Admiradas por su variedad y sabor, las infusiones se han convertido en una de las bebidas más consumidas gracias a sus diferentes funciones. Así, encontramos tanto aquellas perfectas para combatir el insomnio o la hipertensión como las que nos ayudan a adelgazar. Y este es uno de los motivos por los que han ganado popularidad. Hablamos de infusiones como la de canela y jengibre, que además alivia el dolor de cabeza aumenta la libido; la de tomillo y limón, ideal para conseguir un vientre plano; o la de jengibre y piña, que elimina la grasa abdominal.
Así, en el amplio mundo de las infusiones también encontramos algunas presentes en nuestras vidas de manera habitual, que también son perfectas para adelgazar, y probablemente lo desconocías.
Es el caso de la infusión de manzanilla, una de las más consumidas y populares que ofrece numerosos beneficios, entre ellos, su eficacia para perder peso y para dormir mejor.
Los beneficios de la manzanilla
Presente en la mayoría de los hogares, esta bebida es utilizada generalmente con fines digestivos. Pero la infusión de manzanilla ofrece muchos más beneficios.
También conocida como camomila, la manzanilla es una de las hierbas utilizadas desde la antigüedad gracias a sus propiedades medicinales. Entre ellas destacan sus propiedades digestivas, diuréticas, antiinflamatorias, antisépticas y calmantes.
La manzanilla es perfecta para aliviar las malas digestiones, los dolores abdominales y los ardores. Además, gracias a su poder antiinflamatorio, elimina malestares como las náuseas o los vómitos. También es calmante, por lo que es un remedio natural para aliviar los dolores menstruales.
Además, es utilizada como relajante, perfecta para combatir el insomnio y eficaz en estados de nerviosismo, estrés o ansiedad. Según recoge la Fundación Española del Corazón, "una reciente investigación ha revelado que uno de los componentes de la manzanilla se une a los mismos receptores que fármacos como el Valium".
La acción antibacteriana de esta infusión reduce los procesos inflamatorios de la piel, por lo que es recomendable usar tópicamente en casos de picaduras de insectos, irritaciones y contusiones.
Las propiedades antiinflamatorias de la manzanilla hacen que sea un buen colirio natural para los ojos, aliviando dolencias como orzuelos y conjuntivitis. Esta infusión también es eficaz para ayudar a controlar la cantidad de azúcar en sangre.
Al igual que otras infusiones, la manzanilla es saciante, algo que la convierte en un aliado para adelgazar. Además, es un diurético suave pero efectivo que nos ayuda a eliminar líquidos evitando sentirse hinchado y reduciendo la inflamación abdominal y la pesadez. Gracias a sus propiedades diuréticas, favorece la depuración del organismo eliminando las toxinas y favoreciendo la pérdida de peso.
Así se prepara la infusión de manzanilla que ayuda a adelgazar
Teniendo presente que la infusión de manzanilla por sí sola no es capaz de hacer milagros, combinada con una alimentación variada y equilibrada y la práctica de ejercicio físico de manera habitual, sí es un buen aliado para adelgazar que además no suma calorías.
De delicioso sabor y agradable aroma, la infusión de manzanilla no solo es económica, también es muy sencilla de preparar. Podemos utilizar la flor natural seca o las bolsitas que se comercializan. Ponemos el agua a hervir en un cazo y añade la manzanilla, una bolsita o una cucharada de flores por cada taza que vayamos a preparar. Una vez llegue a ebullición, retira del fuego y deja reposar entre cinco y diez minutos para conseguir todas las propiedades de la planta. Si has utilizado las flores naturales, utiliza un colador para colar la bebida antes de consumir. Puedes añadirle limón, o algún tipo de endulzante natural como la miel o el sirope de agave.
Aunque hay quienes prefieren tomar su infusión de manzanilla después de las comidas para favorecerse de las propiedades digestivas, otros optan por consumirla antes por su efecto saciante.
Aunque siempre es recomendable consultar con un especialista, se desaconseja el consumo frecuente de esta infusión durante el embarazo y la lactancia; en personas que estén tomando medicamentos anticoagulantes o antiinflamatorios; y en algunos casos de alergias o sensibilidad a las plantas de esta familia.
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