Salud mental

Meditación o mindfulness: cómo cuidar tu salud mental con pequeños gestos

La meditación se ha convertido en una rutina más para muchas personas y ayuda a controlar nuestro estrés y las emociones más negativas

La meditación y el mindfulness se han convertido en una rutina más para millones de personas en todo el mundo y más después de los últimos dos años. Que la pandemia ha traído consigo, o más bien ha hecho que aflorasen, una oleada de problemas de salud mental, no es ninguna novedad. 

Una situación que se está manteniendo en el tiempo debido a varios factores: la guerra de Ucrania, una crisis, la creciente inflación, la incertidumbre económica… que no hacen más que agudizar lo que ya había explotado tras la llegada del coronavirus. Todo esto ha desembocado, en que hayamos empezado a asistir a un cambio de paradigma donde ya no es raro que los ciudadanos empiecen a interesarse, buscar herramientas y responsabilizarse del cuidado de su salud mental.

La pandemia ha redescubierto la meditación y ha puesto encima de la mesa la importancia de cuidar la mente. Nos ha dado la capacidad de cuidar nuestra mente sin que ir al psicólogo sea la única opción”, explica Alba Valle, psicóloga sanitaria y fundadora de Loca Sabiduría. En 2021 se recetaron en nuestro país, según el Ministerio de Sanidad, más de 54 millones de cajas de ansiolíticos y antidepresivos, un dos por ciento más que en 2020 y con una tendencia clara de seguir aumentando; y según la OMS, en España una de cada cuatro personas tiene un problema de salud mental actualmente.

“Todo esto ha evidenciado algo que ya estaba, pero que la pandemia, la guerra y la crisis económica ha dejado ver, la sociedad tiene una gran carencia en el cuidado de su salud mental. Estamos empezando a ser conscientes de que necesitamos ayuda y recursos para afrontar la insatisfacción, la incertidumbre, la falta de seguridad, la sensación constante de peligro y amenazas”, comenta la psicóloga y experta en mindfulness.

Meditación o mindfulness: cómo cuidar tu salud mental con pequeños gestos
La meditación favorece la capacidad de concentración.Pixabay

Meditación para afrontar el día a día

La meditación ya no es solo una cosa de unos cuantos hippies, sino que se ha empezado a introducir en áreas como la educación o los entornos corporativos, es una herramienta terapéutica para profesionales como psicólogos o coaches, e incluso en todo lo que tiene que ver con la maternidad y crianza”, asegura. 

“Antes el running era solo de unos pocos, y ahora todo el mundo sale a correr, atender a nuestra mente y escuchar nuestros pensamientos está dejando también de ser algo raro y la meditación se está convirtiendo en un recurso asequible, al alcance de todo el mundo y que nos permite disfrutar de la vida tal y como es”, opina la psicóloga.

El mindfulness y la meditación son dos herramientas psicológicas que te ayudan a tomar el control sobre tu atención. En castellano se ha traducido como ‘atención plena’, que no tiene nada que ver con la etimología pero nos sitúa de lleno en el concepto. Cuando hablamos de mindfulness, siempre hay cuatro habilidades presentes:

  • Capacidad de estar atento: el mindfulness como entrenamiento para aprender a focalizar la atención de manera consciente.
  • Capacidad de vivir en el presente: es decir, saber permanecer en el aquí y el ahora. Vivir anclados en el pasado o pensando siempre en lo que vendrá en el futuro, es una enorme fuente de malestar.
  • Capacidad de dirigir la intención: cuanto más entrenas tu mente para dirigirla hacia donde eliges, más fuerza cobra tu intención. Reduce la tendencia a dejarlo todo para mañana (la famosa procrastinación).
  • Capacidad de aceptar: tenemos que aprender a estar en contacto con las experiencias sin entrar en juicios, luchas, críticas o conflictos. Es decir, con el mindfulness entrenamos la aceptación con responsabilidad.

¿Mindfulness o meditación?

La meditación es una herramienta que podemos utilizar para generar estados mindful de forma autónoma. “Es decir, no necesitas que las condiciones externas de la vida te lleven a ese estado, sino que tú puedes acceder a él con entrenamiento. Cuanta más práctica desarrolles, más sencillo te resultará abrir tu mente y desengancharte de pensamientos, emociones y sensaciones que te hacen daño. Mindfulness no es sinónimo de meditación, pero la meditación es la vía más directa y práctica para desarrollar con más facilidad estados de mindfulness”, nos explica Alba Valle.

Meditación o mindfulness: cómo cuidar tu salud mental con pequeños gestos
La meditación ayuda a prevenir posibles problemas psicológicos.Pixabay

Beneficios de la meditación

- Te ayuda a manejar el estrés. Este es el beneficio más estudiado y más validado. Está más que demostrado que el mindfulness te ayuda a gestionar el estrés y a todos sus ‘primos’: miedo, ansiedad, inseguridad, nerviosismo. “Yo lo sé por mi propia experiencia profesional: ocho de cada 10 personas que acuden a terapia lo hacen por algún problema relacionado con la ansiedad”. 

- Fortalece tus capacidades mentales y mejora la atención. La meditación un entrenamiento de la atención en toda regla. Desarrolla tu capacidad de enfocar (y mantener) la atención donde tú elijas. Por eso se utiliza muchísimo en la educación y en las empresas. Si, por ejemplo, estás preparando unas oposiciones, si eres emprendedor, o si estás enfrascado en cualquier otro proyecto, practicar mindfulness puede, entre otras cosas, reducir tu estrés, enseñarte a manejar los nervios o evitar que te quemes en el trabajo y que superes bloqueos.

- Previene problemas psicológicos (y cambia la estructura de tu cerebro). La práctica diaria del mindfulness es capaz de cambiar tu estructura cerebral. Cuando empiezas a practicarlo de forma regular lo primero que notas son cambios en tu funcionamiento y en el control de tus reacciones. Pero, con el tiempo, se producen cambios más profundos. La práctica de la meditación mindfulness y la incorporación de estrategias mindful para el día a día provocan variaciones en tus patrones cerebrales ante diferentes situaciones.

- Te ayuda a manejar los bajones anímicos y a superar la depresión. Tanto los problemas depresivos como los bajones anímicos tienen su causa en rumiar constantemente los pensamientos dañinos. Es la pescadilla que se muerde la cola: al rumiar estos pensamientos, lo que haces es azuzar emociones dolorosas que, a su vez, avivan los pensamientos que estás rumiando. Es decir, una vez que entras en el círculo vicioso de los bajones anímicos, es difícil salir porque constantemente se está alimentando a sí mismo. Es lo que se llama ‘entrar en bucle’. Y eso, por supuesto, tiene un precio para tu bienestar mental.

- Desarrolla la flexibilidad psicológica: ganarás capacidad de adaptación. La flexibilidad psicológica es uno de los aspectos más importantes de la inteligencia en general, y de la inteligencia emocional en particular. También es la mejor aspirina de protección de la salud. Te ayuda a no desarrollar problemas psicológicos, prevenir recaídas y superar los conflictos emocionales.

- Tus emociones bajo control. Para empezar, vas a empezar a ser consciente de cuándo surge una emoción. Aprendes a detectarla, la ves con claridad y comprendes cómo funciona. Eso te ayuda a no engancharte a ella y a reaccionar a tiempo. A medida que practiques irás construyendo tu ‘manual de instrucciones’ personal, que te permitirá tomar mejores decisiones, prevenir conflictos innecesarios o saber qué quieres de verdad en la vida. 

- Te aporta bienestar general. Quien se encuentra 100% bien y no necesita mejorar ninguna capacidad en particular, también puede aprovechar todos los beneficios que aporta”, concluye Valle.

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