El Método Actiage está concebido para optimizar la salud a largo plazo, retrasando así el proceso de envejecimiento al minimizar la aparición de las enfermedades prevenibles asociadas a la vejez como las enfermedades cardiovasculares, la diabetes 2, la obesidad, algunos cánceres, algunas enfermedades autoinmunes y un largo etcétera. Es el fruto de la puesta en práctica de todos los avances científicos que se han producido en los últimos 10 o 15 años en este campo.
El Método Actiage selecciona, en base a los resultados de analíticas y pruebas diagnósticas avanzadas, sensores y la evaluación de cada situación individual, las prácticas precisas para cada persona con el fin de convertirlas en una rutina de una manera sencilla y rápida. Se basa en cuatro ‘medicinas’ que se complementan entre sí.
La Medicina de Estilo de Vida como eje vertebrador del día a día de la persona atendiendo a 4 factores clave: la nutrición, el movimiento físico, el sueño y el estado mental. Pero para poder definir las intervenciones en hábitos de vida necesarias para cada persona, es vital trabajar con la Medicina de Precisión, que consiste en el uso de analíticas y pruebas diagnósticas avanzadas así como de sensores para conocer en profundidad tanto el estado de salud de partida del paciente como su evolución. En este sentido, la capacidad de diagnóstico que hoy tenemos es impresionante si la comparamos con la de hace sólo unos pocos años.
Por otra parte, se basa en la Medicina Evolutiva, que implica entender cómo ha evolucionado nuestro organismo en los últimos 200.000 años, ajustando nuestros hábitos a lo que el cuerpo está esperando. Fenómenos como la comida ultraprocesada, el sedentarismo, la luz artificial o la falta de relaciones humanas profundas son muy recientes.
“No se trata de renunciar a las comodidades de la vida actual pero sí de buscar maneras para que el organismo reciba lo que está esperando conforme a cómo hemos evolucionado. Por último, y resulta fundamental, creemos firmemente en la Medicina Personal. En poder estar con un paciente todo el tiempo que sea necesario para poder conocer en profundidad su contexto y sus preferencias de manera que se puedan definir juntos las intervenciones a desarrollar, siendo capaces de acompañar y orientar en el proceso para así garantizar su éxito. Una relación médico paciente no puede basarse en consultas de 10 o 12 minutos”, nos explica Carlos Gutiérrez, director médico de Actiage.
Prevención para envejecer mejor
El 70% de las enfermedades que se padecen conforme se envejece son prevenibles con unas sencillas prácticas de estilo de vida. Sólo hay que saber seleccionar cuáles en función de las características de cada persona y su situación de partida. “Esto significa que podemos ganar los suficientes años de vida saludable para seguir aprovechando los avances que la ciencia está realizando en este campo, que son espectaculares. En este momento tenemos una batería de recursos que nos permiten retrasar el envejecimiento y optimizar nuestra salud a largo plazo. Dentro de pocos años sí contaremos con las herramientas precisas para revertir el envejecimiento”, añade el doctor de Método Actiage.
Método Actiage: claves para vivir más y mejor
Cada persona necesitará trabajar más unas áreas de estilo de vida sobre otras, pero podríamos resumir que una buena ‘receta universal’ para disfrutar de una longevidad larga y saludable se podría basar en:
1. Estar en movimiento el máximo de tiempo posible, priorizando las actividades que nos ayuden a mantener o incluso incrementar nuestra masa muscular. El sedentarismo es una auténtica plaga que nos enferma hasta niveles que poca gente imagina, existiendo una correlación muy fuerte entre longevidad saludable y nuestra musculatura. Hacer ejercicio físico es fundamental.
2. Comer alimentos lo menos procesados posible y con una alimentación que aúne la máxima densidad nutricional con una mayor capacidad saciante. Es muy sencillo tomarse medio litro de helado pero prácticamente imposible comerse medio kilo de garbanzos o de carne, por decir algo.
Una sencilla fórmula de evitarlos es pensar si ese producto existía o no hace más de 75 años o desechar cualquiera que en su composición lleve harinas refinadas, azúcar añadida o aceites vegetales industriales o, en general, cualquier producto que venga en una caja y tenga más de tres o cuatro ingredientes. “Se trata de comer más de mercado y menos de super”, nos dice.
3. Vivir de acuerdo a nuestros ritmos circadianos. Tener rutinas fijas para ir a dormir y despertar, ajustar estas rutinas al sol, etc.
4. Reducir al máximo el estrés en nuestro día a día, fortalecer las relaciones humanas con nuestro entorno, encontrar un sentido de propósito en la vida e incrementar nuestro contacto con la naturaleza.
Otro aspecto a tener en cuenta es que debemos evitar permanecer encerrados todo el día en casa o en el lugar de trabajo. Estar en contacto con el sol (y mejor aún en un entorno natural) sin llegar nunca a quemarnos tiene un sinfín de ventajas. 15 minutos de exposición diaria nos permitirán regular nuestros ritmos circadianos, adquirir la Vitamina D que necesitamos, etc.
Aunque se trata de un área muy infravalorada, necesitamos cuidar nuestra salud mental y esto pasa por evitar el estrés crónico. Nuestro organismo está preparado para soportar puntas de estrés sin ningún tipo de problema, pero el estrés crónico lo inflama lentamente socavando nuestra salud. En esta área, también tenemos que evitar sentirnos solos. Hemos evolucionado para estar en compañía (pareja, familia, amigos….), pero desgraciadamente cada vez más gente vive en soledad y su impacto negativo en la salud es tan alto como fumar o beber.
“Finalmente, y no por mucho repetirlo es menos importante, debemos evitar el máximo de tóxicos posibles que nos rodean. Hablamos de fumar, de beber alcohol, de exponerse a sustancias químicas dañinas como las que se producen en un atasco en una gran ciudad, etc”, concluye.
¿La salud mental cómo influye?
Esta es un área que cada vez atrae más interés y donde más estudios se están realizando. “La relación entre salud mental y la manera en la que envejecemos es muy importante y se sustenta por el hecho de que cada pensamiento o emoción que tenemos desata en nuestro cerebro una catarata de respuestas fisiológicas y hormonales que terminan afectando de una u otra manera a todo nuestro organismo”, comenta el doctor de Método Actiage.
“Sabemos que el estrés crónico provoca inflamación de bajo grado y problemas metabólicos. También sabemos que la soledad resta tantos años de vida como fumar. O que las personas con algún problema psiquiátrico viven menos años que la media. Y adicionalmente se ha comprobado que tener un propósito de vida y mantener una actitud de aprendizaje continuo nos hace más saludables y añaden más vida a nuestros años de vida”, finaliza el doctor de Método Actiage.
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