La gastritis crónica es una enfermedad del estómago que se define como la inflamación aguda o crónica de la mucosa gástrica. En la mayor parte de los pacientes, este problema estomacal es una afección superficial de la mucosas, pero hay ocasiones en las que puede evolucionar y, si no se trata de manera adecuada, puede dar origen a otras enfermedades más graves como el cáncer de estómago.
Se estima que entre el 50 y el 80 por ciento de la población general puede presentar una gastritis crónica, si bien es cierto que la mayoría de los casos suelen ser leves, asintomáticos y totalmente intrascendentes, especialmente en los casos de gastritis crónica superficial asociada a la infección por Helicobacter pylori.
La mayoría de las personas con gastritis no tienen síntoma alguno. Pero entre los síntomas que pueden hacernos saltar las alarmas y acudir al médico se encuentran desde la indigestión y otros síntomas como dolor o molestia en la parte superior del abdomen, náuseas o vómito, sensación de estar llenos demasiado pronto durante una comida o al terminar de comer, inapetencia o pérdida de peso sin motivo aparente.
Causas de la gastritis crónica
En palabras de Karen De Isidro, dietista-nutricionista y miembro de Doctoralia, “las causas más habituales de esta enfermedad están vinculadas al uso frecuente de analgésicos como el paracetamol o el ibuprofeno. También puede tener su origen en trastornos como el reflujo gástrico persistente, el estrés crónico y malos hábitos, las enfermedades autoinmunes como la enfermedad de Crohn, las intolerancias alimentarias como celiaquía, o las infecciones bacterianas como el Helicobacter Pylori”.
“Las personas que padecen gastritis crónica presentan la mucosa del estómago inflamada por un largo periodo de tiempo. En general, la gastritis puede ser aguda, si se produce un exceso de ácidos gástricos; o crónica, si hay deficiencia de jugos gástricos. No obstante, suele ser asintomática, pero en muchos casos dan síntomas parecidos a la dispepsia como náuseas o vómitos, falta de apetito, pérdida de peso y dolor en la zona superior del abdomen. En los casos más graves, puede ocasionar úlceras en el estómago, provocando sangrados. En estos casos, se necesita urgentemente atención médica”, indica De Isidro.
Gastritis por Helicobacter pylori
Según explican desde el National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases, “los investigadores aún están estudiando cómo se infectan las personas por esta bacteria. La bacteria H. pylori puede propagarse de persona a persona a través del contacto con el vómito, las heces o la saliva de una persona infectada. Los alimentos o el agua contaminada por el vómito, las heces o la saliva de una persona infectada también pueden propagar la bacteria de persona a persona”.
Tratamiento para la gastritis crónica
Como siempre recomendamos, ante cualquier síntoma o duda lo primero es acudir a nuestro médico y que sea él que nos haga las pruebas necesarias y determine cuál es nuestra problemática para ponerle solución.
“La gastritis se trata con medicamentos inhibidores de la bomba de protones y antiácidos. Así, lo que se intenta es neutralizar el ácido del estómago y, de esta manera, desinflamar la mucosa”, afirma Karen De Isidro y añade: “En el caso de que la gastritis sea causada por una infección bacteriana como el Helicobacter Pylori también se emplean antibióticos. Para la recuperación, también es fundamental llevar un estilo de vida saludable”.
La alimentación saludable juega un papel muy importante en la prevención y tratamiento, sobre todo, en aquellas enfermedades que están vinculadas con el tracto gastrointestinal. Por ello, De Isidro recomienda “identificar los alimentos causantes de irritación, ardor o molestias, y eliminarlos de la dieta diaria”. En este sentido, la especialista aconseja seguir algunas pautas que deberíamos aplicar durante todo el año.
- Suprimir los irritantes de la mucosa gástrica, como los alimentos picantes o muy condimentados, las frutas cítricas o ácidas (naranja, limón, fresa, piña), los alimentos o bebidas que contengan cafeína (chocolate, gaseosas, café, té), el alcohol, el tabaco y la aspirina.
- Realizar entre cinco y seis comidas pequeñas durante el día. Es importante respetar los horarios de comida y tratar de comer siempre a la misma hora.
- Ingerir los líquidos 30 minutos antes o después de los alimentos sólidos.
- Comer despacio y masticar adecuadamente los alimentos. Esta es una norma que deberíamos aplicar siempre, tengamos gastritis o no.
- Evitar los alimentos con temperaturas muy extremas e ingerirlos preferiblemente a temperatura tibia o ambiente.
- Eliminar o minimizar las porciones de alimentos altos en grasa. La grasa hace que la digestión sea más lenta, estimulando la secreción de ácidos gástricos y provocando dolor.
- No acostarse inmediatamente después de comer, sino hacerlo al menos con un par de horas de margen, por lo que se recomienda cenar pronto y siempre a la misma hora y que no sea una cena demasiado copiosa.
- Tampoco se recomienda llevar ropa muy ajustada que nos apriete la zona del estómago.
- Incluir una fuente de fibra como medida preventiva. Sin embargo, si la enfermedad está en fase aguda es preferible disminuir el consumo de fibra.
- Si tienes estrés, fomenta actitudes y terapias relajantes, desde el yoga o la meditación para liberarte de las preocupaciones.
Asimismo, Karen De Isidro asegura que hay otros alimentos que se deben priorizar para mejorar la sintomatología:
- Frutas y hortalizas a diario. Como recomienda la OMS, incluirlas en la dieta diaria es clave para una buena salud, pero más si nos enfrentamos a una gastritis crónica.
- Carnes y pescados. Carnes blancas magras como el pollo, pavo y conejo, y pescados blancos para que la digestión sea más fácil.
- Huevos. Pueden consumirse a diario sin problema.
- Legumbres. Si la legumbre no se tolera bien, puede ser tomada en forma de hummus o en purés.
- Alimentos ricos en carbohidratos. Aunque es recomendable evitar los integrales en fases aguda de la gastritis.
- Lácteos. Se pueden tomar pero en sus formas desnatadas.
- El aceite de oliva vírgen extra será la grasa de mejor elección y más saludable.
- Vinagre. Habría que evitarlo en las fases agudas e introducirlo como vinagre de manzana.
- Líquidos. El agua debe ser la bebida principal. Es importante evitar los refrescos y el alcohol.
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