Salud mental y deporte son buenos compañeros de viaje. Y es que la práctica deportiva, además de aportarnos grandes beneficios físicos, también lo hace a nivel mental. El Pole Dance es una de las disciplinas que poco a poco ha ido colándose entre las favoritas de hombres y mujeres para hacer ejercicio y liberar estrés. Además, en los últimos dos años son muchos los que se han apuntado a una academia para practicarla, sobre todo después de que Jennifer Lopez sorprendiera al mundo entero en el descanso de la Super Bowl de 2020 mostrando sus dotes con la barra vertical.
También conocido como Pole Dance Fitness o Pole Fitness, este deporte tiene su origen en año 1135 d.C en la India, pero no fue hasta el siglo XVIII cuando empezó a ser practicado de una manera más popular, aunque en un principio eran solo los luchadores los que lo usaban como entrenamiento para ponerse más fuertes.
Uno de los objetivos de esta práctica entonces era conseguir una mayor velocidad, mejores reflejos y una mejor concentración y coordinación para llevar a cabo determinados ejercicios en la lucha.
Ya en los años 20, empezaron a surgir los primeros pasos del Pole occidental, cuyo origen hay que buscarlo también en los shows de burlesque y en espectáculos circenses. Pero en 1994 se empezó a considerar más que un show y se comenzó a ver como un deporte gracias a Fawnia Dietrich, que fue la primera mujer en dar clases de Pole Dance en su propia escuela.
Hoy, además de ser una disciplina muy popular y divertida, cuenta con competiciones enfocadas al ámbito acrobático y artístico. El primer concurso se celebró en 2005 en Ámsterdam y el primer hombre que ganó uno de estos torneos fue el bailarín Zhang Peng en 2007. El Pole Fitness tiene reglamento y es un deporte federado.
¿Qué es el Pole Dance?
Es una disciplina deportiva en la que se realiza la actividad (que mezcla posturas de baile y yoga) con un elemento principal: la barra vertical fija. Para practicarlo no hace falta ser deportista profesional, aunque sí que hay que tener un mínimo de forma física y de fuerza y coordinación, y se puede hacer a cualquier edad, desde niños a personas adultas. Es muy efectivo sobre todo para fortalecer el tronco superior (brazos, abdomen) y las piernas.
El trabajo principal en esta disciplina se lleva a cabo con el propio peso del cuerpo (sobre todo brazos y piernas) y así se van introduciendo poco a poco diferentes movimientos. Por supuesto, para aprender a practicarlo hay que contar con la ayuda de un entrenador que nos dé las claves para iniciarnos en este deporte que une baile y acrobacias.
La constancia es fundamental a la hora de ejecutarlo, ya que requiere de gran precisión y coordinación, por lo que no hay que ‘desesperarse’ si al principio cuesta más hacer algún movimiento.
Cada clase suele durar una hora y media e incluye un calentamiento de varios minutos, fundamental para evitar lesiones. Luego el profesor se centra en mostrar cómo realizar los giros, subidas, diferentes figuras y finalmente coreografías más elaboradas.
Beneficios para la salud mental
Como todos los deportes, el Pole Dance tiene, además de grandes beneficios para la salud en general, favorece la salud mental. ¿De qué manera? Es divertido, esto ya es un punto a favor de esta disciplina. Cada movimiento que se lleva a cabo en esta disciplina supone un nuevo reto personal, esto aporta ilusión y motivación, algo fundamental cuando se está pasando una época de estrés o ansiedad o en la que se cuente con más preocupaciones de las habituales.
Cada reto superado hará que suba la autoestima, te sientas mejor contigo mismo y esa emoción la puedas llevar a todos los aspectos de tu día a día mejorando de esa forma tu estado de ánimo. Irás perdiendo el miedo poco a poco y superarás tus límites en cada clase, según explican desde Aerialmad. El esfuerzo que requiere su práctica hace que mejore la capacidad de concentración e incluso la imaginación a la hora de ir probando nuevas figuras.
Cuando vayas a clase, solo podrás pensar en el siguiente movimiento y dejarás a un lado el estrés, cuyo nivel se reducirá notablemente. Esto ayuda a conectar cuerpo y mente y a centrarse en lo que se está haciendo en cada momento.
A esto le debemos sumar una mejora en la calidad del sueño. Como en la práctica de cualquier tipo de baile o deporte, se estimula la producción de endorfinas y aumenta al mismo tiempo el nivel de serotonina. Esto favorece la producción de la hormona que regula el sueño. Notarás una relajación total a la hora de irte a la cama y verás cómo concilias el sueño con más facilidad, algo fundamental para afrontar cada día con una mayor energía y positividad.
Más fuerza y cuerpo más tonificado
Si los beneficios para la salud mental son muy importantes, no lo son menos los que notarás en tu cuerpo y en tu salud general. En el Pole Dance o el Pole Fitness se ven rápido los resultados, sobre todo a la hora de tonificar tus músculos. Cada ejercicio presta atención a una parte concreta del cuerpo: desde los brazos, la colocación de las manos, la contracción abdominal para dar estabilidad, los hombros y piernas… Poco a poco verás cómo se tonifican y se van marcando. Esto hará que te sientas más fuerte y cada día te superes un poquito.
La flexibilidad es otra de las ventajas que da la práctica de este baile acrobático. Los giros, arcos o la apertura de piernas hacen que las articulaciones se sientan más flexibles. Es importante estirar bien antes y después de una de estas clases para evitar lesiones o dolores posteriores.
Trabajar contra la gravedad con algunos giros y piruetas, hace además que se fortalezcan los huesos y se aumente su resistencia. Verás cómo mejora tu circulación sanguínea, algo que reduce también el riesgo de padecer varices.
Además, el Pole Dance puede ayudarnos a perder peso y a ganar masa muscular, ya que muchos de sus movimientos aceleran el metabolismo y hacen que se eliminen toxinas de manera más rápida siendo un desintoxicante natural perfecto si estamos haciendo algún tipo de dieta para adelgazar y que evita la tan temida retención de líquidos.
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