Todos, en algún momento de nuestra vida, hemos consumido bebidas gaseosas. Estos refrescos, caracterizados por sus atractivos sabores y unas chispeantes burbujas, se han convertido en unas de las bebidas más consumidas del mundo. Sin embargo, eso no significa que sean buenas para la salud. Todo lo contrario. Desde hace años, los expertos advierten de los peligros que su consumo habitual puede ocasionar para la salud.
Las bebidas gaseosas no tienen alcohol, por lo que son unas de las favoritas sobre todo por el público más joven, siendo muy temprana la edad en la que empiezan a tomarlas. A pesar de la gran aceptación que tienen y su gran promoción que incita al consumo, pueden ocasionar problemas en el organismo. Por ello, es importante relegar las bebidas gaseosas tan solo a un consumo esporádico, muy lejano del habitual que un gran porcentaje de la población reconoce hacer.
¿Qué contienen las bebidas gaseosas?
Aunque son muchas las variedades de las bebidas con gas, que inicialmente nacieron para la industria farmacéutica y que han ido cambiando y modificándose con los años, entre sus componentes más habituales están:
- Agua: destilada o filtrada, que prácticamente elimina sus minerales. Es su ingrediente principal.
- Ácidos: como cítrico, fosfórico, málico o tartárico, encargados de ofrecer una sensación refrescante y sabor.
- Cafeína: aunque no todas las bebidas gaseosas, algunas sí cuentan con esta sustancia estimulante y considerada adictiva entre sus ingredientes.
- Azúcar: las bebidas con gas suelen ofrecer un alto contenido en azúcar. En plena batalla contra este ingredientes, son muchas las opciones ‘libres de azúcar’ que han salido al mercado, sin que ello signifique que sean saludables.
- Edulcorantes artificiales: en su intento por evitar el uso de azúcar, las versiones ofrecidas como ‘light’ o dietéticas utilizan edulcorantes artificiales que según apuntan los estudios son de baja calidad y cuyo consumo excesivo también es perjudicial.
- Dióxido de carbono: encargado de las burbujas características de esta bebida.
- Conservantes: para mantener el sabor y el estado correcto de la bebida gaseosa durante más tiempo.
- Saborizantes y colorantes: para ofrecer sabor y un aspecto visualmente atractivo al consumidor.
Los peligros del consumo habitual de bebidas con gas
Ante el aumento del consumo de las bebidas gaseosas, principalmente entre el público más joven, son muchos los estudios que se han llevado a cabo con el fin de esclarecer las consecuencias que pueden tener para la salud.
Así, numerosas investigaciones coinciden en que un consumo habitual puede suponer un serio problema para el organismo. Además, los expertos señalan que, en ocasiones, pueden ocasionar molestos síntomas como dolor de cabeza, náuseas, vómitos, insomnio, arritmias, reducción del apetito y gases, entre otros.
Entre los peligros que los estudios señalan se encuentran:
- Perjudica el sistema nervioso: el alto contenido en cafeína de algunas bebidas y su efecto estimulante afecta al sistema nervioso y al corazón, algo que puede provocar dependencia, ansiedad, insomnio o arritmias cardíacas.
- Complicaciones en las digestiones: aunque hay quien asegura que las bebidas con gas son buenas para el sistema digestivo, los estudios desvelan que el dióxido de carbono que contienen aumenta la acidificación de los jugos gástricos complicando las digestiones. Pueden provocar reflujo y acidez.
- Daño en los dientes: la ingesta habitual de estas bebidas puede provocar que por sus ácidos se dañe y erosione el esmalte dental. En el caso de las azucaradas, pueden favorecer la aparición de caries.
- Pérdida de masa ósea: tal y como señala la Fundación Española de la Nutrición, “el consumo de bebidas gaseosas debido al aumento del consumo de fósforo aumenta las pérdidas de calcio, que en los huesos genera que se debiliten, volviéndose mucho más quebradizos”.
- Sobrepeso: tal y como señalan desde Sanitas, “el consumo habitual de bebidas azucaradas, que tienen un alto contenido de calorías, se asocian a un mayor riesgo de ganancia de peso, y por tanto de adquirir sobrepeso en incluso obesidad”. Aunque algunas marcas promocionan sus versiones sin azúcar, la mayoría de las bebidas gaseosas cuentan con ella.
- Mayor riesgo de muerte: según una investigación publicada en la revista ‘Internal Medicine’ de la Asociación Médica Estadounidense (JAMA), el consumo de uno o más vasos al día de bebidas gaseosas y dulces se vincula a un aumento del riesgo por muerte de diferentes enfermedades. Según este estudio, realizado en 10 países europeos durante 16 años, se recomienda reducir al máximo el consumo de las bebidas gaseosas.
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