El acné puede desesperar a quien lo padece y requiere paciencia y de un especialista para solucionar este problema de la piel que puede aparecer cuando menos lo esperamos y a cualquier edad. En un ejercicio para tratar los brotes de acné, más de uno y una habrán decidido solucionarlo con una buena dosis de ácidos como el glicólico o, el más famoso de todos, el salicílico.
Del mismo modo, otros habrán acudido a las mascarillas seborreguladoras de arcillas, famosas por absorber el exceso de grasa de la piel para dejarla equilibrada, así como a exfoliantes granulados. Ahora bien, hay una delgada fina entre saber cuándo estamos exfoliando lo necesario y cuándo nos pasamos de la raya, pudiendo ocasionar con una sobre exfoliación que provoque, justo, un efecto contrario al deseado, dando lugar lo que algunos expertos denominan como brotes irritativos o hipersensibilidad acneica.
La piel hipersensible e intolerante es una piel que reacciona rápidamente a las agresiones, por lo que también se denomina piel hipersensible y reactiva. Hay algunas señales que nos indican que estamos ante este tipo de piel: si notas que la piel se ruboriza al aplicar una nueva crema hidratante o si cuando hace más frío o más viento sientes una sensación de hormigueo.
Eso sí, no es lo mismo una piel hipersensible que una piel alérgica. La primera es frágil por naturaleza debido a que la barrera de la piel no es tan protectora como debería y los sensores de su superficie se activan con mayor sensibilidad y está menos preparada para las agresiones diarias como el frío, el sol o la contaminación. La piel hipersensible puede ser algo genético, pero es frecuente también que aparezca cuando se dan situaciones de deshidratación especial y fragilidad cutánea, debidas, por ejemplo, a tratamientos estéticos superficiales como el láser, el peeling y la luz pulsada.
¿Qué es la hipersensibilidad acneica?
Ocurre cuando nos pasamos de aceleración en el proceso de exfoliación de la piel. “La piel necesita ser exfoliada para eliminar células muertas, mejorar niveles de hidratación, regenerarse y equilibrar sus niveles de grasa. Sin embargo, si la exfoliamos más de lo conveniente o con mayor asiduidad de la adecuada, podemos comprometer su función-barrera. Esta barrera, formada sobre todo por lípidos, es la responsable de mantener los niveles de hidratación óptimos de la piel. Si en ella aparecen fisuras porque la dejamos sin nada de grasa, perderemos humedad, aparecerán rojeces y la piel se desequilibrará”, nos explica Raquel González, cosmetóloga y directora de formación de Perricone MD.
Cuando esto ocurre, “además de verse irritaciones, es posible que la piel intente autocurarse generando más grasa para recuperar esa barrera. En ese proceso, al estar alterada, puede producir en exceso, manteniendo la rojez y, encima, revelando más sebo y ocasionando brotes de granitos”, añade Elisabeth San Gregorio, directora técnica de la firma Medik8. Estos brotes también aparecen porque, al estar la piel irritada y sin protección, “es más propensa a infecciones bacterianas, aumentando las posibilidades de que surja un proceso inflamatorio”, añade Bella Hurtado, de responsable de educación de la marca Boutijour.
¿Cómo prevenir el acné por irritación?
Lo primero que debemos hacer es saber cómo está nuestra piel y si está sana para ser exfoliada. “Los productos exfoliantes, ya sean por exfoliación física (con gránulos) o química (con alfa, beta o polihidroxiácidos), tienden a irritar, sobre todo al inicio de su uso”, nos cuenta Sonia Ferreiro, biotecnóloga y cosmetóloga, responsable técnica de Ambari Beauty. Normalmente, los expertos recomiendan acudir siempre a un especialista que nos prescriba el producto adecuado.
“Cada piel es un mundo. Unos necesitarán más o menos exfoliación y de un tipo de exfoliación u otra. También hay pieles que son más resistentes unos ácidos o a otros. Es por ello que recomiendo acudir a un experto, ya sea un dermatólogo o nuestra esteticista de cabecera para que nos recomiende si debemos exfoliar la piel, cada cuánto tiempo y con qué activos”, afirma Estefanía Nieto, directora técnica de Omorovicza.
Cómo tratar el acné si ya lo sufrimos
Cuando ya se sufre este tipo de acné que no es ni hormonal ni debido a aspectos como nuestra dieta, suele ser porque la piel sufre de hipersensibilidad cutánea. En este sentido, “hay dos tipos de hipersensibilidad, la causada por temas biológicos ya sea por herencia o por causantes como el estrés, y aquella que está provocada por una agresión tópica del tejido”, nos explica Isabel Reverte, responsable técnica de Rosalique.
Para solucionarlo, lejos de exfoliar o intentar seborregular más la piel, lo que deberemos hacer es calmarla. “En este sentido, vendrán bien productos con activos calmantes, como el CBD o la niacinamida, así como activos hidratantes, ya sean el ácido hialurónico o la urea, por ejemplo”, aconsejan las expertas.
Cómo exfoliar de manera correcta
Como decíamos, hay ocasiones en las que nos pasamos con el exfoliante y conseguimos el efecto contrario al deseado. Lo recomendable para exfoliar la piel del rostro es, en primer lugar, tener un producto adecuado a nuestro tipo de piel, ya sea seca, grasa, con tendencia acneica o mixta. Aplícalo sobre la piel bien limpia y extiéndelo de manera suave por todo el rostro y con movimientos circulares, ya sea con las manos o con una manopla suave. Retira luego el producto con agua tibia y sin frotar. Para finalizar, aplica tu crema hidratante habitual y un protector solar tanto en verano como en invierno, ya que algunas sustancias exfoliantes aumentan la fotosensibilidad.
La exfoliación no suele estar recomendada en casos de rosácea, eczema y otros problemas cutáneos. Dependiendo del tipo de exfoliación, se llevará a cabo una vez a la semana o de forma mensual. Además, debes tener en cuenta los otros productos que usas para el cuidado de tu piel, ya que algunas sustancias pueden interactuar entre sí.
Y no es lo mismo que seas tú quien exfolie la piel a que sea un profesional, cambiará la técnica, los productos y la frecuencia con la que deberás hacerlo. Como siempre, ante cualquier problema cutáneo como un brote de acné, lo más recomendable es acudir al dermatólogo y que sea él quien te explique cuáles son los productos que debes usar según tu tipo de piel y lo que quieres mejorar o curar.
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