Harvard desvela la hora exacta en la que deberíamos cenar. La hora en la que cenamos o comemos, y también los hábitos que llevamos a cabo cada día antes de ir a dormir, influyen de manera directa en los índices de grasa corporal y en el ritmo en el que se va a perdiendo grasa. Aunque puede parecer algo extraño, esto también afecta en el aumento del riesgo de tener algún tipo de enfermedad cardiovascular. Esta ha sido una de las conclusiones a las que llegaron varios estudios que se han ido realizando a lo largo de los años por un equipo de investigadores de la Universidad de Murcia.
Sobre este asunto se ha pronunciado Harvard en uno de sus estudios. Esta universidad es una de las más conocidas en todo el mundo. Fundada en 1636 con solo nueve alumnos, ha logrado formar a unos 161 premios Nobel y, actualmente, se encuentra entre las ocho más prestigiosas 'Ivy League'. Los investigadores de esta universidad, para conseguir dar con la hora concreta a la que debemos cenar, solicitar a 16 personas con sobrepeso u obesidad que probaran durante unos días dos horarios para comer diferentes y con una dieta similar.
El primer horario, que tenían mantenerlo durante seis días seguidos, debían comer desayuno, almuerzo y cena. Eso sí, la condición es que debían terminar su última comida seis horas y media antes de ir a la cama. Mientras que el segundo tramo horario, también era para llevarlo a cabo durante seis días. La gran diferencia con el otro es que las comidas se iban a retrasar cuatro horas en el día y se iban a terminar dos horas y media antes de ir a dormir.
Las conclusiones de Harvard tras el estudio
En el estudio realizado por Harvard, los investigadores tuvieron que ir midiendo las hormonas reguladoras del apetitito, el gasto calórico, temperatura corporal o células grasas de todos los participantes. Analizando estos parámetros pudieron observar que los participantes que cenaron más tarde quemaron menos calorías. Esto quiere decir que, por lo tanto, almacenaron también más grasa en su cuerpo. Tal y como indicaron los expertos, esto hace que con el paso del tiempo, si se se hace esto, se aumenta el peso. Ante esta situación, Harvard concluye que, a veces no es malo cenar de forma tardía, pero no tiene que convertirse en un hábito.
Otra de las observaciones de los investigadores fue que cenar en horas más tardías tenía efectos en las hormonas que regulan el apetito y en las de la saciedad porque se disminuían los niveles de leptina. La leptina es una horma que se dedica a activar la saciedad en el cuerpo y evita que comamos en nuestro día a día más. Con este resultado en la mano, los expertos concluyen que cenar más tarde aumenta el apetito.
Harvard tiene claro la hora a que deberíamos cenar
Tras el trabajo realizado por los investigadores de la Universidad de Harvard, se establece una hora exacta en la que se debería cenar. De hecho, proponen que el horario de cena debería ser el europeo, es decir, sobre las 19 horas. No obstante, lo que explican es que sería perfecto que la última ingesta que se haga sea unas seis horas y media antes de irnos a la cama a dormir.
Hay que tener en cuenta que nuestro organismo se encarga de quemar calorías durante las horas en las que estamos en activo, haciendo diferentes actividades, es decir, lo hace cuando estamos despiertos. En la noche, esta quema de grasa es menor. Comer o cenar tarde afecta al metabolismo. Según los expertos de Harvard, hacer una ingesta a horas poco habituales "aumenta los niveles de azúcar en la sangre", algo que puede conllevar a tener problemas de diabetes.
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