El fitness nos ayuda a sentirnos mejor. Hacer ejercicio hace que tu organismo esté más fuerte y sano y, combinado con una alimentación equilibrada y saludable, hará que logres tus objetivos y te veas mejor por dentro y por fuera. Pero hay algunas falsas creencias ‘enquistadas’ en muchos gimnasios y que circulan por las redes sociales como la pólvora que debemos desterrar para conseguir nuestros objetivos, disfrutar del deporte y que nuestra salud sea la máxima prioridad.
Conviene ponerse siempre en manos de un entrenador personal que sepa cómo orientarnos hacia los objetivos que buscamos, porque no es lo mismo querer perder peso que lograr ganar masa muscular.
Debemos tener siempre en cuenta nuestra forma física, si hemos hecho deporte con anterioridad, el tiempo que vamos a dedicarle a la semana y, sobre todo, tener claro que hacer ejercicio no es milagroso y requiere una rutina, esfuerzo y mucha motivación. Huye de falsos gurús del fitness y saca de tu cabeza para siempre estos diez mitos que no te ayudarán nada a la hora de ponerte en forma 'con cabeza'.
Si no sudas, no sirve de nada
La sudoración es solo una defensa de nuestro organismo contra el calor, la forma en la que se enfría. Hay veces que pensamos que si sudamos mucho es porque estamos entrenando mejor y quemando más grasas. Esto no es así. Sudar más o menos no quiere decir que estemos entrenando más o trabajando de mejor manera.
Puedes sudar más porque ese día hayas comido algo más pesado, porque haga más calor en la sala… pero olvídate de pensar que si sudas a chorros estarás adelgazando al mismo nivel ni tampoco estarás ganando más músculo. Además, cuando salgas de entrenar y bebas agua (muy necesario), recuperarás lo perdido por la sudoración.
Tableta por hacer más abdominales
Otro mito que hay que desterrar. Por muchos abdominales que hagas, si no lo complementas con un entrenamiento completo y con una alimentación adecuada, no conseguirás la ‘ansiada’ tableta abdominal, los cuadraditos que todos añoramos. La grasa no se elimina de manera localizada y es necesario llevar a cabo un entrenamiento completo que incluya ejercicios de fuerza, de cardio y también de core. La grasa del vientre puede tardar en desaparecer y más si no haces los ejercicios adecuados y te ‘matas’ a hacer abdominales sin sentido cada día.
Si hago fuerza, me pondré enorme
¡Ojalá fuera tan fácil! Sobre todo las mujeres, muchas veces creen que si hacen ejercicios de fuerza con mancuernas o pesos externos van a crecer en masa muscular de manera rápida y exagerada. Esto no es tan sencillo. Para ganar músculo hace falta hacer un entrenamiento muy específico, con pesos muy elevados y, sobre todo, seguir un plan de alimentación adaptado a ese objetivo. Cuando el entrenamiento se centra en tres grandes movimientos musculares, el metabolismo se acelera durante las 30 horas siguientes por lo que incluso puede llevar a perder peso más que a ganar masa muscular.
Para adelgazar, solo tengo que hacer cardio
Error de principiante. Está claro que hacer ejercicio cardiovascular es importante para reducir grasa corporal, pero si solo dedicas tus entrenamientos semanales a hacer clases de cardio, no lograrás los resultados que buscas. La pérdida de peso se produce si hay un déficit de calorías (consumes menos calorías de las que el cuerpo necesita) y eso se consigue tanto con entrenamientos aeróbicos como anaeróbicos, de fuerza y con pesas. Por eso es fundamental incluir en nuestras rutinas semanales ejercicios tanto de uno como de otro o que combinen ambos, como clases de endurance, por ejemplo.
Para definir no necesito mucho peso
Algunos en el gimnasio piensan que haciendo muchas repeticiones de un ejercicio con pesas pequeñas conseguirán definir más los músculos. Para nada es así. El rango óptimo de repeticiones para lograr una hipertrofia muscular es de ocho a 12 repeticiones en 30-40 segundos que dure el round (menos de seis si hablamos de fuerza con grandes pesos) y esa definición muscular que se busca muchas veces dependerá de las pautas nutricionales que sigamos y no del número de repeticiones.
Las piernas no ‘importan’
Son las grandes olvidadas por muchos. Algunos creen que solo haciendo ejercicios del tren superior y cardio van servidos, pero las piernas son muy importantes para un correcto funcionamiento de toda nuestra estructura y hay que entrenarlas. Si no las trabajas puedes sufrir problemas de espalda, en los isquiotibiales y hasta en el abdomen. Además, piensa que entrenando pierna también entrenas core, glúteos…
Un buen trabajo del tren inferior repercutirá en el resto del cuerpo de forma muy positiva. No vale con hacer cardio o salir a correr, hay que entrenarlas de forma específica y con los ejercicios adecuados que se incluyan en un plan integral.
Es mejor entrenar con el estómago vacío
Está muy de moda entrenar en ayunas, pero no es tan bueno como nos venden. De hecho, por mucho que entrenes con el estómago vacío, eso no te ayudará a perder peso para nada y lo único que te puede provocar es un mareo o un desmayo por la debilidad del cuerpo.
Adiós a la grasa localizada
Si piensas que haciendo muchos ejercicios de glúteo reducirás grasa en esa zona o que si haces muchos de brazos la quemarás justo ahí, estás equivocado. La grasa se almacena en diferentes partes del cuerpo y esto viene determinado casi siempre por la genética y el sexo. No hay entrenamientos milagrosos que reduzcan grasa localizada de una determinada parte del cuerpo y si te ‘venden’ eso, te están tomando el pelo, lo único que hacen es quemar calorías, pero no quitan la grasa localizada en la zona que tú deseas.
Si no hago ejercicio el músculo se convierte en grasa
Las células de grasa y de músculo son estructuras diferentes que no son intercambiables, así que olvídate de pensar que si no entrenas, ese músculo se convertirá en grasa automáticamente. Los músculos se reducirán, pero no cambian de célula de la noche a la mañana. Eso sí, si a no hacer deporte de repente le añades una dieta con alto contenido en grasa, sí que aumentarás de peso con rapidez.
Al estirar tras una sesión fitness evitas lesiones
Un estudio de la Universidad de Milán asegura que no se encontraron cambios en los niveles sanguíneos de lactato (una medida que informa de cómo de fatigados están los músculos) en personas que realizan ejercicios de estiramiento después de entrenar. Los estiramientos pueden no reducir por completo el dolor muscular o acelerar la reparación de los tejidos musculares. Estirar es buenísimo, pero no garantiza que no tengamos una lesión. Lo que sí ayuda a esto es un buen calentamiento dinámico antes de ponerte a hacer ejercicio, ya que hace que tus tendones y músculos se aflojen, circule mejor la sangre y se active el sistema nervioso.
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