Perder peso no es fácil. Por ello, son muchos los que bucean por el cada vez más amplio mundo de las dietas. Un mundo en el que ganan popularidad aquellos planes para adelgazar que prometen resultados de manera rápida y eficaz. Es el caso de planes como la dieta del aguacate, la dieta del pollo y la piña o la conocida como dieta Scarsdale, un régimen admirado y cuestionado casi a partes iguales con el que aseguran se pueden perder ocho kilos (incluso hay quien promete más) en tan solo 14 días.
Creada en la década de los años 70 por el médico cardiólogo Herman Tarnower, autor del libro éxito de ventas, la dieta Scarsdale se basa en una alimentación rica en proteínas que limita el consumo de hidratos de carbono y de grasas.
Así, es considerada una dieta excluyente, que aparta grupos nutricionales y que, como es de esperar, se ha ganado las críticas de los expertos. Además, se advierte que no es aconsejable superar el tiempo establecido (14 días como máximo) ya que, debido a su carácter restrictivo, puede ocasionar deficiencias nutricionales y por ello, problemas en la salud.
¿Cómo se hace la dieta Scarsdale?
Tal y como comentábamos, la dieta Scarsdale consiste en distribuir los nutrientes en unas proporciones claras: 45 por ciento proteínas, 35 por ciento carbohidratos y 20 por ciento grasas. Unas pautas que, por su carácter hipocalórico que favorece la pérdida de peso, y al igual que ocurre con otros casos similares, hacen que esta dieta no cuente con el beneplácito de los expertos, que consideran este plan desequilibrado e incluso peligroso para la salud.
Este plan para adelgazar restringe el aporte calórico a menos de 1.000 al día, algo con lo que aseguran se pierde medio kilo diario.
Los alimentos permitidos en este régimen para adelgazar son, básicamente, frutas y verduras y carnes, pescados y quesos que no sean muy grasos.
Reglas básicas para realizar este régimen para adelgazar
Algo en lo que insisten los admiradores (y defensores) de la dieta Scarsdale es que es muy importante seguir las pautas al pie de la letra. Unas pautas sobre los alimentos permitidos y prohibidos, que marcan unas reglas básicas:
- Beber al menos dos litros de agua al día, una regla que también recomienda la Organización Mundial de la Salud y que recalca la importancia de mantenerse hidratado para eliminar toxinas.
- No se puede utilizar aceite, ni para cocinar, ni para aliñar platos ni ensaladas. Tampoco se permite el consumo de mantequilla.
- Solo se realizan tres comidas al día, el desayuno, el almuerzo y la cena.
- No está permitido el azúcar, ni para endulzar el té o el café.
- Solo optar por carnes magras, como el pollo, el pavo o el conejo, por lo que la ternera y el cerdo (y por supuesto los embutidos), están desaconsejados.
- En el caso de los pescados, deben ser sin grasas, como por ejemplo la merluza, la lubina, el bacalao o el rape.
- Sobre las frutas, hay que evitar las más calóricas como los plátanos o el aguacate.
- No se puede consumir nada de alcohol, bebidas llenas de calorías y azúcares.
- Tampoco se pueden comer hidratos de carbono como la pasta, el arroz o la patata.
- Es aconsejable reducir o dejar de hacer deporte mientras dure esta dieta, ya que su bajo aporte calórico puede perjudicar al cuerpo.
Ejemplo de menú de la dieta Scarsdale
Aunque, como en toda dieta, existen variaciones, la dieta Scarsdale es bastante clara con su menú. Es recomendable consultar con un experto que garantice el buen estado de nuestra salud para afrontar un régimen restrictivo como este, y que nos ayude a configurar el menú.
Así, en modo general, el desayuno siempre consistirá en una rebanada de pan integral (a ser posible proteico), una pieza de fruta (recomendable una naranja o un pomelo) y un café o té sin azúcar y, en caso de tomar leche, que sea baja en grasa.
Para las comidas, se puede optar por un plato principal: una ensalada; una porción de pollo o pavo acompañada de un tomate; pescado a la plancha; o un revuelto de calabacín, y un café o un té sin edulcorar. En las cenas, pescados o carnes magras a la plancha, ensaladas de lechuga o de otras verduras como espinacas.
Para evitar el temido efecto rebote, la dieta Scarsdale establece una segunda fase de mantenimiento en la que se recomienda comer saludable evitando comidas copiosas y grasas con el fin de recuperar los kilos perdidos.
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