Si estás tratando de adelgazar, tienes que vigilar casi más cuándo comes que el qué o el cuánto. Las horas de las ingestas son claves a la hora de perder peso, pues no es lo mismo meterle al cuerpo mil calorías por la mañana que hacerlo por la noche. Según va avanzando la jornada, tu metabolismo se va ralentizando, haciendo que quemes menos y que, en consecuencia, tengas más posibilidades de convertir las calorías de más en reservas (grasa).
Por ello, a la hora de perder peso, es fundamental cuidar las cenas. A continuación te decimos los siete errores que sueles cometer con las últimas comidas del día y que te impiden adelgazar:
1) Cenas demasiado tarde
Has de vigilar lo que comes, sobre todo, a partir de las 19 horas. Una merienda y cena ligera es todo lo que necesitas para perder unos gramos sin esforzarte demasiado y sin apenas darte cuenta.
Para que te hagas una idea, tu última ingesta deberías hacerla a las 7 de la tarde. Sí, es un poco pronto, pero si quieres perder peso es lo que hay.
2) Tomas demasiadas proteínas
Ojo, las proteínas son buenas para adelgazar, siempre que no te pases. Si tu objetivo es crear músculo y quemar grasa, debes dejar de hincharte a proteínas por la noche. Es mejor que estén presentes en la comida y la merienda –horas en las que, por lo general, realizas más actividad física– que en tus cenas.
"Aunque tus músculos no van va a sufrir demasiado si las tomas antes de acostarte, lo notarás en tus niveles de energía y en el grosor de tu cintura", explica la nutricionista Rania Batayneh en 'Women's Health'.
Es decir, es mucho mejor tomar un filete de pollo o pescado, acompañado de verduras, que tres o cuatro filetes.
3) El postre
Llegas a casa cansado y llevas todo el día comiendo 'light'. Y, claro, está ahí esa copa de chocolate tan apetitosa y crees que te la mereces como premio. Pues no: estarías echando por tierra todo el esfuerzo del día por apenas 10 minutos de placer.
Si eres de los que no puede pasar sin dulce, opta por una infusión o una onza de chocolate negro.
4) Demasiados hidratos simples
Hay alimentos que son sanos pero que no son buenos para la figura. Y entre ellos destacan los hidratos de carbono simples, los cuales aumentan el nivel de glucosa en la sangre, haciendo que tu cuerpo secrete insulina y, por lo tanto, evitando que los ácidos grasos salgan de las células grasas. Vamos, que engordas.
En general, y sobre todo en las cenas, nada de pan, pasta, arroz blanco, cereales, patatas o maíz.
Los carbohidratos que sí puedes consumir, por su bajo índice glucémico, son las legumbres, arroz integral, avena y, sobre todo, verduras.
5) Cenar demasiado
De nada sirve que te estés cuidado todo el día si llega la noche y te das un festín. Si eres de tener mucho hambre por la noche, lo suyo sería que merendases a media tarde, para llegar así con menos gana a la cena. Recuerda que todo lo que ingieras por la noche será determinante para tu plan de adelgazamiento.
6) Cenar con la televisión
Cenar mientras ves la televisión o estás con el móvil te llevará a comer más y peor. Cuando no estás prestando atención a lo que consumes, es menos probable que te sientas saciado. Numerosos estudios han demostrado que las personas que comen mientras están distraídas tienden a ser menos conscientes de cuánto ingieren durante ese tiempo, lo que lleva a pasarse y a tener hambre al poco tiempo.
7) Cenar con estrés o ansiedad
Este es uno de los mayores problemas a la hora de perder peso. El estrés y la ansiedad pueden quitarnos el apetito o abrírnoslo. A los que le ocurre lo segundo, lo pasan francamente mal durante la cena, pues llegan a casa hastiados de toda la jornada y 'necesitan' comer (normalmente cosas poco sanas) para sentirse menos mal.
Si este es tu problema, te recomendamos que antes de sentarte a la mesa te calmes. Date un paseo, haz ejercicio, bebe agua... Nunca te sientes a cenar con ansiedad elevada, pues acabarás devorando la comida sana en segundos e irás a por la 'prohibida'.
Debes resistirte y no darte caprichos en la cena, pues si no lo logras controlar acabará en atracón y podrías incluso desarrollar un trastorno alimenticio. Si crees que tienes problemas de ansiedad relacionados con la comida, obviamente, has de ir al médico.
Y esto es todo, lector. ¡Ánimo!
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