Salud mental

Paciencia en el trabajo: trucos para ser paciente contigo y con los demás

Perder la paciencia en el entorno laboral puede suponer que nos frustremos y que las relaciones con el resto de compañeros de trabajo se vean perjudicadas

La paciencia es la madre de la ciencia, dice un refrán popular y es más que cierto cuando lo aplicamos a nuestras relaciones laborales. Ser paciente en la oficina, con tus compañeros o ante un conflicto o situación de cierto estrés, puede llevarte a tomar una decisión mucho más correcta y a ver las cosas que puedan ir surgiendo en el día a día con más perspectiva de futuro. 

En estos tiempos en los que todo va muy rápido, se corre el riesgo de que todo el mundo lo quiera todo y ya. Eso no siempre es posible. Es más, en la mayoría de los casos hay que esperar para conseguir alguna meta y perder rápidamente la paciencia solo jugará en nuestra contra. Cuando hablamos de ser pacientes esto no quiere decir que se haya que ser pasivo o sumiso ni resignado, sino que debemos ser tolerantes, activos pero no agresivos y que es necesario saber escuchar a los demás para también aprender nosotros sin imponer nada.

Tener paciencia no significa ser indeciso ni tener capacidad de resolución de problemas o conflictos. Ser paciente quiere decir que somos capaces de pararnos a respirar, analizar la situación, ver las resoluciones y solo entonces actuar para cambiar lo que queramos cambiar de la mejor manera posible. 

Beneficios de tener paciencia en la oficina

Tendrás mayor claridad. Cuando uno tiene paciencia y no se muestra agobiado por cada reto o situación de conflicto que pueda surgir, está mucho más enfocado en el aquí y ahora y en los resultados a largo plazo. Actuar con calma, pensando las cosas antes de decirlas o hacerlas, permite tener una visión de objetivos más grandes, de mayor trascendencia y construir así las estrategias necesarias para conseguirlos.

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Tener paciencia en el trabajo es clave para tu felicidad laboral.Pixabay

Se desarrollan actitudes positivas. El estrés no es un buen consejero, nos hace sentir impacientes y es ahí donde aparece el mal humor, que nos lleva a visualizar solo el lado negativo de todo lo que tenemos a nuestro alrededor y a culpar a los otros de todo lo que nos pueda suceder. Al actuar con paciencia, tenemos la oportunidad de visualizar y asumir actitudes más positivas y de aprender de todo lo que nos pasa con optimismo y mirada hacia el futuro. 

Mejora las relaciones personales. Por supuesto que en un entorno laboral los compañeros o jefes pueden tener visiones diferentes a las nuestras y no hay nada malo en decirlo si no coinciden, pero tener paciencia, saber escuchar al otro y entender sus razones o motivos para pensar o actuar de una u otra manera, hace que mejoren las relaciones entre compañeros o con tu jefe. Igual sucede en una negociación de un sueldo, por ejemplo. Tener paciencia favorece así el buen ambiente y que haya una comunicación fluida entre los miembros de un equipo u organización. 

Reduce el estrés. Cuando uno está estresado, eso se ‘contagia’ y hace que los que tienes alrededor también se puedan sentir más inquietos o preocupados. No quiere decir que la paciencia vaya a terminar con el estrés laboral, pero sí que lo reducirá y mitigará los efectos que pueda provocar en tu día a día. 

Empieza por ti

Hay ocasiones en las que pensamos que todo lo que pasa a nuestro alrededor es culpa de los demás, pero deberíamos siempre empezar a mirarnos a nosotros mismos y no tratar de juzgarnos en exceso. Ser paciente con uno mismo es esencial para mejorar las relaciones con los demás en un entorno como puede ser el trabajo. Quizá lo primero que deberías hacer es preguntarte por qué eres impaciente y qué situaciones te ponen al límite en ese sentido. Después de analizarte a ti mismo, trata de ver cómo es tu realidad y tu entorno para que puedas ir sintiéndote más feliz. 

Es clave que cuides tus relaciones laborales con tus compañeros y tu entorno, ya que así te sentirás parte de la organización y el sistema. No se puede ser amigo de todo el mundo, pero sí deberías tratar de llevarte bien con la mayoría. Para no perder la paciencia, deberías plantearte objetivos a corto plazo para no vivir constantemente con la presión de mirar al futuro. No pases de una tarea sin terminarla o se te irán acumulando. Tener paciencia significa esperar y no siempre es sencillo, pero notarás que poco a poco pierdes esa angustia por conseguirlo todo de forma rápida o inmediata.

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Tener paciencia te ayudará a mejorar las relaciones laborales.Pixabay

Trucos para mantener la paciencia

- Canaliza el enfado. A veces es imposible no discutir o no enfadarse por algo que nos sucede en el trabajo, pero no debemos sentirnos frustrados si sucede. Intenta no llevarte el conflicto a casa y trata de buscar cómo canalizar ese enfado para que no te afecte más de lo necesario. Cuando te sientas demasiado presionado, sal a dar un paseo, relájate de alguna manera tal vez escuchando algo de música o incluso prueba con la meditación, que te hará llevar situaciones como esas con una mayor tranquilidad. 

- Es bueno desconectar al salir del trabajo, salir con tu pareja o tus amigos a tomar algo y cambiar la conversación y los pensamientos laborales. Trata de apagar el móvil o no mirar el mail de trabajo cuando estés en tus horas libres fuera de la oficina.

- Duerme lo suficiente. Descansar bien es clave para tener energía y ver las cosas con claridad. Cuando alguien duermo poco o mal se suele mostrar más impaciente y nervioso ante cualquier problema o reto, como explican los expertos de Infojobs. Aquí la respiración consciente puede ser una buena forma de aprender a relajarte y conciliar mejor el sueño. 

- Mantén el orden. Es fundamental tener un espacio de trabajo ordenado y limpio que te ayude también a mantener la calma en momentos donde puede ser fácil perderla. Ya sea si trabajas en la oficina o en tu casa, ten tu propio espacio lejos de ruidos y distracciones que te puedan quitar el foco de lo importante. 

- Escucha al otro. Es importante mantener una buena relación con los compañeros y tener empatía con ellos cuando quizá puedan perderse en una situación conflictiva. La empatía va de la mano con la paciencia en estos casos. Ponte en el lugar del otro, escúchale y trata de ayudar y no restar en las decisiones que haya que tomar. Intenta aportar ideas y soluciones, no al revés. Ser humilde y agradecerle al otro cuando te ayuda o el trabajo en equipo te hará llevar mejor tu impaciencia. 

La falta de paciencia a veces se manifiesta con quejas y sin opciones. Sé claro y honesto cuando sientes que no llegas a algo, pide ayuda y muéstrate sincero y humilde, pero sin quejarte sin motivo.

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