Una relación de pareja puede pasar por muchas etapas y no siempre uno está al cien por cien seguro de lo que quiere o necesita en un determinado momento de la vida. Tener dudas en el amor es algo que puede suceder y que no siempre es negativo, aunque es bueno saber cuáles son los motivos que nos han llevado a un momento de incertidumbre que puede dar al traste con lo que quizá hayamos construido con el paso del tiempo.
Una relación no tiene que ser perfecta y puede tener fases en las que se desarrollen ciertos sentimientos de culpa, remordimiento o dudas. Esto suele suceder cuando uno de los dos miembros tal vez no está al cien por cien seguro de querer seguir adelante con esa historia y es habitual que no se sepa cómo actuar ante ese momento de dudas. La incertidumbre nos lleva a la inestabilidad y eso hace que también nos podamos sentir inseguros.
Según un estudio de Personality and Social Psychology Bulletin, las inseguridades son uno de los principales motivos que llevan a la insatisfacción en pareja. Si las dudas son una constante, tal vez estés forzando una historia de amor que debería haber terminado hace ya tiempo. Pero si utilizas esas dudas para crecer, fortalecer tu unión amorosa y para favorecer la comunicación, verás como la relación sale más fuerte de esa incertidumbre puntual.
¿Por qué dudas de tu relación?
Quizá esta es la primera pregunta que deberíamos hacernos cuando sentimos que nuestra relación de pareja se tambalea. Tener dudas no es malo en sí, sino que suele ser normal y nos puede llevar a tener una relación sana y feliz si esas dudas se interpretan de una manera positiva, ya que pueden llevarnos a conocernos mejor a nosotros mismos y a la otra persona de la que estamos enamorados.
Uno de los motivos por los que pueden surgir esas dudas es que quizá tengamos unas expectativas demasiado altas con respecto a la relación en la que estamos. Cuando comienza una historia de amor todo suele ser de color de rosa. No hay discusiones ni conflictos, todo va como la seda y no surgen los problemas en un primer momento. Pero cuando van pasando los meses, en una relación de pareja pueden surgir conflictos y problemas que tal vez nos hagan ver que no es todo tan perfecto como pensábamos.
Pero, ¿eso es algo malo? Pues no necesariamente. Vivir una relación romántica es algo muy bonito pero a veces no es real al cien por cien. Debemos saber que en el amor hay etapas y fases y que no siempre va a ser todo ideal y perfecto. Pero es la vida misma. Habrá días más aburridos, otros más intensos, otros en los que la rutina se apoderará de alguno de los dos… pero si hay amor, eso será simplemente un momento más y os quedaréis con los buenos momentos y con vuestra complicidad para superar también aquellos que no sean tan felices.
Hay otras veces que las dudas surgen porque se ha tenido una mala experiencia sentimental en otro momento de la vida. Los traumas sentimentales dejan huella en todos y esos miedos pueden surgir a la hora de empezar una nueva relación. La inseguridad es algo habitual cuando por ejemplo te han sido infiel en una relación pasada o has vivido una relación tóxica que te haya hecho daño. Incluso cuando no hay una justificación real para que eso pase, puede suceder y hacerte tener cierto prejuicios sobre tu nueva relación.
Pero eso se puede tratar con un profesional y también es bueno que lo hables con tu nueva pareja, para que ambos vayáis por el mismo camino y con un mismo objetivo: una relación sana y feliz. La comunicación es clave para una relación estable, sin dependencia emocional y con amor del bueno.
El miedo al compromiso también puede hacernos dudar de querer continuar con una relación de pareja. No todo el mundo está hecho para vivir en pareja y por eso es necesario ser claro desde el inicio con esa relación incipiente. No hablamos solo de casarse o tener hijos, sino de mantener una relación estable y duradera en el tiempo. Puede haber cierto miedo a perder independencia, a tener que compartir la vida con otra persona, a ver o no futuro al lado de alguien… Si te surgen dudas en este aspecto, díselo cuanto antes a la otra persona para que luego no haya malos entendidos.
Las dudas pueden surgir también cuando una pareja tiene diferentes objetivos vitales o de futuro. Si tú quieres casarte y la otra persona no, quizá no deberíais seguir adelante. Pero también puede ser por discrepancias laborales o de valores no compartidos. Siempre hay que hablar de estos aspectos para ser claros y honestos desde el principio. Tener metas en común es clave para que la relación llegue a buen puerto.
Cada pareja tiene sus límites y muchas veces la fidelidad puede hacer que surjan dudas a la hora de mantener una relación. Si te han sido infiel, puedes ver fantasmas donde seguramente no los habrá. Una relación debe estar basada en el respeto y la confianza, si tienes un miedo constante a que te sean infiel, tal vez necesites poner sobre la mesa tu inseguridad y buscar una solución en común, como puede ser ir a terapia de pareja.
Las dudas puede aparecer en un momento concreto cuando a lo mejor la relación ha llegado a un punto en el que la monotonía se ha apoderado de vosotros. Si la pasión está en su punto más bajo, pero crees que se puede recuperar, háblalo con la otra persona y tratad de buscar vuestros momentos de intimidad y diversión tan necesarios. La pasión, si hay amor, también se puede trabajar.
¿Qué hago si dudo?
Lo primero que deberíamos hacer si nos surgen estas dudas, es reflexionar sobre nosotros mismos. Pregúntate qué quieres y qué no quieres de tu relación y piensa de forma honesta y sincera en si quieres un futuro al lado de esa persona. Una vez tú sepas lo que te pasa, habla con la otra persona y cuéntale tus preocupaciones o tu incertidumbre para que te entienda y juntos podáis poner remedio a esas dudas. Si ambos queréis seguir con vuestra historia de amor pero no sois capaces de solucionarlo solos, podéis acudir a terapia de pareja para que os de los pasos a seguir para lograrlo.
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