. No obstante, este hueco puede estar presente entre cualquier par de dientes o muelas. Seguro que te has fijado en la dentadura de famosos como Madonna o Arnold Schwarzenegger y otros que lo han corregido como Patricia Conde y ahora lucen una dentadura perfectamente alineada.
“En algunos casos de espaciamiento dental pueden estar relacionados con problemas de salud y no solo con un tema estético”, nos explican los expertos de Impress. “Por eso, aunque veamos a nuestros referentes mostrarlo como un elemento más de moda o un alcanzable a conseguir, es importante corregir esta malformación dental para evitar problemas futuros”.
Pero, ¿qué es el diastema? Es fácil, se trata de la separación o hueco que se produce entre los dientes. Ojo, que el diastema no debe confundirse con un hueco debido a la falta de una pieza dental. Aunque puede producirse en cualquier diente, suele asociarse a las paletas, es decir, a la separación de los dientes incisivos superiores. En los dientes normales y sanos las piezas dentales están alineadas y unidas. Pero esto no siempre sucede y algunas personas tienen el famoso diastema.
Esta situación puede aparecer en los dientes de leche de los niños y en un principio no tiene que ser preocupante, aunque siempre es recomendable visitar al dentista para que lo confirme. En algunas ocasiones, hay hábitos que tienen lugar durante la infancia, como chuparse el dedo pulgar o usar el chupete pasados los tres años, también pueden causar la separación de los dientes. Algo parecido puede ocurrir cuando el niño posiciona la lengua de forma incorrecta o empuja los dientes con la lengua y ejercen una presión excesiva sobre los dientes que pueden abrir espacios entre ellos.
Pero habitualmente, los diastemas en niños suelen ser un signo positivo de que los dientes que van a nacer de manera definitiva tendrán el hueco suficiente como para colocarse en la posición correcta, porque obviamente, los dientes permanentes que saldrán después de la caída de los de leche serán más grandes y ocuparán más espacio en la boca.
Causas del diastema
Genética, herencia familiar o malos hábitos... son muchos los factores:
Dientes pequeños. Los dientes demasiado pequeños no pueden ocupar todo el espacio disponible en la mandíbula. Es por ello que se produce un espacio entre ellos. Si algún miembro de tu familia tiene los dientes pequeños, es probable que tú también los tengas y que tus hijos, si los tienes o tendrás, tengan el mismo problema cuando crezcan.
Mandíbula más grande que los dientes. Esta suele ser la causa más común del diastema. La desproporción entre el tamaño del hueso maxilar y el de los dientes también puede causar diastema dental. En este caso, como en el anterior, los espacios no están localizados y el problema afecta a toda la dentición en general. En cualquier caso, hay demasiada cantidad de hueso para los dientes. Y, como resultado, las piezas dentales están separadas.
Dientes separados por frenillo sobredesarrollado. Todos tenemos dos frenillos labiales, uno inferior y otro superior. El frenillo labial es una membrana que conecta el labio con la encía, en la parte inferior y superior de la boca. Los dientes separados pueden producirse cuando tenemos un frenillo demasiado grande.
Malos hábitos. Chuparse el dedo o presionar constantemente la lengua contra los dientes puede afectar a los dientes que acaban separándose. Muchos adultos optan por corregir la separación de dientes por razones estéticas, pero también porque sienten incomodidad a la hora de comer, ya que los alimentos se quedan entre los dientes con mayor facilidad. El diastema en adultos favorece la acumulación de placa bacteriana que puede desembocar en caries y otros problemas más graves.
Diastema: ¿un problema de salud?
Ahora que ya sabes las causas, también debes saber que no todos los casos de diastema son un problema de salud, pero cuando lo son, es importante tratarlo lo antes posible. Y es que el diastema puede provocar un desequilibrio en la mandíbula y en la fuerza ejercida sobre los dientes.
Este desequilibrio desencadenaría con el paso del tiempo en un desgaste del esmalte, de las encías y de la estructura ósea, así como una mala posición de los dientes. También puede causar molestias a la hora de comer. Es necesario mantener una excelente higiene oral y utilizar hilo dental después de cada comida, ya que los restos de alimentos favorecen la aparición de placa y caries, y también causan mal aliento.
Tratamientos para corregirlo
Si tienes diastema y quieres corregirlo, lo más recomendable es que lleves a cabo un tratamiento de ortodoncia. Pero no sufras, no hace falta que te pongas brackets que te hagan doler o lastimen. Y es que hoy en día es posible corregir los dientes separados gracias a los alineadores transparentes (hazlo siempre con un dentista profesional), que pueden tratar de manera eficiente y discreta el diastema. Este tipo de ortodoncia es invisible, por lo que nadie podrá decir que llevas aparatos para corregir tus dientes separados.
Además de la ortodoncia, se pueden poner carillas dentales estéticas, muy útiles sobre todo si se da en los dientes frontales. Se hacen de forma personalizada y se colocan sobre los dientes por lo que ocultan por completo el espacio que pueda haber. Si hay pérdida de alguna pieza dental se puede recurrir a los implantes con los que la boca quedará restaurada y el paciente tendrá toda la funcionalidad necesaria para una vida habitual.
También existe un tratamiento llamado frenectomía. Cuando la separación entre las piezas dentales está provocada por un frenillo labial demasiado grueso, se recurre a esta práctica. Es una intervención quirúrgica sencilla y se lleva a cabo con anestesia local en la clínica dental.
Recuerda, entonces, que el diastema no es una moda y puede desencadenar en un problema para tu salud. Por lo que si tienes los dientes separados, acude a tu dentista para que te haga un tratamiento a medida y te ayude a resolverlo.
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