Aunque aseguran que es a partir de los 60 años cuando se tiene una vida más plena y feliz, también es a esa edad cuando comienza a notarse el deterioro de la salud, según los expertos. Y es que, aunque inevitable, el envejecimiento es algo que preocupa mucho a la población, sobre todo por las consecuencias que conlleva. Con el paso de los años, son muchos los cambios que sufre el cuerpo, incluido un deterioro que afecta a todos los órganos del cuerpo, incluidos los ojos.
Aunque cada persona es diferente, en términos generales, la mayoría de las personas comienza a experimentar cambios y problemas en la visión a partir de los 40 años. Es entonces cuando nuestros ojos sufren un deterioro que, con los años, puede derivar en enfermedades que, aunque forman parte del proceso de envejecimiento, no tienen por qué condicionar la vida.
Tal y como señalan los expertos, a mayor edad, mayores son los riesgos de sufrir problemas en los ojos relacionados con el envejecimiento. Así, recomiendan realizarse revisiones periódicas con un especialista, o acudir en caso de notar algún tipo de problema, con el fin de detectar enfermedades en sus etapas más tempranas, evitando así una pérdida de visión.
Las enfermedades de los ojos más frecuentes relacionadas con el envejecimiento
Como decíamos, con el paso de los años, nuestro sistema visual va perdiendo capacidades y es más probable contraer algunas enfermedades. Para poder tomar las medidas preventivas necesarias, es importante conocer cuáles son esos problemas que pueden afectar a nuestros ojos y los riesgos asociados.
Aunque son muchas las enfermedades de los ojos que pueden aparecer relacionadas con el envejecimiento, las más frecuentes son:
-Cataratas: tal y como apuntan desde la Clínica Universidad de Navarra, “la catarata es la opacidad del cristalino, un tejido transparente interno del ojo que tiene forma de lente y que sirve para enfocar de lejos y de cerca”. Con el paso de los años, el cristalino pierde parte de su eficacia, por lo que las cataratas producen pérdida de visión, “y contribuyen la principal causa de ceguera curable”.
-Degeneración macular: se trata de una enfermedad ocular que ocurre cuando el envejecimiento daña la mácula, la parte de la retina del ojo que controla la visión nítida frontal. La degeneración macular relacionada con la edad (AMD, por sus siglas en inglés) es una enfermedad común, y una de las principales causas de pérdida de visión entre los adultos mayores. Su desarrollo depende de las personas, siendo más rápido en unas que otras, y aunque no causa ceguera total, puede dificultar la visión de las caras, leer, conducir o sencillas tareas que requieran visión de cerca.
-Glaucoma: es una enfermedad que daña el nervio óptico del ojo que avanza de manera progresiva y que puede pasar inadvertida e incluso sin síntomas en estadios iniciales, y que puede llegar a producir una ceguera irreversible. De hecho, según apuntan desde Quirónsalud, “se estima que hay un millón de personas en España con esta patología, pero el 50 por ciento no es consciente de ello”. Según apunta la doctora Marta Pazos, especialista en Oftalmología del Centro Médico Teknon, esta enfermedad “se caracteriza por una presión ocular más elevada de la que la estructura del nervio óptico puede soportar normalmente debida a una falta de drenaje del humor acuoso. Este hecho provoca un deterioro en las fibras del nervio” que afecta a la visión periférica.
-Presbicia: también conocida como ‘vista cansada’, se trata de un defecto refractivo que se debe a la pérdida de elasticidad del cristalino, la lente natural del ojo que permite enfocar a diferentes distancias. Esta enfermedad provoca dificultad para ver con nitidez, y comienza a manifestarse a partir de los 40-50 años.
-Ojo seco: según los expertos, esta enfermedad crónica afecta aproximadamente al 11 por ciento de la población en España. Aunque puede ser provocada por diferentes factores, uno de ellos es el envejecimiento natural. Ocurre cuando los ojos no producen suficientes lágrimas para mantener los ojos húmedos, aunque también cuando las lágrimas no hacen su función.
-Retinopatía diabética: se trata de una afección del ojo que puede causar pérdida de visión y ceguera en personas con diabetes, enfermedad cuya prevalencia aumenta considerablemente con la edad, que se produce por elevados nivel de azúcar en sangre que, con los años, puede producir alteraciones en los vasos sanguíneos de la retina que originan daño en el tejido ocular. Tal y como señalan desde la Clínica Universidad de Navarra, “dichas alteraciones vasculares dificultan el aporte de oxígeno a la retina, en la cual se producen microaneurismas, hemorragias, así como fuga de lípidos y proteínas desde el inferior de los capilares dañados”.
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