Salud mental

Cómo renunciar a un trabajo que no te gusta o que te hace infeliz

No es fácil dejar un trabajo. La incertidumbre ante lo que puede suceder nos suele paralizar y nos provoca un vértigo emocional difícil de superar

Un trabajo puede hacernos muy felices y llenarnos la vida profesional, pero en algunas ocasiones se convierte en un día a día que puede frustrar o hacernos tremendamente infelices. Esa insatisfacción puede estar motivada por muchas razones profesionales y personales que pueden llevarnos a querer renunciar al puesto de trabajo sin ni siquiera tener otro trabajo encima de la mesa. 

Un trabajo que nos hace sentir insatisfechos puede provocar estrés laboral e incluso ansiedad, no dormir bien, sentirse desmotivado en el día a día e incluso puede afectar a las relaciones personales con tu pareja, amigos o familia. Pero es cierto que la mayoría de la gente necesita trabajar para vivir y pagar las facturas, por lo que renunciar a un sueldo sin tener otra opción, no es algo que se deba decidir a la ligera.

En ese momento se produce una tensión emocional muy fuerte y la incertidumbre puede paralizarnos y hacer que sigamos en un trabajo que no nos satisface por el temor a no encontrar otro empleo en el corto plazo y no saber en qué situación va a quedar el lado económico en los próximos meses si renunciamos a ese puesto. 

Motivos para renunciar a un trabajo

A veces se aceptan trabajos porque no queda otra opción pero no son los que nos hacen realmente felices. Un empleo que no te gusta, hará que te sientas apático y sin ganas incluso de buscar otro trabajo. Pasamos buena parte de nuestra jornada en el trabajo por lo que lo ideal es que esas horas nos sintamos plenos, valorados y con la motivación necesaria para afrontar posibles retos y conflictos que puedan ir surgiendo. 

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El estrés y la desmotivación pueden llevar a dejar un trabajo.Pixabay

Todos merecemos ser felices en el trabajo. Ganar un sueldo es fundamental para vivir para la mayoría de los mortales, pero el llamado salario emocional también es importante. Sentirse satisfecho en el entorno laboral nos hará sentirnos más felices también fuera de él. Por eso, si sientes que no eres feliz, que estás desmotivado y que ni siquiera un salario a final de mes te llena lo suficiente, es hora de plantearte que deberías cambiar de trabajo. 

El estrés puede ser otro motivo para dejar un empleo. El síndrome del burnout en el trabajo es algo muy frecuente y cuando estás metido de lleno muchas veces no ves las consecuencias que puede tener para la salud física y también para la salud mental. Según la Guía del Mercado Laboral 2022, el 43 por ciento de los profesionales españoles afirma que siente cierta sensación de agotamiento o fatiga laboral. Si te sientes agotado, sin fuerzas para afrontar cada mañana un nuevo día, tienes dificultad para concentrarte y producir lo que necesitas para cumplir con tus tareas, es que estás quemado en el trabajo y tal vez necesitas un nuevo aire. 

Cómo dejar un trabajo

Es una incertidumbre normal y hay que saber afrontarlo con sangre fría y poniendo sobre la mesa qué es lo bueno que nos traerá esa decisión y cuáles son los puntos negativos a los que también tendremos que hacer frente. 

En esas preguntas que tendrás que hacerte antes de dejar un trabajo se encuentra asumir las consecuencias. Si has decidido renunciar a tu puesto, deberás aceptar la decisión y las consecuencias que pueda tener para ti. No todo va a ser malo. Ahora tendrás más tiempo para decidir qué es lo que realmente quieres hacer e incluso podría darte cancha para centrarte en un posible proyecto personal al que tal vez lleves tiempo dándole vueltas. 

Haz una lista sobre un papel con pros y contras de tu decisión para valorar tu decisión de manera objetiva. Es bueno tener un plan B. No se trata de tener otro trabajo ya en ciernes, sino de tener en la cabeza qué quieres hacer el día después, es decir, cuando ya no tengas  que levantarte para ir a trabajar a ese puesto que te hacía infeliz. Piensa a corto plazo, ponte posibles metas o plantéate qué te gustaría hacer a partir de ese momento. 

Puede que quieras formarte en algo que llevabas tiempo pensando o que quieras cambiar de sector. A lo mejor te planteas (si puedes) tomarte un año sabático para desconectar o hacer algo que siempre has querido hacer y las responsabilidades laborales no te permitían. Lo importante es tener algo en mente y ser consciente de cómo va a ser tu nuevo día a día porque va a cambiar tu rutina de manera radical.

Una vez hayas tomado la decisión definitiva, habla con tu jefe o con tu superior. No comentes tu decisión con otros compañeros de trabajo antes de hablarlo con tu jefe. Si le llegasen rumores a él, podría ser perjudicial para ti. Explícale cómo te sientes y cuáles son los motivos que te han llevado a dejar tu trabajo. Sé transparente y honesto, dilo con educación y sin entrar en valoraciones demasiado personales. 

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Pon en una lista lo bueno y lo malo antes de dejar un puesto de trabajo.Pixabay

Hazlo siempre con el tiempo suficiente para que puedan reorganizar el equipo y que eso no suponga un problema para ellos. Sé agradecido y trata de quedar bien, nunca sabes si en un futuro volverás a encontrarte con alguna persona de esa empresa y marcharse de malas o con una visión demasiado negativa, no será bueno para ti. Dejar un buen sabor de boca en la empresa siempre es positivo.

Cómo rechazar una oferta de trabajo

En algunas ocasiones sucede que nos ofrezcan un puesto de trabajo pero que no nos convenza del todo. Tampoco en esta situación es fácil decir que no y son muchas las preguntas que pueden asaltarnos en ese momento de decisión. Deberíamos madurar la respuesta y poner en una balanza lo positivo y lo negativo que podría traernos aceptar o rechazar esa oferta de trabajo. 

Si has decidido decir que no, hazlo siempre por vía presencial o telefónica, mejor que por mail. Ser honesto con tu interlocutor es fundamental para que entienda el motivo por el que le estás diciendo que no. Pueden ser motivos económicos, personales o puramente organizativos. “Sé asertivo y educado al revelarlos, es decir, si la razón por la que rechazas el empleo es puramente económica, puedes decir lo siguiente: Actualmente mis expectativas salariales son más elevadas. Entiendo que no podáis ofrecer un sueldo más elevado, pero si acepto la oferta mi economía se resentiría y no puedo permitírmelo”, recomiendan desde Infojobs.

No hagas que la empresa pierda el tiempo y si estás seguro de que no vas a aceptar el trabajo por lo que sea, dilo cuanto más rápido mejor, ya que así podrán encontrar a otra persona para ese puesto. Además, no cierres esa puerta de manera definitiva. Sé educado y transparente y agradece que hayan pensado en ti y en la confianza que han puesto en ti aunque finalmente rechaces la oferta. Nunca sabes si en algún momento te podrían volver a llamar o si te vas a encontrar a ese interlocutor en otra compañía.

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