La presión arterial alta o hipertensión -más conocida como tensión alta- es un problema que afecta a millones de personas. Cuidar la dieta y seleccionar bien los alimentos puede ser una buena forma de combatir esta condición, prevenir su aparición y, en el caso de padecerla, controlarla. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 1.280 millones de personas -de 30 a 79 años- sufren esta condición en todo el mundo, la mayoría de ellos residentes en países de nivel económico medio y bajo.

Para comprenderlo de forma sencilla: la presión arterial no es otra cosa que la fuerza con la que el corazón bombea la sangre. Al medirla se deben coger dos valores, el bajo -presión diastólica, cuando el corazón está en reposo- y el alto -presión sistólica, cuando el corazón bombea-. Estos valores se pueden ver alterados por distintos factores, entre los que se encuentran algunos de lo más frecuentes entre la población.

• Acumulación de grasas
• Niveles de colesterol elevados
• Ateroesclerosis: sustancias en las paredes arteriales

Además de esto, es posible señalar que se puede padecer presión arterial elevada sin llegar a considerarse hipertensión. Todo va en función de los niveles que se manejen. A partir de valores de mercurio -es la forma en que se mide- entre 130 y 139 milímetros, comienza a considerarse hipertensión de etapa 1. Mientras, los valores inferiores se podrían encontrar entre lo 80 y 89 milímetros de mercurio.

Síntomas de la tensión alta

Los síntomas son claves para comprender la gravedad de la presión arterial alta y sus posibles consecuencias: no los hay. Tener la tensión alta no presenta ningún tipo de señal, y si lo hace, es cuando ya se encuentra en niveles muy avanzados. Por ello, la única forma de detectarla es acudir a revisiones regulares y medir sus valores en las visitas al médico. De igual forma, sí es posible hablar de algunos factores que pueden causar hipertensión, y que deben evitarse.

Sufrir trastornos en las glándulas suprarrenales y tener problemas cardíacos que afectan a los vasos sanguíneos desde el nacimiento son dos factores de riesgo para sufrir esta condición. Además, el consumo de drogas, padecer enfermedad renal, apena obstructiva del sueño y el consumo de ciertos medicamentos puede empeorar la situación.

Los 5 alimentos para bajar la tensión

Pequeños detalles como limitar la sal en la dieta habitual y mantener una buena alimentación, equilibrada, rica en fruta y verdura, puede ser una buena forma de mantener la tensión a raya. De igual forma, algunos alimentos son especialmente beneficiosos para este problema de salud, y ayudan a pajar la presión arterial de forma sencilla.

1. Plátanos. Son ricos en potasio, nutriente clave para bajar la tensión, aunque puede ser perjudicial si se sufre otras patologías, como enfermedades renales avanzadas.
2. Especias. Al evitar la sal, las especias son muy recomendadas como sustitutivo para sazonar las comidas. Algunos estudios lo vinculan con la reducción de la presión arterial.
3. Chocolate amargo. Contiene un antioxidante que dilata los vasos sanguíneos.
4. Arándanos azules. Esta fruta contiene pigmentos vegetales que promueven la salud cardiaca, además de una sustancia que relaja los vasos sanguíneos.
5. Yogur. El calcio, potasio y magnesio ayudan a bajar la tensión, algo que puede ocurrir hasta en 7 puntos según un estudio publicado por la revista 'International Dairy Journal'.

Todos ellos son de lo más accesibles, y es fácil encontrarlos en supermercados y grandes almacenes. Además, otros también pueden ser grandes aliados para bajar la tensión alta, como los frutos secos -ricos en magnesio y potasio, minerales que ayudan a reducir la presión arterial-, la remolacha o pescados como el atún, el salmón o la caballa.

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