El protector solar se convierte en algo fundamental cuando llega el verano, pero dentro del gran abanico de productos enfocados al cuidado de nuestra piel, hay ciertas características que conviene conocer para seleccionar el producto que mejor se adapte a nuestras necesidades.
El protector solar es un producto dermocosmético que tiene como objetivo disminuir la absorción de la piel de los rayos UVA y UVB del sol, evitando daños inmediatos como las quemaduras solares, pero también previniendo otras patologías a largo plazo, como manchas cutáneas, arrugas, fotoenvejecimiento prematuro o incluso, en los casos más graves, la aparición de cáncer de piel. A la hora de elegir un protector u otro debemos tener en cuenta, entre otras cosas, si cuenta con filtros físicos o químicos. Te contamos cómo puedes diferenciarlos.
Filtro físico del protector solar
También conocido como filtro mineral, el filtro solar físico es un bloqueador que forma una barrera física que refleja los rayos UV lejos de la piel. “Sus máximos exponentes son activos minerales como el óxido de zinc o el dióxido de titanio. Los dermatólogos lo recomiendan en el caso de que tengas la piel sensible o propensa al acné, precisamente porque al quedarse en la superficie no penetran en la piel, evitando cualquier tipo de irritación u obstrucción de poros”, nos explica Esperanza Sáenz, responsable de imagen de la firma sevillana Nezeni Cosmetics.
Además, el óxido de zinc es tan calmante, que es el ingrediente principal de las cremas para bebés. También son los dos únicos filtros que pueden formar parte de un cosmético ecológico, ya que los filtros químicos están estrictamente prohibidos en los productos con certificación ecológica. Los filtros físicos han evolucionado mucho desde sus predecesores calcáreos, blancos y difíciles de extender. Ahora hay muchas opciones minerales que son fáciles de aplicar y dejan un aspecto estupendo.
Dentro de los filtros físicos están los nano, cuando el compuesto se ha dividido en partículas con un tamaño menor a los 100 nanómetros, o sea, un millar de átomos. La presencia de nanomateriales está creciendo en cosmética, con ventajas como una mayor estabilidad, efectos duraderos y una mejor absorción de los ingredientes a través de la piel. Su uso más común es como filtros UV en productos de protección solar.
Filtro químico
En cuánto a los filtros solares químicos, son aquellos que utilizan ingredientes activos para absorber los rayos de sol, convertirlos en calor, y ese calor liberarlo a través de la piel. Por tanto, su forma de bloquear los rayos UV es diferente a los físicos, aunque igual de eficaz. Estos filtros creados sintéticamente tienden a ser más ligeros y transparentes, además de ser más populares por la sensación que dejan. En ocasiones, los filtros químicos de un protector solar son criticados por irritar la piel sensible o hacerla propensa al acné, además de por su facilidad para penetrar en los ojos.
Diferencias entre filtros
La primera diferencia entre filtros físicos y químicos de un protector solar está en que los protectores solares minerales/físicos se asientan sobre la piel y bloquean los rayos en la superficie utilizando ingredientes como el óxido de zinc y el dióxido de titanio, mientras que los químicos absorben los rayos como una esponja utilizando ingredientes sintéticos como la oxibenzona, la avobenzona, el octisalato, el octocrileno, el homosalato o el octinoxato. Y aunque ambos cumplen su función de forma correcta, que es bloquear los rayos UV, sus características los hacen completamente diferentes.
Otro punto fundamental a la hora de elegir uno u otro es la seguridad. “Los filtros químicos no sólo pueden irritar a las personas con piel sensible o propensa al acné, además de los ojos, sino que también pueden llegar a causar graves problemas de salud por su posible actuación como disruptor endocrino”, nos cuenta Filip Van, CEO fundador de la firma cosmética gaditana Di Oleo.
Los únicos ingredientes para protectores solares que generalmente se reconocen como seguros y efectivos son el dióxido de titanio y el óxido de zinc. Quizás sus fórmulas no sean las más agradables en términos de sensorialidad ya que son más espesas y pueden dejar una mancha blanca en los tonos de piel más oscuros, pero vale la pena el cambio. Es fácil saber si un protector solar es químico o mineral, mira en la lista de ingredientes activos y si hay alguno además del óxido de zinc o dióxido de titanio (o ambos), es químico.
Tipo de piel y uso del protector solar
Por la importancia que cobra este producto en las fechas, la doctora Carmen Arsuaga, jefa de Servicio de Dermatología del Hospital Universitario Sanitas La Zarzuela, nos da unos consejos básicos para saber cómo elegir el protector solar ideal para cada persona.
Lo primero que debemos comprender es qué significa el Factor de Protección Solar. El FPS es un índice que nos proporciona información sobre el tiempo de protección frente a la quemadura del sol que ofrece una crema de protección solar. Se trata en realidad de un cociente entre el tiempo de exposición al sol que puede permanecer nuestra piel sin que aparezca quemadura solar utilizando filtro solar y el tiempo en el que aparece esta quemadura solar sin utilizarlo. Por tanto, variará según tengamos la piel más clara u oscura y la intensidad de radiación solar.
“Dependiendo del tipo de piel que se va a proteger (más clara, más oscura), la localización (cara, cuerpo), así como otros factores como la tendencia acneica, la piel seca o la sensibilidad cutánea, elegiremos un filtro del protector solar con un FPS y unas características de presentación (gel, spray o crema) que se adapte a nuestras necesidades”, detalla la doctora Arsuaga. Además, debemos tener en cuenta estas otras circunstancias:
- Cuánto más claro sea el tono de piel, mayor debe ser el FPS. Las pieles más claras se queman con mayor facilidad, y en menos tiempo, mientras que las oscuras se broncean con mayor facilidad, y tardan más en quemarse
- Se debe aplicar el protector solar media hora antes de exponerse al sol, volver a aplicarlo cada dos horas y con más frecuencia en caso de sudoración o deportes acuáticos. No hay que olvidarse de aplicarlo también en días nublados.
- Extremar la precaución en las zonas más sensibles: cara, calva, hombros, escote, parte posterior de cuello y orejas.
- Se debe evitar la exposición solar en las horas centrales del día, especialmente de 12:00 a 16:00.
- Las pieles con tendencia acneica y las pieles grasas en general deberán utilizar filtros de protección solar libres de grasa (oil-free), preferentemente en textura de gel.
- Para las pieles sensibles o reactivas, se recomienda usar un protector solar con filtros de protección adaptados a sus necesidades, en formulaciones hipoalergénicas, con activos calmantes e hidratantes y FPS altos.
- En caso de que existan antecedentes familiares o personales de cáncer de piel, se debe utilizar FPS de alta protección, siendo fundamental evitar las quemaduras solares.
- En función de la actividad que se vaya a realizar, utilizar fotoprotectores adaptados. Para las personas que realicen actividades deportivas acuáticas existen protectores resistentes al agua. Para los que practican deportes al aire libre, hay diversas presentaciones en forma de spray, gel, brumas, etc. que permiten una mejor adaptación al aumento de la sudoración que conllevan estos deportes.
- No hay que asociar la fotoprotección exclusivamente con ir a la playa o la piscina. Dando un paseo, en el parque o en una terraza el sol te puede quemar igual. Así que en esta época recuerda aplicar el fotoprotector a diario si vas a estar al aire libre.
- Es importante seguir las instrucciones del etiquetado del protector solar y respetar la fecha de caducidad o certificado PAO (plazo después de apertura). En general, durante la época estival lo más aconsejable es aplicar filtros solares de alta protección, especialmente el factor de protección 50.
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