Nutrición

He trabajado en un matadero y este es el tipo de pollo envasado más sano del supermercado

Descubre por qué elegir pollo de calidad influye directamente en tu salud y qué debes buscar en la carne para evitar consumir productos menos nutritivos

Si alguna vez has notado líneas blancas en las pechugas de pollo que compras, estás observando un problema conocido como miopatía de estrías blancas. Este fenómeno, que afecta a una gran parte de los pollos de rápido crecimiento, no solo altera el aspecto de la carne, sino que también indica una menor calidad nutricional.

La miopatía de estrías blancas aparece debido a la cría intensiva de pollos de rápido crecimiento, una práctica que prioriza la cantidad sobre la salud del animal. En estos sistemas, los músculos del pollo crecen a un ritmo acelerado, lo que provoca que las fibras musculares mueran por falta de oxígeno y nutrientes. Estas fibras son reemplazadas por grasa, lo que genera carne con menos proteínas y un contenido graso hasta un 224% mayor.

¿Cómo elegir el pollo más saludable?

El color importa. Algunos expertos que han trabajador en mataderos recomiendan optar por el pollo amarillo, que generalmente proviene de razas criadas de forma más lenta y natural. Estas aves suelen tener una dieta mejor controlada, lo que contribuye a que su carne sea más rica en nutrientes y de mayor calidad. Y es que al elegir el pollo amarillo:

  • -Evitas el exceso de grasa: la carne es menos propensa a desarrollar miopatías.
  • -Ganas en calidad nutricional: contiene más proteínas y un perfil más equilibrado de nutrientes.
  • -Promueves prácticas sostenibles: los pollos de crecimiento lento suelen criarse bajo estándares de bienestar animal más estrictos.

Las consecuencias del pollo de rápido crecimiento

El informe Presencia de la enfermedad 'estrías blancas' en la carne de pollo, basado en el análisis de más de 6.000 bandejas de carne en 320 supermercados españoles, demuestra que el uso de razas de rápido crecimiento es una práctica extendida. Este método intensivo no solo afecta la calidad de la carne, sino que plantea serias dudas sobre el bienestar animal y el impacto ambiental de estas técnicas.

Además, el consumidor puede notar que la carne de estos pollos tiene un sabor y textura menos agradables, debido al aumento de grasa intramuscular.

Más salud por un pequeño ajuste de precio

Aunque el pollo amarillo suele ser un poco más caro que el pollo blanco, la diferencia de precio compensa en términos de salud. A largo plazo, elegir una carne de mayor calidad puede reducir el riesgo de consumir productos con un desequilibrio nutricional, lo que repercute positivamente en nuestra dieta y bienestar general.

Para identificar un pollo de calidad, busca etiquetas que indiquen la raza del ave y verifica si proviene de un sistema de cría tradicional o de crecimiento lento.

La próxima vez que compres pollo, presta atención a los detalles. Evitar pechugas con estrías blancas y optar por carne de pollo amarillo no solo es un cambio pequeño en tus hábitos de compra, sino una gran mejora en la calidad de lo que llevas a tu mesa.

Y recuerda: lo barato puede salir caro para tu salud. Invierte en alimentos que te ofrezcan el valor nutricional que tú y tu familia merecen.

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