Publicado: 01/07/2024 07:50
Actualizado: 01/07/2024 07:50
Tal y como informa la Sociedad Española de Diabetes, España es el segundo país con mayor prevalencia de la enfermedad en Europa. La enfermedad, que consiste en tener altos niveles de azúcar en sangre, con el tiempo conduce a daños graves en el corazón, los vasos sanguíneos, los ojos, los riñones y los nervios.
Para combatir la diabetes son muchas las precauciones a tomar y los detalles a tener en cuenta. Entender el ejercicio y la actividad física como un hábito diario es una de las claves, además de cuidar la dieta es esencial en todo este proceso y conocer las mejores bebidas y refrescos para mantener la glucosa a raya.
¿Qué bebidas ayudan a bajar el azúcar en sangre?
Para tomar un refresco no es necesario acudir a mezclas con demasiado azúcar -como ocurre en la mayor parte de las bebidas más comerciales-. Hay buenas opciones para las personas diabéticas.
- El imprescindible: agua. La bebida no contiene azúcar y es la mejor opción para conseguir una buena hidratación. De hecho, no estar bien hidratado puede provocar el aumento de los niveles de glucosa.
- Té verde. Investigaciones no concluyentes indican que seis tazas de esta infusión al día pueden prevenir la diabetes tipo 2 -siempre sin añadir edulcorantes, claro-. Además, reduce el colesterol y la presión arterial.
- Zumo de tomate o vegetal. La mezcla de apio, pepino u hojas verdes con frutos rojos puede ser una buena combinación para aportar distintas vitaminas y minerales sin un extra de azúcar.
- Leche baja en grasa. De dos o tres vasos diarios bastan para obtener beneficios: vitaminas y minerales, en esencia. Es recomendable optar por leches descremadas, sin azúcar y bajas en grasa.
- Café. Algunos estudios afirman que dos o tres tazas de café al día reducen el riesgo de sufrir diabetes tipo 2. Además, siempre se debe evitar añadir crema, leche o azúcar.
Hay otros trucos para controlar los niveles de azúcar en sangre. Medir la ingesta de carbohidratos, aumentar el consumo de alimentos ricos en fibra y hacer ejercicio de forma regular son algunos de ellos. Todo esto ayuda a mantener un peso saludable, algo muy importante también en el tratamiento de la enfermedad. Además, controlar los niveles de estrés y cuidar las horas de sueño y descanso son otros factores que ayudan en el proceso.