El yoga es una de las disciplinas que nos ayudan a relajar nuestro cuerpo pero también nuestra mente. En estos tiempos en lo que todo va demasiado rápido, es necesario de vez en cuando parar y desconectar y por ello, las diferentes asanas que unen además técnicas de respiración son ideales para volver a encontrarnos a nosotros mismos y afrontar los retos diarios con mayor serenidad.
Existen multitud de tipos de yoga que puedes poner en práctica ya sea en un estudio, con un profesor particular o a través de clases online, algo que ha proliferado desde la pandemia. El yoga nos ayuda a trabajar la flexibilidad, la coordinación, la fuerza y el equilibrio, pero también nos hace más fácil la difícil tarea de dejar nuestra mente libre de problemas y estrés al menos durante unos minutos de clase.
Además, en todos los tipos deberían incluirse diferentes técnicas de respiración o pranayama, relajación, incluso meditación. La mayor parte de los diferentes tipos incluye las mismas asanas pero varían la dinámica. Existen más de una veintena de estilos de yoga físicos, casi todos variantes del hatha yoga tradicional. La lista es larga y hay algunos estilos más conocidos (como el tradicional Hatha Yoga), otros más exigentes (como el Rocket Yoga) o los que son con movimientos más fluidos como el Vinyasa, así que vamos a proponerte algunos que son tendencia y que ya puedes empezar a poner en práctica este año.
¿Qué tipo de yoga elijo?
No es fácil elegir uno porque ya decimos que hay más de 20 tipos, pero debes tener en cuenta qué objetivos buscas. Así, puedes elegir entre yoga espiritual, que se practica a partir de unos conceptos de la filosofía del yoga, de lectura de textos sagrados, de la meditación o de cantos de mantras; dinámico, que involucra más al cuerpo y los músculos a través de las posturas; y pasivo o de la relajación.
Yoga para todos los gustos
- Hatha Yoga. Es el yoga tradicional y por el que la mayoría de los que se inician en el yoga suelen empezar. Son las conocidas asanas que ayudan a unir mente, cuerpo y espíritu. Es ideal si quieres empezar esta disciplina.
- Vinyasa Flow. Es para fluir y por eso también se le conoce como flow yoga. Es un estilo cuya principal característica es que sus movimientos son muy fluidos y van al compás de la respiración. Se trata de secuencias sincronizadas de posturas y la inhalación y exhalación a través de vinyasas que actúan como transición entre las asanas.
- Ashtanga Yoga. Su fundador fue Pattabhi Jois y dicen que la mejor forma de practicarlo es a través de clases de yoga no guiadas que cada uno lleva a cabo por su cuenta mientras el profesor va añadiendo asanas una vez se domina la anterior. Es uno de los más exigentes y rigurosos y se conoce como el de los ocho pasos. Son seis series completas de vinyasas que unen movimiento y respiración y “su objetivo es controlar las actividades de la mente”, según explica la influencer y profesora de yoga Lucía Liencres.
- Sup Yoga. Es uno de los estilos más actuales e innovadores. Se trata de practicarlo sobre una tabla de SUP (stand up paddle o paddle surf) y en plena naturaleza. Se enfoca en el trabajo de todo el cuerpo y en la mejora del equilibrio, la concentración y la flexibilidad.
- Power Yoga. Es el más potente, ya que sus asanas son más dinámicas y enérgicas y eso se controla también a través de la respiración. El objetivo principal es controlar la mente mientras se fortalece el cuerpo (y los músculos) al mismo tiempo. Sus movimientos más intensos hacen que sea considerado como el yoga fit.
- Jivamukti yoga. Fue creado por los neoyorquinos Sharon Gannon y David Life y es una variante del Ashtanga Yoga. Se caracteriza por tener un componente espiritual muy marcado y desarrolla además la relación de la filosofía del yoga con la vida cotidiana, a través de la lectura de textos, cantos de mantras y la música. Es difícil para los principiantes, por lo que es mejor probarlos cuando ya controlamos otros estilos.
- Rocket Yoga. Es uno de los estilos más dinámicos y consta de tres series de posturas modificadas del tradicional ashtanga vinyasa yoga. Es ideal para los más activos, ya que puede ser muy enérgico y variado. Entre sus beneficios se encuentran que mejora la flexibilidad, renueva la vitalidad del cuerpo, mejora el sistema cardiovascular, la concentración y aumenta la creatividad.
- Bikram Yoga. Seguro que has oído hablar de él en los últimos años, ya que se ha puesto muy de moda. Se caracteriza porque se practica en una sala a una temperatura de entre 40 y 42 grados y con una humedad del 40 por ciento. “En una clase se trabajan hasta 26 posturas que provienen del Hatha Yoga y dos técnicas de respiración”, explica la famosa yogui en su blog.
Es muy exigente debido al calor al que se practica por lo que es fundamental estar preparado antes de la práctica. Sus beneficios: perfecto para adelgazar y eliminar todas las toxinas que haya en tu organismo.
- Yin yoga. Es un estilo pasivo del Hatha Yoga, compuesto por posturas que se mantienen de manera relajada de tres a cinco minutos. Es una práctica que trabaja los niveles más profundos del cuerpo/corazón/mente. Es un tipo de yoga pasivo, pero eso no significa que sea sencillo, ya que mantener una postura durante cinco minutos requiere práctica y un nivel de concentración y relajación muy elevados.
- Yoga en pareja. No es un estilo en sí mismo pero es una práctica que cada vez se lleva más. Se trata de practicar diferentes asanas con tu pareja o con un amigo, algo ideal para conoceros mejor y estrechar lazos y vínculos emocionales. Además, aumenta la confianza en el otro al ir practicando las asanas juntos, la concentración y la coordinación. Una práctica perfecta para uniros más y conseguir superar diferentes retos los dos juntos.
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