El surf es un deporte que poco a poco ha ido colándose en las vacaciones de muchos españoles. Practicar surf significa disfrutar de la naturaleza, del mar y de la soledad, pero también es una buena manera de pasarlo bien con un grupo si eres principiante y necesitas un curso para empezar a coger olas. Deslizarse sobre las olas es una sensación única que nos hace sentir libres y poderosos, algo que ayuda a muchas personas a liberarse en momentos de estrés.
Según la Federación Española de Surf, cada año llegan a España entre 200.000 y 500.000 visitantes que vienen a practicar surf a nuestras playas. Una cifra que cada año va en aumento. De acuerdo con el estudio 'Surf-Economics', llevado a cabo por la Universidad de Oxford, las áreas que desarrollan el surf como atractivo turístico crecen entre un 15 y un 35 por ciento más que aquellas que no tienen este aliciente. Se estima que en el mundo, 35 millones de personas lo practican en más de 160 países y cada año más de un millón se inicia en esta disciplina. El continente americano estaría en cabeza con 13,5 millones de surferos.
El crecimiento del surf entre los jóvenes españoles es un testimonio del poder curativo del mar y de los deportes al aire libre. Mientras cabalgan las olas, estos jóvenes no solo están practicando un deporte emocionante y mejorando su salud física, sino también cultivando su salud mental, aprendiendo valiosas habilidades para la vida y formando parte de una comunidad que los apoya y entiende. No es solo un deporte, es un estilo de vida, una forma de entender el mundo y, para muchos jóvenes, una terapia en sí misma.
Con el surf, quien lo practica siente la fuerza del agua debajo de él, su corazón late al ritmo de las olas. Todo lo demás desaparece. No hay exámenes, no hay redes sociales, no hay presiones ni expectativas. Solo él, su tabla y la ola. Esa es la magia del surf, un deporte que está ganando popularidad en las costas españolas entre los jóvenes que buscan un respiro, una forma de liberar el estrés y reconectar con ellos mismos.
El surf, como cualquier deporte, requiere habilidad física y resistencia, pero también es una disciplina que demanda un alto grado de concentración mental y conexión emocional con el entorno. Al enfrentarse a las olas, los jóvenes surfistas se ven obligados a enfrentar sus miedos, a aprender a caer y levantarse, y a descubrir el poder de la concentración y la presencia mental.
A través de la experiencia del equipo de SeaHack, una empresa especializada en los deportes acuáticos, nos adentramos en el fenómeno creciente del surf entre los jóvenes y exploramos cómo este deporte está forjando un impacto significativo en su salud mental. “A través de su práctica, el surf se convierte en un espacio para la autoexploración, la superación personal y la desconexión de las presiones cotidianas”, nos explican los expertos.
El surf y la salud mental
En este contexto, cinco aspectos claves sobresalen para entender cómo el surf está apoyando la salud mental de los jóvenes:
- Manejo del estrés y la ansiedad. El contacto con la naturaleza, el sonido de las olas y la concentración requerida para poder surfear tienen un efecto calmante que ayuda a disipar el estrés y la ansiedad. Durante el tiempo que estés en el agua no pensarás en otra cosa y solo estarás pensando en la próxima ola que va a llegar.
- Desarrollo de la resiliencia. El mar es impredecible y desafiante, la naturaleza en estado puro es siempre sorprendente… igual que la vida. Aprender a enfrentarse a olas difíciles y a levantarse después de caer puede enseñar valiosas lecciones de resiliencia y más a los más jóvenes.
- Autoestima y confianza. Dominar una ola puede ser un desafío, pero cuando se logra, el impulso a la autoestima y la confianza en uno mismo es inmenso. La sensación de superación personal y logro que se experimenta puede ser un antídoto poderoso contra el miedo y la inseguridad.
- Mindfulness y concentración. El surf requiere un alto nivel de concentración y presencia mental para poder lograr mantenerte sobre la tabla el mayor tiempo posible. Esta práctica involuntaria de mindfulness puede ayudar a los jóvenes a mantener la concentración y a vivir el momento, alejándolos de las preocupaciones y el estrés que puedan tener en su día a día.
- Conexión social. El surf fomenta un sentido de comunidad. En la playa, los jóvenes pueden interactuar con otros surfistas, compartir experiencias y construir lazos. Hay grupos que se unen de todos los niveles por lo que será fácil entablar relaciones con otras personas que tienen tus mismos intereses. Este sentido de pertenencia puede tener un impacto positivo en su salud mental y emocional.
Beneficios físicos del surf
Practicar deporte es bueno para la salud, eso es una máxima que recomiendan todos los médicos del mundo. El surf tiene algunos alicientes además de los beneficios físicos, como disfrutar del mar, del aire libre, de atardeceres o amaneceres increíbles y de sentir que estás solo frente a la naturaleza con tu tabla. Pero es verdad que también tiene muchos beneficios para nuestra salud.
Más fuerte y menos lesiones. El surf es un deporte que puede practicar cualquier persona a cualquier edad. Es habitual ver niños aprendiendo desde muy pequeños y también adultos que llevan años practicándolo y no pueden dejar de hacerlo. Es un ejercicio físico poco lesivo y fortalece la musculatura y las articulaciones. En cuanto a la fuerza, la práctica habitual lleva a fortalecer músculos como los pectorales, los abdominales, hombros y piernas. Todo tu cuerpo notará sus beneficios.
Como en cualquier deporte, es clave conocer la técnica para disfrutarlo al máximo. Apúntate a algún curso para aprender y poco a poco irás consiguiendo subirte a la tabla y mantenerte en pie. Ayuda a mejorar la movilidad y la coordinación y también la flexibilidad y el equilibrio. También es bueno para mejorar la resistencia aeróbica, para fortalecer el sistema inmunológico y en una sesión de surf intensa y de larga duración se pueden llegar a quemar 1.500 calorías por lo que también puede ayudar a adelgazar.
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