"La primera vez que sufrí parálisis del sueño no tenía ni idea de lo que pasaba. Estaba consciente, casi despierto, pero no me podía mover. Me encontraba tumbado boca abajo en la cama y de repente sentí cómo alguien se ponía detrás de mí sujetándome brazos y piernas y hacía movimientos extraños. Fue una sensación horrible que duró durante unos minutos porque parecía una violación. Es peor que una pesadilla", relata a Vozpópuli un joven de 30 años que prefiere salvaguardar su identidad.
Si bien todo el mundo suele pensar que hay una diferencia clara entre estar dormido y despierto y que suele haber una definición bien marcada, las condiciones de las personas que padecen este tipo de trastorno desafían estos límites. Pero ¿qué es? La parálisis del sueño es una incapacidad temporal para moverse que se produce inmediatamente después de quedarse dormido o antes de despertarse y en el que las personas permanecen conscientes, episodios que con frecuencia implican alucinaciones preocupantes y una sensación de asfixia.
"Desde aquella primera vez creo que no recuerdo un solo mes en el que no tenga algún episodio como este. A veces lo sufro incluso varias veces a la semana. Nunca te terminas de acostumbrar porque estás completamente inmóvil tumbado en la cama, intentando gritar para que alguien te ayude, totalmente encerrado en tu propio cuerpo y angustiado por si no vas a poder despertarte de nuevo", continúa este madrileño.
Clasificada como como un tipo de parasomnia, comportamiento anormal durante el sueño, lo que se produce es un desfase temporal entre la entrada en la fase REM (aquella en la que se da el movimiento ocular rápido y en la que los sueños se manifiestan con mayor intensidad), y la de relajación muscular total, que la precede y que termina cuando nos despertamos.
Pero esta horrible sensación en algunas ocasiones no llega sola. Esta condición identificada por una breve pérdida de control muscular, conocida como atonía, puede ir acompañada de alucinaciones en las que las personas que lo sufren pueden incluso ver sombras, monstruos y figuras extrañas.
¿Por qué sufro parálisis del sueño?
"Como me ocurre muchas veces, hay días que trato de ser consciente de que tengo un episodio e intento controlar la situación para poder despertarme. Mientras que hay días que casi lo consigo, hay otros que no llego a tener esa consciencia necesaria y vuelve el terror y la angustia. Y doy gracias que la mayoría de los casos no veo figuras ni otras cosas raras como les pasa a otras personas", añade el joven.
Lo cierto es que aunque parezca algo muy extraño, según un estudio publicado en 2017 aproximadamente el 7,6% de la población mundial experimenta parálisis del sueño en algún momento de su vida, con tasas mucho más altas entre estudiantes (sobre todo adolescentes) y pacientes psiquiátricos, aunque puede surgir a cualquier edad y con mayor frecuencia entre los 20 y los 30.
A pesar de que las causas exactas de esta parasomnia se desconocen, numerosas investigaciones han señalado que hay algunos factores que pueden estar relacionados y que es posible que provoquen estos episodios como la apnea del sueño obstructiva, un trastorno que disminuye la velocidad y/o detiene tu respiración mientras estás dormido o las personas que sufran calambres nocturnos.
Además, el insomnio, la dificultad para abrazar a Morfeo cada noche, la somnolencia diurna excesiva, las personas con algún tipo desfase horario y los trabajadores por turnos tienen mayores probabilidades de sufrir parálisis del sueño. Y no solo eso, ciertas condiciones de salud mental como la ansiedad, el trastorno de pánico o personas con estrés postraumático (como por ejemplo algún tipo de abuso tanto físico como emocional) o la abstinencia alcohol y a los antidepresivos, han mostrado una conexión con esta terrorífica parasomnia.
¿Es grave este trastorno?
Aunque muy angustioso, la parálisis del sueño no tiene por qué ser grave para ninguna de las personas que lo sufren. De hecho, se clasifica como una afección benigna y no suele manifestarse tantas veces como para provocar otras enfermedades o problemas de salud importantes.
Sin embargo, se estima que las personas que lo padecen de manera recurrente pueden desarrollar conductas y pensamientos negativos a la hora de irse a dormir y reducir el tiempo que deberían asignar a la hora de irse a la cama provocando ansiedad y estrés cuando tengan que conciliar el sueño.
Hay que tener en cuenta también si se duerme o no con otra persona, ya que en muchas situaciones se puede llegar a asustar. "Cuando logro que mi cuerpo reaccione y por fin puedo moverme, hay veces que va acompañado de un tremendo grito o una gran inhalación de aire que despierta a mi pareja. Poco a poco se ha ido acostumbrado pero llega a ser muy molesto y nos ha llevado a tener alguna discusión", relata a Vozpópuli.
Tratamientos para la parálisis del sueño
Por lo general, estos horripilantes episodios nocturnos suelen desparecer sin ningún tipo de tratamiento específico, aunque si ocurren con demasiada frecuencia lo mejor es acudir a un especialista para que comience a realizar un estudio del sueño y ver si van acompañados de otros síntomas que pueda revelar lo que verdaderamente está ocurriendo.
En general, existen evidencias científicas limitadas sobre un tratamiento óptimo para esta parasomnia. Muchas personas no saben que esta afección es relativamente común y en algunas ocasiones se avergüenzan y piensan que están locas tras sufrir un episodio. Por eso, el simple reconocimiento y normalización de sus síntomas por parte de un médico puede ser beneficioso para ellas.
Debido a la conexión entre la parálisis y otros problemas generales del sueño, mejorar la higiene a la hora de dormir (como crear una rutina horaria cuando se va a la cama por la noche o al levantarse) es un enfoque común a la hora de intentar prevenirlo. Además, si llevas mucho sin cambiar la almohada o el colchón quizá ya sea hora de hacerlo, ya que eso podría estar influyendo en tu manera de descansar.
Se sabe también que algunos medicamentos suprimen el sueño REM pueden ayudar a detener la parálisis del sueño. No obstante, estos fármacos pueden tener efectos secundarios y pueden provocar un efecto rebote cuando alguien deja de tomarlos.Por ello, es importante hablar con un médico antes de tomar cualquier medicación y analizar así sus posibles beneficios y desventajas.
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