Según los expertos, dormir bien es casi tan importante para nuestra salud como tener una buena alimentación o practicar ejercicio físico de manera habitual. Sin embargo, los datos confirman que no tenemos una correcta higiene del sueño. Así lo confirma la Organización Mundial de la Salud (OMS) que señala que cerca del 40 por ciento de la población mundial sufre insomnio, el trastorno del sueño más común.
Unos datos que no mejoran en nuestro país, pues tal y como apuntan desde la Sociedad Española de Neurología (SEN), más de 12 millones de españoles duermen mal. Unos datos preocupantes, sobre todo teniendo en cuenta que la mayoría no solicita ayuda o atención médica para solucionarlo. Algo que puede acarrear serios problemas.
¿Cuántas horas hay que dormir cada día?
Aunque hay que tener en cuenta las condiciones individuales, desde Sanitas recogen las recomendaciones de la Fundación Nacional del Sueño de Estados Unidos sobre las horas que se deben dormir en función de la edad.
Así, sin contar a recién nacidos y bebés, cuyo tiempo de sueño se encuentra entre las 14 y 17 horas diarias para el primer grupo, o entre las 12 y 15 horas del segundo, los niños pequeños no deberían dormir menos de nueve horas (entre 15 y 16 para los de uno y dos años; y entre 10 y 13 horas para los menores de cinco años). A partir de los 6 años, y hasta los 13, recomiendan dormir entre nueve y once horas, y entre ocho horas y media y diez para los adolescentes de entre 14 y 17.
A partir de los 18, y hasta los 64 años, el tiempo recomendable de sueño está entre las siete y las nueve horas, mientras que a partir de los 65 años, lo más saludable es que el sueño ocupe entre siete y ocho horas.
Las graves consecuencias para la salud de dormir poco
Tal y como comentábamos, dormir bien es más importante de lo que creemos. Y es que, aunque la falta de sueño puede ocasionar muchas molestias a corto plazo como cansancio, falta de concentración y memoria, mal humor e incluso irritabilidad, son las consecuencias a largo plazo las que preocupan a los expertos.
- Problemas cerebrales: tal y como desvelan diferentes estudios, dormir pocas horas durante varios días consecutivos puede matar las células del cerebro. Además, estar sin dormir afecta a nuestro cerebro impidiendo que nos proteja de enfermedades como el Alzhéimer o la demencia.
- Presión arterial: según afirman los expertos, no dormir las horas necesarias puede provocar un pronunciado aumento de la presión arterial. Además, en casos de personas con hipertensión, la falta de sueño puede empeorar notablemente la situación.
- Aumento de peso: varios estudios señalan que las personas que tienen problemas para dormir tienen más probabilidades de sufrir obesidad. Así, según desvela un estudio de la Universidad de Stanford, el Índice de Masa Corporal es hasta un 3,6 por ciento mayor de media en aquellas personas que de media duermen menos de cinco horas. También hay que tener en cuenta que la falta de sueño altera las hormonas del apetito, haciendo que este sea mayor.
- Disminución del deseo sexual: el sueño, la falta de energía y la irritabilidad que suelen acompañar a la falta de sueño pueden afectar al deseo sexual disminuyendo la libido y las ganas de encontrar momentos para el placer.
- Riesgo de sufrir infecciones: dormir ayuda al sistema inmunológico en diferentes procesos, por lo que no dormir las horas necesarias impedirá que este pueda combatir infecciones, poniendo en riesgo el organismo.
- Aumento de los síntomas de ansiedad y depresión: dormir bien ayuda a restaurar las funciones del organismo y a mejorar los niveles de energía, ayudando a mantener un buen estado de ánimo. La falta de sueño, y lo que ello conlleva, consigue el efecto contrario. Tal y como apuntan los expertos, el insomnio o los problemas crónicos para dormir pueden provocar cuadros de ansiedad y depresión.
- Diabetes: según desvela un estudio de la Escuela de Medicina dela Universidad de Yale, dormir de media menos de seis horas al día aumenta hasta en el doble las posibilidades de sufrir diabetes.
- Mayor riesgo de sufrir un ataque al corazón: como comentábamos, dormir poco y mal puede producir un aumento de la presión arterial, que juega un papel principal en las enfermedades cardiacas. Además, según un estudio de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología en Trondheim, aquellas personas que tuvieron problemas para conciliar el sueño casi a diario tenían un 45 por ciento más de posibilidades de sufrir un infarto.
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