Tras unos días tratando temas de alimentación, pareja y sexualidad en Bienestar, una de las mejores secciones de Vozpópuli, hoy te vamos a hablar de salud mental.
Seguro que has notado que los últimos meses estás más apático, cansado, ansioso... Vamos, en pocas palabras, que estás que no te aguantas ni a ti mismo ni a los demás. A este desasosiego se suman otros factores, como el miedo por la covid-19 y por la situación económica que vendrá.
Si es así, no eres el único. De hecho, las autoridades sanitarias comenzaran a hablar de la segunda ola de la pandemia. Y la fatiga emocional por la situación empieza a ser otra epidemia: según las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), afecta ya al 60 % de la población europea.
La "fatiga pandémica", una nueva epidemia: cómo combatirla
¿Cómo afrontar esta realidad sin que pase factura a nuestra salud mental? Richard Horton, médico y editor de The Lancet, planteaba hace unas semanas en un artículo que para poder superar la pandemia habría que entenderla como una sindemia, es decir, "una tormenta perfecta en la que lo sanitario y lo social, con dinámicas vinculadas a la desigualdad y la vulnerabilidad, se entrecruzan y construyen una situación especialmente compleja", señala Israel Rodríguez Giralt, investigador principal del grupo Care and Preparedness in the Network Society (CareNet) de la Universidad Abierta de Cataluña (UOC).
Desde esta perspectiva, no solo tendremos que atender a lo estrictamente sanitario, sino también poner en marcha estrategias sociales para poder convivir con esta nueva realidad que no sabemos cuándo terminará. Además, desde la psicología se aconsejan algunas estrategias individuales y psicosociales que, sumadas a las políticas sociales, pueden ayudar a combatir la fatiga emocional.
Estas son las principales:
1) Afrontar el hecho de que la pandemia no es un paréntesis
"Nos estamos equivocando pensando constantemente en la pandemia como una emergencia, porque tiene temporalidades que van más allá de la emergencia, del peligro del colapso sanitario", explica Israel Rodríguez Giralt, que señala que el SARS-CoV-2, además de matar a gente o colapsar el sistema sanitario, provoca efectos más a largo plazo en muchas de las personas contagiadas. Por ejemplo, secuelas y síntomas persistentes, crisis de salud mental o problemas de desconfianza en las autoridades.
"No todas las situaciones de desastre se dan en un momento acelerado y disruptivo; algunos desastres operan en una temporalidad mucho más larga y sinuosa, y esta pandemia se parece mucho a un desastre lento en ese sentido", afirma.
De ahí que la primera estrategia individual que debemos poner en marcha es "hacernos cargo de que no era un paréntesis, y de aquí que la nostalgia, si alguien confiaba en ella, resulte estéril, al igual que la espera pasiva. Nadie vendrá a salvarnos, ni con su carisma ni con sus invenciones tecnológicas. Y, además, lo perdido ya es irrecuperable como tal», señala José Ramón Ubieto, psicoanalista, quien añade que, en contra de lo que pueda parecer, este enfoque no es negativo, ya que nos permite hacer nuevos planes ajustados a las posibilidades, "pero más orientados a la resonancia que a producir y rendir sin obstáculos".
2) Recuperar el control
Como explica Ubieto, precisamente por haber afrontado la pandemia como algo con fecha inminente de caducidad, la mayoría aplazamos algunos proyectos (estudios, viajes, encuentros, celebraciones, negocios...), "pensando que más adelante volveríamos a pulsar la tecla y recuperaríamos el control. Lo cierto es que esa pantalla de la "pausa" ya pasó y ahora se trata de recuperar el control con otras perspectivas, no de continuidad, sino de cierta ruptura con lo anterior", señala. De ahí que resulte positivo aceptar que hay ya algo irrecuperable.
3) Mantener los vínculos
En toda situación de incertidumbre, dar prioridad a lo esencial nos ayuda a mantener cierta estabilidad emocional. Por eso es buena idea mantener los vínculos, porque de los lazos obtenemos una orientación y un apoyo, ya sea de forma telemática o presencial.
4) No hagas nada de vez en cuando
Todas las presiones a las que nos vemos sometidos en una situación como la actual parecen robar espacio a todo aquello que no sea trabajo o cuidado de la familia. Sin embargo, "es clave incluir un tiempo para lo improductivo, con amigos, con la familia o en solitario", señala José Ramón Ubieto, que afirma que lo inútil es el resorte del juego infantil, eso que divierte, enseña, mata el tiempo y, aunque aparentemente no sirve de nada, produce placer.
5) Comienza una terapia
Si ves que nada de esto te ayuda y que la situación se te está yendo de las manos, no estaría de más que te pusieras en manos de un profesional de la salud mental, pues ellos tienen técnicas y métodos adecuados para poder ayudarte en lo que estás pasando. Uno de los psicoanalistas mejor valorados de España es el Dr. Sergio Oliveros Calvo, y quien escribe da fe de ello.
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