El tiempo pasa de manera inevitable. Envejecer de manera saludable se ha convertido en el objetivo de aquellos que cumplen años dispuestos a vivir con energía y la mejor calidad de vida posible. Una tarea nada difícil si realiza con constancia. Así lo asegura Mika Takishima, creadora del método Takimika, que desvela las claves para mantenerse en forma de manera sencilla y a cualquier edad.
A sus 92 años, Mika Takishima es la entrenadora personal más longeva de Japón y toda una leyenda dentro y fuera de su país. Y eso que no comenzó a practicar ejercicio físico hasta los 65 años cuando, dispuesta a adelgazar unos kilos, empezó a hacer deporte. A través de sus vídeos, unos de los más populares en YouTube, confiesa que aunque su objetivo inicial era perder peso, pronto se aficionó al ejercicio consiguiendo un resultado admirable.
Así, creó el método Takimika, un sistema de ejercicios sencillos, aptos para todas las edades y para practicar en cualquier momento y cualquier lugar, sin necesidad de ningún tipo de material o equipo.
Para compartir sus ejercicios, Mika Takishima pone su propio ejemplo: “El método se basa en mi propia experiencia sin haber realizado ejercicio antes. Lo pueden practicar tanto niños de nueve años como personas de mi edad”, señala la entrenadora en su libro ‘El método Takimika’, convertido ya en un test seller en Japón.
Los beneficios del método Takimika
Tras años practicando deporte, fue a los 87 años cuando Mika Takishima decidió compartir su sistema de entrenamiento. Convertida en una reconocida entrenadora personal en Japón, su método Takimika ha dado la vuelta al mundo, consiguiendo incluso el reconocimiento de la Universidad de Harvard.
Y es que, según aseguran, el método Takimika tiene numerosos beneficios tanto para la salud física como para la mental de las personas que lo practican. Así, ayuda a retrasar el envejecimiento muscular. Tal y como apunta la experta, el pico de fuerza humana es a los 20 años, edad a partir de la cual la fuerza empieza a disminuir un uno por ciento cada año.
Además, hacer estos ejercicios ayuda a aumentar la energía y la vitalidad. Y es que el ejercicio ayuda a liberar endorfinas, unas sustancias químicas que mejoran el ánimo y el bienestar. Algo que sumado a la mejora del aspecto físico, aumenta la confianza en uno mismo.
Tal y como confirman los expertos, y señala Takishima, el ejercicio físico fortalecer el sistema inmunológico, protege el corazón, mejora la salud de los huesos y reduce el estrés. Unos factores que ayudan a prevenir el desarrollo de enfermedades asociadas al envejecimiento.
Los cuatro ejercicios básicos del método Takimika
Perfecto para realizar a cualquier edad, Mika Takishima señala la importancia de mantenerse activo en todas las etapas de la vida. Eso sí, con el paso de los años, la práctica deportiva es muy importante para conseguir un envejecimiento lleno de energía, evitando así el desarrollo de enfermedades y problemas de salud.
“La masa muscular tiende a disminuir con la edad, pero incluso en la tercera edad podemos hacer que aumente si entrenamos la masa muscular” señala Takishima, que además asegura que muchos de los problemas y dolores que aparecen con la edad, pueden evitarse con los entrenamientos adecuados.
Para ello, desvela los cuatro ejercicios básicos para fortalecer los músculos:
-Sentadilla en equilibrio: este ejercicio es perfecto para trabajar el equilibrio y fortalecer las piernas. Para realizarlo, hay que separar las piernas y bajar las caderas hasta que las rodillas formen un ángulo de 90 grados. Una vez conseguida la postura y con la espalda recta, hay que levantar una de las piernas, manteniendo la postura unos segundos antes de regresar a la postura inicial. Después, se repite con la otra pierna
-La libélula: está enfocado a fortalecer la espalda y los brazos. Hay que abrir las piernas al ancho de los hombros y doblar el tronco hacia delante hasta que esté paralelo al suelo. Manteniendo la espalda recta y contrayendo el abdomen, se extienden los brazos hacia abajo y se van subiendo hacia los lados, como si fueran las alas de una libélula, hasta que queden en línea con los hombros.
-Reverencia: en posición de cuadrupedia, con las rodillas y las manos apoyadas en el suelo separadas a mayor distancia que la anchura de los hombros, dobla los codos en un ángulo de 90 grados y baja lentamente la parte superior del cuerpo hasta que la cara casi toque el suelo. Mantén esa postura durante unos segundos antes de estirar los codos levantando poco a poco el cuerpo hasta volver a la postura inicial.
-Rodillas al pecho: este ejercicio tiene como objetivo ejercitar los abdominales. Para realizarlo, túmbate boca arriba con los pies apoyados en el suelo y las rodillas flexionadas. Coloca las manos debajo de los glúteos y la cabeza levantada en todo momento con cuidado de no dañarte las cervicales. A continuación, lleva poco a poco las rodillas hacia el pecho y mantén la postura durante unos segundos. Baja los pies hacia el suelo sin que llegue a tocarlo y mantén esta postura.
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