Si hay un gato enano por excelencia, ese es el gato Munchkin, una raza de gatos con las patas más cortas de lo normal que apareció hace apenas 40 años debido a la selección natural y que, aún hoy, genera mucha controversia en el mundo felino. De hecho en algunos lugares, como en Reino Unido, el gato Munchkin no es ni siquiera reconocido como raza por parte de la principal asociación británica de amigos de los gatos.
Si tenemos que buscarle un equivalente en el mundo canino, el gato Munchkin sería el perro salchicha de los felinos, ya que sus ejemplares tienen las patas extremadamente cortas y la columna vertebral muy larga. El Munchkin actual surgió por una mutación genética natural, aunque desde principios del siglo XX se tenía constancia de las existencia de felinos con patas muy cortas ya en Inglaterra y, posteriormente, en Rusia. A pesar de esto, se conoce que estos gatos no perduraron mucho más en el tiempo, quedando prácticamente extinta esta raza a finales de la II Guerra Mundial, haciendo que no fuese hasta los años 80 el gato Munchkin se redescubrió otra vez por las zonas de Nueva York.
Una raza peculiar que ahora está de moda
Los gatos Munchkin son de un pequeño tamaño; de hecho, su peso medio es apenas de 3 kilos (el macho pesa entre 3 y 4 kilos, mientras que el peso de la hembra oscila entre los 2 y 3 kilos), y con dos grupos de ejemplares bien diferenciados en función de la longitud de su pelo, ya que hay gatos Munchkin de pelo corto y otros con el pelo más bien largo.
En cuanto a su cuerpo, este es grueso y con el pecho redondeado y, debido a sus cortas patas, sus movimientos son muy similares a los de un hurón. Pueden ser de cualquier color, no hay uno que predomine, y sus ojos son almendrados. Su estatura oscila entre los 15 y los 25 centímetros en los ejemplares más altos, por lo que, teniendo en cuenta que la estatura media de un gato es de 25 centímetros precisamente, nos queda claro que son una raza de gato de un tamaño muy pequeño.
Respecto a su personalidad o comportamiento, el gato Munchkin es más bien dulce o cariñoso, a la par que extrovertido, con una curiosidad innata y unas enormes ganas de jugar, como un gato más, incluso cuando ya es adulto. Gusta mucho de la compañía y se presta incluso a que le enseñen a llevar y traer cosas y obedecer determinadas órdenes.
En temas de edad, el gato Munchkin se caracteriza por ser un felino más bien longevo, oscilando una esperanza de vida de 15 años aproximadamente. Su alimentación, como sus cuidados, no difiere de la de cualquier otro gato, puesto que también es carnívoro y puede alimentarse a base de pienso, haciendo que la crianza y manutención de esta raza de gato no sea tarea complicada.
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