Las almendras pueden (y deben) convertirse en tu gran aliado para cuidar tu salud en el día a día. Este fruto seco es un snack perfecto para matar el hambre entre comidas y además cuenta con un gran aporte de energía que nos hará estar más activos durante toda la jornada. Incluir almendras en nuestra dieta significa cuidar nuestra alimentación y prevenir algunas enfermedades futuras.
El fruto del almendro puede tomarse en todas las etapas de la vida y a cualquier edad y entre sus bondades es que es ideal para cualquier tipo de dieta, ya sea incluso vegana o vegetariana. Si eres deportista amateur o profesional, también estás de enhorabuena porque las almendras son buenas para ganar masa muscular y para tener un extra de energía cuando vamos al gimnasio a hacer ejercicio.
Las almendras empezaron a cultivarse en zonas casi desérticas de Asia Central y de ahí llegaron a Europa, sobre todo, a Roma y Grecia, para después extenderse su consumo a América. La parte comestible de la almendra equivale a un 40 por ciento: su semilla. Para empezar, debemos saber que las almendras cuentan con un buen número de vitaminas en su interior.
Cuenta con un buen aporte de vitaminas B1, B2, B3, B5, B6, B9, colina caroteno, E y A, polifenoles, y minerales esenciales como calcio, hierro, magnesio, fósforo, potasio, sodio, zinc, cobre, manganeso y selenio. Por ejemplo, cada 100 gramos de almendras se aportan 21 de vitaminas y en el caso de la vitamina E, un potente antioxidante para retrasar el envejecimiento por dentro y por fuera, con unos 30 gramos de almendras al día cubrirás más del 60 por ciento del aporte diario necesario de esta vitamina.
Beneficios de las almendras
Como decíamos, las almendras tienen un gran poder en su interior para cuidar nuestra salud. Estos son su principales beneficios:
- Reducen el colesterol. La mitad de las grasas que contiene la almendra son saludables, hasta un 65 por ciento son monoinsaturadas y un 26 por ciento son poliinsaturadas y menos del 10 por ciento son grasas saturadas. Esto ayuda a controlar y reducir el colesterol malo (LDL) y con ello previene ciertas enfermedades cardiovasculares.
- Regulan el azúcar y la presión arterial. Como beneficio añadido a la reducción del colesterol, la ingesta de un puñadito de almendras al día ayuda también a controlar el azúcar en la sangre, ya que es un fruto seco bajo en carbohidratos, pero rico en grasas saludables, proteína, fibra y magnesio, un mineral involucrado en la regulación de la glucosa en la sangre, culpable de la diabetes. También es bueno para regular la presión arterial por su alto contenido en magnesio.
- Ayudan a controlar tu peso. Un puñadito de almendras es perfecto para merendar o almorzar y así evitar productos menos saludables para quitarnos el hambre. Este fruto seco tiene un alto contenido en fibra que, además de su efecto saciante ideal cuando estamos haciendo una dieta para adelgazar, ayuda a mejorar el tránsito intestinal y por lo tanto a tener digestiones menos pesadas. Además, es poco calórico por lo que si se toma en su justa medida, nos ayudará a controlar el peso.
- Mejores digestiones. Como explicábamos, además de ser un buen snack si estás a dieta, tiene una buena cantidad de fibra y grasas saludables, lo que previene situaciones de estreñimiento, diarrea, úlceras estomacales o hemorroides, además de aumentar las bacterias intestinales beneficiosas teniendo así un efecto prebiótico beneficioso para la flora intestinal.
- Mayor felicidad. Sí, consumir almendras mejora el estado de ánimo y de nuevo aquí interviene el magnesio, mineral que también se usa en la síntesis de serotonina, y la tirosina, un aminoácido que ayuda a la producción de dopamina, la conocida como hormona de la felicidad. Además, incluirlas en tu dieta contribuye a un fortalecimiento del sistema inmunitario para evitar virus y bacterias y a aumentar las funciones cerebrales.
Almendras y cuidado de la piel
Las almendras son ideales para cuidar también nuestra piel, cuerpo y cabello. Así podríamos definir a grandes rasgos la importancia de las almendras en el mundo de la cosmética, prensadas en frío para obtener su aceite, capaz de solucionar problemas de sequedad gracias a sus ácidos grasos, o hidratar y restaurar con su vitamina E y antioxidantes.
Según un estudio realizado por Phytotherapy Research, las personas que tomaron unos 60 gramos diarios de almendras durante cuatro meses contaban con una menor profundidad y ancho en sus arrugas faciales y estas habían disminuido en un 10 por ciento.
Además de nutrir e hidratar, de las almendras también se obtienen propiedades calmantes y de gran suavidad, ayudando a la elasticidad de la piel, especialmente en cremas faciales y corporales. Ricas en calcio, proteínas, hierro, fósforo, grasas buenas y vitaminas (A,B,C,D y E), estimulan la producción de colágeno y combaten los signos de envejecimiento en la piel.
En masajes es muy utilizado su aceite, que regenera y enriquece al tiempo que mejora la circulación y reduce las estrías. Se recomienda igualmente para masajes relajantes en bebés. Cuando vayamos a comprarlo, tenemos que fijarnos que esté prensado en frío, ya que el refinado (más barato) pierde en el proceso prácticamente todas sus propiedades. Su color debe ser dorado con un ligero aroma entre suave y dulce con un poquito de amargor, mejor si es ecológico. Es apto para todo tipo de pieles y no suele producir reacciones alérgicas.
Cuántas almendras tomar
Como todo, en exceso no es bueno. Pese a sus numerosos beneficios, no hay que excederse en el consumo de las almendras. Lo ideal es tomar unas diez almendras al día que puedes incluir en el desayuno o en alguna de las meriendas entre las comidas. No es recomendable que las tomen niños menores de tres años, ya que pueden tener dificultad para masticarlas y podrían sufrir alguna alergia prematura. Obviamente, si eres alérgico, no debes tomarlas, ya que podrías experimentar problemas respiratorios, urticaria o hinchazón.
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