Con la sobreexposición a la información se ha perdido veracidad. Hay miles de webs y cada una dice algo diferente acerca de perder peso. Que si hay que desayunar, que si no, que si toma más café, que si el café es malo, que si hay que beber dos litros, que no hace falta si no hay sed... y así un sinfín de contradicciones que nos ponen la cabeza hecha un bombo.
Ante todo ello, ¿a quién creer? ¿Qué es lo que debemos hacer, pues, para adelgazar? Pues, sin duda, a la ciencia y a los expertos, los cuales, con sus investigaciones, aportan la información que realmente debemos tomarnos en serio.
A continuación, te decimos los mitos más comunes que existen en torno a perder peso y por qué debemos dejar de creerlos:
Hay que desayunar siempre: falso
Siempre nos han vendido la idea de que hay que desayunar para perder peso, incluso si no tenemos hambre. Y lo cierto es que no tiene por qué ser así, ya que tomar la primera comida del día por la mañana temprano, y sin ganas, no está relacionado con el adelgazamiento.
De hecho, numerosos estudios han demostrado que tomar o no el desayuno tiene muy poco efecto sobre el peso, y que saltárselo puede incluso resultar en una pérdida de peso ligeramente mayor. Las investigaciones demostraron que aunque los que sí desayunaban luego ingerían, de media, 144 calorías menos en el almuerzo, el balance calórico total al final del día para los que no desayunaban era de 408 calorías menos. Es decir, que tomar el desayuno no implicaba comer más durante el resto de la jornada.
Saltarse el desayuno, además, es una forma de hacer ayuno intermitente. Muchas personas hacen su última comida del día en la cena y luego no ingieren nada hasta el almuerzo del día siguiente. De esta forma, pasan unas 16 horas sin comer, o en ayuno, lo que tiene muchos beneficios, como el hecho de perder peso más rápido.
El malo perder peso rápidamente: falso
Aunque es bueno perder peso de forma lenta y controlada, no es malo hacerlo deprisa. De hecho, perder peso rápidamente no está relacionado con volver a ganarlo más rápido o, lo que es lo mismo, con el temido efecto rebote.
Al respecto, este estudio descubrió que las personas que adelgazaron rápidamente durante el primer mes tenían cinco veces más probabilidades de haber perdido el 10% de su peso corporal en 18 meses, en comparación con aquellas que comenzaron a perder peso más lentamente.
Hay que comer cada 2 o 3 horas para adelgazar: falso
Como todo en la vida, hay pros y contras. Es cierto que si se tiene mucha ansiedad por la comida y se tienda a ingerir más de la cuenta, lo recomendable es hacer pequeñas tomas durante el día. Sin embargo, si no lo hacemos no tiene por qué impedirnos adelgazar.
Son muchos los estudios que han demostrado que hacer muchas comidas pequeñas durante el día no resulta en una mayor pérdida de peso, en comparación con comer tres o menos comidas al día.
El principal problema de hacer tantas comidas pequeñas, o tentempiés, es que a veces terminamos consumiendo más calorías de las que nuestro cuerpo necesita. Pero, no obstante, cada uno es un mundo, y si a ti, lector, te viene bien tomarte algo a media mañana y media tarde porque luego comes con menos ansiedad, sigue haciéndolo. Pero si no lo haces, no pasa nada.
No hay que pesarse todos los días: falso
Esto está estrechamente relacionado con el punto anterior: si te crea ansiedad pesarte todos los días y te obsesionas porque no bajas de peso todo lo que te gustaría, deja de hacerlo. Si, por el contrario, no te procura ningún problema, hazlo, ya que es bueno que lleves un conteo de su evolución.
De hecho, se ha comprobado que aquellos que quieren adelgazar y se suben a la báscula todos los días, pierden un 6,6% más de peso que los que no lo hacen.
Además, los expertos creen que pesarse con frecuencia hace que el individuo en cuestión esté más comprometido con su proceso de adelgazamiento. También, por el contrario, hay muchos que se agobian porque se esfuerzan mucho y no ven los resultados deseados. Todo depende de cada uno.
Y esto es todo por hoy, lector. Esperamos haberte servido de ayuda.
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