Reconozcámoslo, el tinto de verano es uno de los mejores inventos contra el calor. Un vino barato, un buen chorro de gaseosa, abundante hielo y rodaja de limón: refresca, entra bien y resulta ligero para las altas temperaturas.No hay que escandalizarse, los puristas y expertos también lo beben en su casa o en el chiringuito, incluso están los que defienden que ‘cuanto peor es el vino, mejor será el tinto de verano’, un chascarrillo que corre de boca en boca. Aunque también encontramos la otra cara de la moneda... aquellos que, por desconocimiento, mantienen que cuanto mejor sea la referencia (y más cara) que utilicemos, mejor será el resultado. Y no es exactamente así, sino todo lo contrario.
Siempre tintos jóvenes
Si hablamos de tinto de verano es imprescindible un vino joven y sin madera, es decir sin envejecimiento, ni siquiera valdrían los ‘roble’ -que están sólo unos pocos meses en barrica-, con lo cual quedan descartadas todas esas grandes referencias. Para esta mezcla veraniega es fundamental que el vino conserve el sabor a fruta de la uva con la que está hecho y esté libre de aromas terciarios como madera, cuero o tabaco que le da la crianza, fatales al unirse con el dulzor de la gaseosa.Pero hay más: no todas las variedades son recomendables. Si nos ponemos técnicos, todas aquellos que dan notas verdes o herbáceas, como el cabernet sauvignon o la merlot tampoco son las ideales. Eso sí, la gaseosa puede ser 'blanca' o 'limón', ¡como prefieras!.
Las uvas genuinas
Serían perfectas aquellas uvas que retienen su sabor a fruta una vez hecha la fermentación, muy especialmente el tempranillo o la syrah. Aquí te ofrecemos tres referencias- como siempre catadas y contrastadas-, que mejorarán considerablemente tu tinto de verano habitual, porque son estupendos vinos que se pueden tomar perfectamente en la copa, pero cumplen con todos los requisitos para lograr una mezcla “10” (y además tienen un precio muy comedido).
1) Luna Lunera Tempranillo- Syrah 2019
Bodegas Dehesa de Luna/ V.T. de Castilla
PVP recomendado: 4,99 euros
Un vino joven y orgánico vestido con una preciosa etiqueta. Dehesa de Luna es una bodega ejemplar, premiada en innumerables ocasiones, que es Finca Reserva de Biodiversidad con certificado ISO por su protección al medioambiente mediante sus viñedos ecológicos, reforestación y protección de las aves del entorno. Este tinto de tempranillo y syrah posee un cuerpo medio pero resulta ligero y muy frutal, especialmente con matices a bayas rojas.
2) Casa de la Ermita 2019
B. Casa de la Ermita/ D.O. Jumilla
PVP recomendado: 4 euros
Un tinto joven de la exitosa D.O. Jumilla (Murcia) donde se están haciendo estupendos vinos y con una magnífica relación calidad- precio. Casa de la Ermita está elaborado con un 80% de monastrell, la uva típica de la zona, a la que han añadido un 20% de syrah, ambas recolectadas manualmente. Un ‘coupage’ que resulta muy frutal (fruta negra y compotas por sus tonos dulzones), posee una buena estructura, es intenso y tiene un largo paso en boca.
3) Señorío de Guadianeja Syrah 2019
B. Vinícola de Castilla/ D.O. La Mancha
PVP recomendado: 6,3 euros
Una de las bodegas más emblemáticas de Castilla- La Mancha, con modernas infraestructuras, que ha apostado fuerte por los monovarietales, con el gran enólogo José Hidalgo como Director Técnico. Elaborado con syrah 100%, responde perfectamente a las características de la varietal: color violáceo y aroma intenso con toques a moras y regaliz. Afrutado, sabroso, incisivo en boca y fresco. Así que ya sabes, la próxima vez que alguien te diga que si utiliza Vega Sicilia o Pétrus mejor será el tinto de verano, rebélate. Vinazos de tal categoría no deben ‘cortarse’ con nada, en sí mismos son perfectos.
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