Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la tasa de mortalidad por diabetes ha aumentado un 3% entre los años 2000 y 2019. Así, al hablar de España, el país se sitúa como el segundo de Europa con mayor prevalencia de la enfermedad. Cada vez es más frecuente padecer de esta enfermedad, y los científicos no cesan en su investigación para poder prevenirla o anticiparse a ella.
Al hablar de diabetes, también se debe tener en cuenta sus distintos tipos: diabetes tipo 1, tipo 2, diabetes gestacional y diabetes tipo LADA. Así, los avances para detectar con antelación el sufrimiento de esta enfermedad se centran en uno de ellos: la diabetes tipo 2. Esta es su forma más común: supone entre el 85% y el 90% del todos los casos.
¿Cómo prevenir la diabetes tipo 2?
En la Universidad de Edimburgo, en Escocia, un grupo de investigadores ha trabajado para poder anticipar la llegada de la enfermedad. El método es sencillo: el paciente tan solo debe hacerse un análisis de sangre. Tras hacerlo, los profesionales de la salud se encargan de analizar los resultados y de observar el ADN, ya que en él se encuentran los posibles cambios que indicarían el desarrollo de la enfermedad en los próximos 10 años.
El estudio se ha hecho con casi 15.000 voluntarios durante 15 años -para poder hacerles un seguimiento y comprobar su evolución-. Estos, además de estas variaciones en su ADN, también tenían otros factores de riesgo, y han tenido en cuenta datos como la edad, antecedentes familiares o el Índice de Masa Corporal (IMC).
El descubrimiento ensalzado por los científicos es que incluir la metilación del ADN -proceso químico en el que se agrega una molécula llamada 'metilo' al ADN- permite anticipar y prever con mayor antelación y certeza la llegada de diabetes tipo 2.
La edad más común para padecer la enfermedad
Aunque la diabetes puede llegar en cualquier momento, lo cierto es que la diabetes tipo 2 suele ser más frecuente a partir de los 45 años. De esta manera, los científicos han conseguido alcanzar el 48% de predicción combinando el análisis de sangre con otros factores de riesgo. Estos son de lo más variados: sufrir sobrepeso, haber tenido diabetes durante el embarazo, una predisposición y antecedentes familiares o sufrir de otras afecciones, como presión arterial alta o enfermedades cardíacas, entre otras.
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