Cada día, a las 10:30 de la mañana, comienza la jornada laboral de las 76 mujeres que conviven en la Asociación para la Promoción y Atención a la Persona (APADEMA). Gracias al proyecto "Nuestro trabajo es más fácil empaquetando", las usuarias de este centro ocupacional trabajan con perseverancia y motivación en las tareas que les competen, demostrando que sus discapacidades intelectuales no son ningún impedimento a la hora de trabajar.
Su tarea consiste en seleccionar con esmero y empaquetar cuidadosamente los productos más novedosos y gourmet del mercado en las cajas sorpresa que distribuye una empresa a sus suscriptores mensuales. Una empresa que, desde el principio, apostó por el trabajo de manipulado eficiente de las usuarias de esta asociación.
Margarita es la más mayor de todas y una de la más veteranas en esta labor, puesto que lleva más de ocho años desempeñando esta profesión. Su tesón y dedicación queda reflejadas en sus palabras: "Montamos cajas y cuando está armadas las llenamos de productos. Los que más me gustan son los de belleza. Aquí soy muy feliz porque todas mis compañeras me quieren mucho". Margarita tiene 73 años y no piensa ni por asomo jubilarse. Su trabajo y el de sus compañeras tan solo es una de labores de la lista de las tareas que desempeñan a lo largo día. No hay oficio que se les resista, tocan labores de jardinería, cerámica, confección, decoración e inclusive aquellas referentes al ámbito de la comunicación y nuevas tecnologías.
Este amplio programa de actividades tiene como objetivo conseguir la mejora de sus capacidades y contribuir a su desarrollo integral. Ana García Portillo, preparadora laboral del centro y responsable del proyecto, las acompaña en este viaje desde hace seis años. Su misión consiste en "formarlas para que puedan encontrar un trabajo fuera, porque el objetivo final de este proyecto es que sean autónomas".
La superación de estas mujeres es ilimitada. Cada mes, Correos recoge, a pesar de la falta del personal y las pocas manos de los voluntarios que colaboran con esta asociación, alrededor de 1.800 cajas embaladas por las mujeres de APADEMA.
Una historia de superación, esperanza y voluntad
Este año, “Nuestro trabajo es más fácil empaquetando” se ha convertido en uno de los 37 proyectos beneficiarios de la Convocatoria Anual de Ayudas a Proyectos de Acción Social de la Fundación Mutua Madrileña y, desde entonces, su coordinadora asegura que “gracias a la subvención proporcionada por Fundación Mutua hemos podido contratar a Juan Miguel y a Pedro, cuya ayuda está siendo muy bien recibida.”
Gracias a la ayuda de la fundación, estas mujeres no solo han fortalecido su equipo de trabajo, sino también han conseguido grandes compañeros. La labor de Juan Miguel Furió y Pedro Souto se ha convertido en una pieza clave de este puzle, según asegura Ana "se han adaptado perfectamente y el clima que se respira es de total armonía, ellas les adoran". Este sentimiento es mutuo, puesto que Juan Miguel asegura haber encontrado a "personas maravillosas, que tienen más energía que yo, que me ayudan en todo y no se quejan de nada".
Margarita, Susana, María Cristina, Isabel, Mercedes o Alba son algunas de las mujeres que representan esta historia. Una historia de superación, esperanza y voluntad que desafía cualquier materia laboral que haya que abordar. Una historia que demuestra que los límites se alojan solamente en el imaginario.
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