Bienestar

Consecuencias de la obesidad: enfermedades, tratamientos y pasos a seguir para evitar el riesgo

En los últimos años, España ha pasado a formar parte de los países con mayor grado de obesidad en adultos y se estima una prevalencia de un 55,6%

La obesidad y pre-obesidad (sobrepeso) son condiciones médicas caracterizadas por una acumulación anormal y/o excesiva de grasa corporal que representa un riesgo para la salud, según ha definido la propia Organización Mundial de la Salud (OMS). Ambas son factores de riesgo de numerosas enfermedades crónicas no transmisibles, entre las que podemos encontrar la diabetes, padecimientos cardiovasculares, hipertensión, accidentes cerebrovasculares e incluso algunos tipos de cáncer.

La obesidad se define como una enfermedad crónica y recidivante, lo que significa que tiende a su reaparición tiempo después de haber realizado un tratamiento para la pérdida de peso, y, por tanto, a manifestar de nuevo sus riesgos asociados. Asimismo, además de las causas, hay que tener en cuenta que se trata de una enfermedad multifactorial, esto es, que tiene múltiples orígenes o causas asociados”, nos explica el doctor Ignacio Sajoux, director científico de PronoKal Group.

En otras palabras, “no es una cuestión que se reduzca solo a comer menos y más equilibradamente, a la vez que se hace más ejercicio, sino que puede haber causas asociadas a factores genéticos, el propio entorno o contexto en el que vive la persona o determinados factores sociales que influyen en ella”, añade.    

De acuerdo con los recientes resultados del Atlas Mundial de Obesidad 2023, se espera que más de 4.000 millones de personas en el mundo, el 51 por ciento de la población global, sufran de sobrepeso y obesidad para el 2035. Y se estima que, a nivel mundial, 2,4 millones de muertes son atribuibles a la obesidad. Según la Organización Mundial de la Salud, en los últimos 40 años, las cifras de obesidad y sobrepeso se han triplicado.

En los últimos años, España ha pasado a formar parte de los países con mayor grado de obesidad en adultos. Según un estudio realizado en el año 2016 por un grupo de investigadores del Imperial College de Londres, en colaboración con la OMS, el ritmo de crecimiento es tan acelerado como el de EEUU, lo que convierte a España en el segundo país de Europa con más casos de obesidad y sobrepeso, solo por detrás del Reino Unido.

Según una investigación del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) y la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESAN), se ha estimado la prevalencia de la obesidad y el sobrepeso en España en un 55,6% de los adultos, mientras que un tercio de los menores tendrían exceso de peso.

De acuerdo con la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), si se mantienen las tendencias actuales, se prevé que para el año 2035 la prevalencia de obesidad grave afectará al 37% de la población española. Esta tendencia es especialmente preocupante en la edad infantil, cuya prevalencia se estima que aumentará en torno al 2,5% anual hasta dicha fecha.

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La obesidad puede proceder de múltiples factores.Pixabay

Exceso de peso u obesidad

“Cuando hablamos de 'exceso de peso' podemos estar refiriéndonos a sobrepeso o a obesidad. Tanto el primero, como la segunda, son afecciones que se caracterizan por una acumulación de grasa. Sin embargo, podríamos decir que el sobrepeso representaría un estado en que la persona tiene un peso corporal o una acumulación de grasa más altos de lo que se consideraría saludable para esa persona en concreto, mientras que la obesidad se definiría como una acumulación excesiva de grasa que está poniendo en serio riesgo la salud de la persona. De igual modo, hay que señalar que el sobrepeso representa en sí mismo un riesgo de padecer obesidad”, explica el doctor.

El sobrepeso y la obesidad tienen varios rangos: “no es lo mismo, por ejemplo, un sobrepeso menor que un sobrepeso mayor, o bien, obesidad u obesidad severa. A medida que ese exceso de grasa es mayor, las consecuencias y los riesgos en la salud de la persona son también mayores. Por tanto, lo mejor y más recomendable es que un especialista haga una valoración de la composición corporal de la persona, es decir, que mida y valore la relación de porcentaje de grasa, músculo, huesos y agua. El resultado le permitirá determinar diferentes soluciones adaptadas a sus necesidades”, afirma.   

“Esta acumulación excesiva de grasa en el cuerpo no solo se traduce en un aumento de peso, sino en múltiples estados que merman la calidad de vida de la persona: cansancio y falta de energía, dolor en articulaciones, rodillas y piernas, hinchazón, problemas de carácter digestivo, cambios de ánimo e, incluso, tristeza o ansiedad, por mencionar algunos de los síntomas”, explica Sajoux. 

Enfermedades y obesidad

Tanto el sobrepeso, como la obesidad, pueden provocar múltiples enfermedades. Las más comunes serían:

  • Diabetes tipo II 
  • Hipertensión 
  • Colesterol alto 
  • Ataque o derrame cerebral 
  • Osteoartritis
  • Apnea de sueño y problemas respiratorios
  • Infertilidad
  • Hasta 13 tipos de cáncer, como el de útero o estómago. 
  • Trastornos mentales, como depresión o ansiedad. 

¿Además de enfermedades, hay otros riesgos para la salud o la vida diaria? “Es innegable que el sobrepeso y la obesidad, además de ser la causa de numerosas enfermedades, presentan un deterioro global de la salud de la persona, así como de su calidad de vida, con mayor prevalencia de dolor, disminución de la movilidad física y la vitalidad y, por supuesto, del bienestar emocional”, añade el experto. Por todo ello, “lo que recomendamos siempre es que la persona que se encuentra en esta situación pueda valorar su caso particular con un médico especializado en el tratamiento del exceso de peso”.

Cómo tratar la obesidad

Comprender mejor la situación de la persona y adaptar el tratamiento a sus necesidades es uno de los elementos clave que ayudan al éxito y que no podemos obviar. “Actualmente, existen numerosos tratamientos y soluciones para tratar el exceso de peso y sus comorbilidades asociadas, pero en todas las guías de actuación se señala que es innegociable partir siempre de la base: la incorporación de un estilo de vida saludable, que incluya un plan nutricional pautado por un experto, actividad física regular y técnicas conductuales para ayudar en la motivación y el cambio".

Cuando esto ya no es suficiente, "hay que buscar otras soluciones de carácter farmacológico o intervenciones quirúrgicas, pero siempre respetando estos niveles graduales de actuación terapéutica”, nos cuenta el doctor.

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Un estilo de vida saludable ayuda a prevenir la obesidad.Pixabay

Para ayudar a evitar el sobrepeso y la obesidad, es necesario que pongamos mucha atención a llevar un estilo de vida saludable, que combine una alimentación equilibrada, donde el ejercicio forme parte de nuestro día a día y que establezcamos una relación saludable con la comida. Desde PronoKal nos recomiendan: 

  • Hidratarse bien, entre 6 y 8 vasos al día (cada vaso de 250 mililitros). Evita el consumo de refrescos, zumos o cualquier bebida que contenga azúcar.
  • Realizar actividad física. Incorpora 30 minutos de ejercicio cardiovascular al día, como correr, caminar a paso ligero o subir y bajar escaleras, y combínalo con 8 minutos diarios de ejercicio de tonificación, como unas sencillas sentadillas con una silla. A medida que avances en estas rutinas, puedes aumentar el tiempo y la dificultad de los ejercicios.
  • Modificar la alimentación. Aumenta el consumo de verduras y frutas y disminuye el consumo de alimentos procesados o que contengan excesiva cantidad de grasas, carbohidratos y sal. Consume alimentos ricos en fibra, principalmente de tipo soluble, es decir, proveniente de alimentos como verduras y frutas, que de preferencia se consuman crudas y con cáscara. Aliméntate también con leguminosas, que son una fuente rica en fibra.
  • No solo importa qué comemos, sino también cómo y cuándo lo hacemos y con una regularidad en horarios. Distribuir nuestra ingesta diaria en 5 comidas en lugar de, por ejemplo, solo 2 ó 3, tiene un impacto significativo en cómo funciona nuestro organismo. Varios estudios respaldan los beneficios de comer 5 veces al día, con 3 comidas principales (desayuno, almuerzo y cena) y 2 snacks (media mañana y merienda). 
    Comer 5 veces al día te ayuda a regular el apetito y controlar la saciedad, ya que las hormonas leptina y grelina, responsables de estos mecanismos, están más equilibradas. Esto te permite controlar mejor las cantidades de alimentos en cada comida y optar siempre por opciones más saludables.
  • Limitar o eliminar el consumo de bebidas alcohólicas y tabaco.

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