Las relaciones bucle o aquellas en las que las dos personas de la relación de pareja continúan involucrándose sentimentalmente a pesar de las dificultades persistentes, pueden ser muy perjudiciales para quienes las viven. Este tipo de bucle amoroso está formado por continuas rupturas y reconciliaciones y por patrones de comportamiento repetitivos que solo sirven para vivir en una constante duda e incertidumbre.
El término ‘bucle amoroso’ no es un concepto técnico o científico establecido, pero puede ser utilizado de manera informal para describir situaciones en las que las relaciones amorosas siguen un patrón repetitivo o cíclico. Esto podría referirse a relaciones en las que las mismas dinámicas, desafíos o problemas surgen una y otra vez, creando un ciclo que puede ser difícil de romper.
María Teresa Rodríguez de Castro explica en su libro Amores elípticos algunas claves para profundizar en este tipo de amor. “Iniciaremos un viaje por las tensiones que se viven en su seno y las desequilibran, y por los trabajos que posibilitan la expansión hacia su núcleo radical, donde adquieren vitalidad y hondura. El resultado es una teoría acerca del amor y una cosmología, una visión personal sobre el territorio afectivo, con sus montañas y sus valles. El amor entendido como corriente y como cauce”, explica la autora.
Cómo salir de las relaciones bucle
Salir de esas relaciones bucle no suele ser una decisión fácil puesto que la dependencia emocional suele dificultar el momento de la ruptura y se suele volver a caer en la misma piedra una y otra vez. Te damos algunas claves para evaluar si de verdad quieres seguir en esa relación que te hace dudar demasiado y en la que quizá no eres del todo feliz.
Evalúa tu felicidad y bienestar general en la relación. ¿Te sientes satisfecho y apoyado, o predominan la tristeza y el malestar? Si la respuesta es lo segundo, estás dentro de una relación tóxica que no te va a ayudar jamás a ser feliz.
La comunicación es esencial en una relación. Si la comunicación está rota o hay patrones tóxicos, puede ser un indicativo de problemas más profundos. Además, el respeto mutuo es fundamental. Si hay faltas de respeto por una de las dos partes o por las dos, es crucial considerar la posibilidad de dejar la relación. Cuando antes lo hagas, mejor.
Asegúrate de que tú y tu pareja compartís metas y valores fundamentales. Diferencias significativas en estos aspectos pueden conducir a conflictos persistentes. Las relaciones deben permitir el crecimiento personal de ambos individuos. Si sientes que estás estancado o limitado en tu desarrollo personal, podría ser un signo de que la relación no es sana.
La confianza es esencial para cualquier relación exitosa. Si hay violaciones constantes de la confianza y no se pueden resolver, puede ser un motivo para reconsiderar la relación. Los celos no son buenos compañeros de viaje. Confiar en tu pareja es clave para ser feliz.
La conexión emocional y física es vital en una relación. Si sientes que la intimidad se ha perdido y los intentos de solucionarlo han sido infructuosos, podrías considerar dejar la relación. Además, si continuamente os enfrentáis a los mismos problemas y no ves una solución factible y realista, es posible que sea necesario evaluar si la relación tiene un futuro positivo o es mejor dejarlo.
Reflexiona sobre tus propias necesidades, deseos y límites. ¿Te sientes realizado en la relación, o estás sacrificando tu felicidad y bienestar? Considera buscar la ayuda de un terapeuta, ya que puede proporcionar perspectivas útiles y estrategias para superar los desafíos.
Cómo romper sin hacer daño
Es muy complicado romper una relación sin que una de las dos partes o incluso las dos se vean perjudicadas. Cuando estamos ante relaciones bucle en las que se rompe y hay reconciliaciones una y otra vez, esa ruptura se complica aún más porque conlleva sentimientos como la culpa, muchas veces sin ningún tipo de fundamento real. Hay maneras de manejar la situación con empatía y respeto y con estos puntos será más sencillo dejar a tu pareja sin que el dolor sea excesivo:
-Cuida de ti mismo. Salir de relaciones bucle o difíciles puede ser emocionalmente agotador. Asegúrate de cuidar de tu bienestar emocional y, si es necesario, busca apoyo de amigos, familiares o profesionales.
-Sé claro pero amable. Es importante ser honesto acerca de tus sentimientos, pero trata de expresarlos de una manera amable y compasiva. Evita culpar o criticar a la otra persona y escucha al otro, pero siempre sin dejarte influir por su dolor o sus reproches. Reconoce el dolor que la ruptura puede causar y muestra respeto hacia la otra persona. Evita comentarios hirientes o despectivos.
-Elige un lugar y momento apropiados. Busca un entorno privado y tranquilo para tener la conversación. No lo hagas en un lugar público donde pueda sentirse incómodo.
-Explica tus razones. Sin entrar en detalles excesivos, comunica tus razones de manera honesta pero cuidadosa. Evita ser demasiado vago o irte por las ramas, ya que la claridad puede ayudar a la otra persona a entender la situación.
-Escucha sus sentimientos. Después de expresar tus razones, permite que la otra persona comparta sus sentimientos. Escucha con empatía y respeta sus emociones, incluso si no estás de acuerdo.
-Evita echar la culpa. En lugar de culpar a tu pareja, habla sobre cómo has llegado a la conclusión de que la relación ya no es adecuada para ti. Utiliza un lenguaje que evite señalar a la otra persona como responsable exclusivo.
Si fuese apropiado, muestra disposición para brindar apoyo emocional durante la transición. Sin embargo, establece límites claros para permitir que los dos podáis seguir adelante y rehacer vuestras vidas por separado. En ese sentido, después de la ruptura, es posible que ambos necesitéis tiempo y espacio para curar la herida. Respeta la necesidad de distancia y evita enviar señales contradictorias.
Quizá no en ese momento, pero después podéis hablar sobre cómo vais a manejar el contacto futuro, especialmente si tenéis amigos en común o algún tipo de bien que tengáis que repartir. Aclarar las expectativas puede ayudar a evitar malentendidos y a caer de nuevo en relaciones bucle.
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