El aeroyoga une el yoga con movimientos de gimnasia acrobática y se ha convertido en uno de los deportes de la temporada. El otoño es una época de transformación, en la que la vuelta a la rutina y a nuestro día a día hace que nuestro sistema nervioso tienda a desequilibrarse. Por eso, cambiar ciertos hábitos e incluir nuevas actividades relajantes y deportivas a nuestro horario es esencial para encontrar calma. Como ya sabemos, el yoga es una de las actividades más recomendadas, ya que su práctica nos ayuda a equilibrar cuerpo y mente al mismo tiempo, gracias a que regula la ansiedad y relaja los músculos.
Pero gracias al aeroyoga, esta disciplina nos ofrece nuevas posibilidades para la práctica deportiva. Se practica en un columpio formado por telas en suspensión que permiten ejercitar posturas clásicas de yoga, en este caso, suspendidos en el aire. “Practicar deporte al aire libre tiene beneficios físicos y psicológicos. Es por ello que la práctica de aeroyoga motiva el crecimiento personal al mismo tiempo que fomenta la definición muscular y aumenta la resistencia”, nos explica Katia Muñoz Olmo, 'wealthy expert' del hotel Royal Hideaway Sancti Petri, uno de los alojamientos que ofrece esta disciplina a sus huéspedes.
“No obstante, se debe tener en cuenta que en las primeras prácticas de aeroyoga, servirán para nutrir las articulaciones, drenar el cuerpo y obtener una gran relajación”, añade Muñoz Olmo. También conocido como yoga aéreo o como antigravity yoga, los ejercicios de la danza y de pilates también se incluyen en esta disciplina en la que los movimientos acrobáticos suponen además un reto físico y mental, ya que requieren de una gran concentración para llevarlos a cabo de manera correcta.
Beneficios del aeroyoga
Para aquellos que buscan una disciplina que les ayude a ponerse en forma, el aeroyoga se presenta como una variante más física con respecto al método clásico, debido a que permite llevar a cabo posiciones que en el suelo serían inviables o imposibles de realizar. Una de las ventajas es que lo puede practicar cualquier persona (si tienes algún problema de salud, siempre consulta antes a tu médico) y no hace falta ser un experto en yoga para hacerlo. Eso sí, siempre debemos ir a un centro especializado con un profesional que nos enseñe la técnica para evitar lesiones.
Entre los muchos beneficios del aeroyoga destacan los siguientes:
- Ayuda a quemar calorías (con una suspensión de 50 minutos se queman unas 320 calorías) y a trabajar el abdomen, ya que requiere mantener el equilibrio en todo momento. Nuestro core debe estar fuerte para soportar cualquier rutina que llevamos a cabo en el día a día y con esta disciplina se fortalece una barbaridad.
- Se trabaja la musculatura sin forzar la postura. Al realizar las acrobacias y gracias al equilibrio que hay que ir adquiriendo y mejorando se fortalece toda la musculatura de nuestro cuerpo, pero, sobre todo, se trabajan los abdominales. Una de las bondades es que no se fuerzan las posturas sino que con la técnica van saliendo de manera natural y sin forzar la columna. Por supuesto, hay que empezar poco a poco, no pretendas hacer todas las posturas el primer día.
- Ayuda a eliminar el dolor de espalda, estirando la columna y descomprimiendo las vértebras y sin forzar. La técnica es fundamental para evitar posibles lesiones indeseadas.
- Tiene efecto de drenaje linfático. Mejora la circulación al estar con las piernas elevadas y en continuo movimiento, algo que favorece también la eliminación paulatina de la celulitis.
- Tonifica los músculos y contribuye a definir la silueta, mientras que el cuerpo gana flexibilidad. Los brazos también se hacen más fuertes ya que te ayudarán a ir cambiando de postura y a aguantar en algunas el peso de todo el cuerpo. Las articulaciones también se fortalecen, algo esencial para evitar caídas o dolores en un futuro.
- Reduce el estrés gracias a que libera tensiones y conduce a un estado de relajación que nos ayuda a conciliar el sueño. Como necesita que estemos concentrados al máximo en cada uno de los movimientos, eso hará que olvidemos por unos minutos los problemas diarios y salgamos renovados y con nuestra mente mucho más clara y relajada. Igual que sucede con el yoga tradicional, el cuerpo y la mente se equilibran. A esto le puedes añadir un ratito de meditación o mindfulness para decir adiós a la ansiedad y el estrés.
- La capacidad creativa y la claridad mental también se ven beneficiadas con esta disciplina. Cuando prestamos atención a algo y ponemos el foco en mejorarlo, nos hace estar más alerta y aumenta además nuestra capacidad para concentrarnos.
- La respiración es clave en el aeroyoga, ya que debes ir acompasándola con los movimientos que vayas realizando. Eso te hará sentir mejor también después de la clase, ya que te ayudará a estar más relajado.
- Te retarás a ti mismo. No hay nada mejor que retarse a uno mismo. Querrás ir mejorando en los movimientos y te divertirás intentándolo. Esto te ayudará además a controlar mejor tu cuerpo y tus emociones, a conocer cuáles son tus límites o a descubrir fronteras que quizá no te habías atrevido a cruzar hasta entonces.
Así es una clase de aeroyoga
Como decíamos, esta disciplina requiere técnica a la hora de poner en práctica cada postura o asana, por lo que debemos empezar desde cero para ir aprendiendo paso a paso cómo hacer cada movimiento. Desde el principio se pierde levemente el contacto con el suelo subiéndonos al columpio para que el cuerpo se vaya acostumbrando a mover las articulaciones y a relajarse sin pisar el suelo. Tras un primer calentamiento, la clase prosigue con unos 45 minutos de ejercicios que van poco a poco subiendo en intensidad.
Con mayor experiencia se perderá totalmente ese contacto pero nunca se está demasiado arriba. Es ahí cuando se empieza a trabajar con mayor intensidad la musculatura y se trabaja además la relajación mental. La dificultad irá aumentando a medida que vayamos mejorando la técnica por lo que no hay que tener prisa.
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