Orbiting, ghosting, stalkear... Hay muchos términos que deberíamos conocer en estos tiempos y que están conectados con las relaciones de pareja. Una ruptura no es plato de buen gusto para nadie, ni para el que rompe ni para el que es ‘dejado’. En una relación de pareja, cuando llega un momento en el que el amor se termina por los motivos que sean, para algunas personas no es fácil dejar de saber de la otra persona y quieren seguir en contacto de una u otra manera. Y es cierto que en estos tiempos de redes sociales, eso es más fácil que nunca y no siempre es algo positivo.
Cuando hablamos de orbiting debemos conocer primero qué significa el ghosting. Seguro que habrás oído hablar de estos términos pero no sabes muy bien qué significan. El ghosting es literalmente cuando alguien se convierte en un ‘fantasma’, es decir, desaparece sin dejar rastro y de manera repentina.
Cuando alguien mantiene una relación del tipo que sea, ya sea amorosa o una amistad con derecho a roce, y de repente deja de contestar a las llamadas, a los mensajes o de dar señales de vida como si se le hubiera tragado la tierra, eso es hacer ghosting. Esa persona no tiene una conversación con la otra para explicarle que no quiere continuar con la relación y hace como que no ha existido nunca. Desaparece del mapa.
Podríamos decir que el orbiting es una derivación del ghosting. Cuando en una relación de pareja (ya sea con alguien al se conoce desde hace un tiempo o con el que se ha pasado una noche o se ha tenido una cita), una de las dos personas quiere romper el contacto y dejar de tener una relación íntima pero de alguna manera sigue manteniendo el contacto sin ‘cerrar’ la historia, hablamos de orbiting.
Se da sobre todo a través de las redes sociales, dando por ejemplo ‘me gusta’ a las publicaciones de la otra persona, viendo sus stories de instagram o haciendo pequeños comentarios en sus posts con emoticonos. Pero eso sí, esa persona no contesta a una llamada o a un mensaje de la persona con la que ha cortado.
Cómo identificar el orbiting
En el caso de una ruptura se puede dar de forma repentina e inesperada o de manera más paulatina, pero el final va a ser el mismo. Para poder identificar que te están haciendo orbiting, deberías estar atento a algunas señales que indican que la otra persona lo está llevando a cabo, como que disminuyan las veces que quedáis y aumenten las interacciones a través de las redes sociales a través de mensajes y no de llamadas, o que la otra persona se muestre distante y no conteste a las llamadas pero sí de ‘like’ a tus publicaciones.
Consecuencias del orbiting
Orbiting viene del verbo 'orbit' en inglés, que significa orbitar, es decir, dar vueltas sobre algo sin llegar a mantener contacto directo. En el orbiting las personas dejan de tener explícitamente una relación, pero de forma implícita, sigue existiendo cierto contacto. La persona que lo padece y que es ‘orbitada’ puede verse atrapada en una relación que no va a ninguna parte y puede seguir haciéndose ilusiones sobre un posible futuro o una vuelta atrás en la ruptura. Además, puede dudar entre si la relación está rota del todo o el otro está tomándose un tiempo y luego querrá volver a retomar el contacto.
Pero la realidad es que esa persona probablemente solo quiera saber qué estás haciendo o con quién estás saliendo y no tenga ninguna intención de volver contigo. Esto puede provocar dependencia emocional de esa persona, que dejan quizá de conocer a otras personas albergando la esperanza de que el otro cambie de opinión y en un momento dado decida volver con ella.
Aunque este tipo de conductas pueden parecer inocuas y hasta infantiles en algún aspecto, ya que no se tiene la valentía de cortar por lo sano con la otra persona, pueden ser muy tóxicas ya crean patrones en los que la otra persona se puede sentir vigilada o atrapada en una relación que no sabe si de verdad está finiquitada. Las víctimas de orbiting, se vuelven emocionalmente dependientes de las personas que rompieron con ellos.
Tras vivir una conducta de este tipo, pueden aparecer reacciones en la persona que lo ha vivido que estén caracterizadas por la sorpresa y la confusión, la tristeza o la culpa (al pensar que eres tú quien ha hecho algo ‘malo’ y por eso el otro ha desaparecido), se puede intentar de manera excesiva volver a recuperar esa relación sin pensar en cómo está actuando el otro, hasta llegar a la aceptación.
Qué puedes hacer
Cuando notamos que una expareja está pendiente de todo lo que hacemos, de con quién estamos o de cómo estamos viviendo la ruptura, deberíamos preguntarnos por qué seguimos nosotros pensando en esa persona y por qué le ‘necesitas’. Deberías tomar distancia y explicarle al otro cómo te hace sentir esa situación intentando mantener una conversación con él o ella. Si no es posible, escríbele un mensaje explicándoselo. Además, conviene que aceptes que que alguien dé ‘me gusta’ a una de tus fotos no implica que quiera volver contigo. Aceptarlo es clave para mirar hacia adelante.
Si no se da por aludido y continúa con el contacto y las interacciones, quizá la mejor solución sea que bloquees a esa persona de tus redes sociales, de whatsApp y de tu teléfono. De esa forma, esa otra persona entenderá de una vez por todas que te está haciendo daño y que esa manera en la que actúa es perjudicial para ti.
A partir de ahí, trata de cuidarte y mimarte, pensar en ti y en las cosas buenas que tienes a tu alrededor. Piensa que esa persona solo ha estado mirando tus publicaciones para no perderse nada de lo que te está pasando y que no ha sido ‘valiente’ para afrontar la ruptura con una conversación cara a cara en la que te dejara las cosas claras. Date cuenta de que esa relación solo será algo tóxico que no va a ningún sitio.
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