De sobra son conocidos los numerosos beneficios que comer fruta tiene para la salud física. Sin embargo, no todo el mundo sabe que su consumo también afecta de manera importante a la salud mental. Desde hace años, son muchos los estudios que apoyan directamente la relación de la alimentación con el bienestar psicológico, y ahora una investigación centra la mirada en las frutas.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el consumo de este grupo de alimentos, al igual que el de otros como las verduras, reduce el riesgo de desarrollar enfermedades no transmisibles. Por lo que recomienda que sean una parte importante de nuestra dieta diaria.
Y más tras las conclusiones de un estudio de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Aston, Reino Unido, que asegura que es la frecuencia con la que comemos fruta la que influye en nuestra salud mental.
Comer fruta de manera frecuente es beneficioso para la salud mental
Según este estudio, publicado en la revista científica ‘British Journal of Nutrition’, comer fruta con bastante frecuencia mejora el bienestar psicológico, ayudando a mantener a raya enfermedades y trastornos como la depresión, la ansiedad o el estrés.
Eso sí, el detalle clave de la investigación es que es más importante la frecuencia que la cantidad. Es decir, es más beneficioso picar fruta varias veces a lo largo de un día que darse un atracón en un momento puntual.
Así, entre las conclusiones de los investigadores de la Universidad de Aston, señalan que el consumo frecuente de fruta tenía un mayor beneficio mental: “Cuanto más a menudo las personas del estudio comían fruta, más baja era la puntuación de la depresión y más alta la conseguida en favor de la salud mental”.
Por el contrario, según los expertos de dicho estudios, los alimentos considerados insanos (ricos en sales, azúcares y grasas) conseguían el efecto contrario: “Las personas que comen aperitivos salados, como las patatas fritas, que son bajos en nutrientes, tienen más probabilidades de mostrar mayores niveles de ansiedad”.
La investigación analizó la relación entre el consumo de frutas, verduras, dulces y aperitivos salados de 428 adultos de todo Reino Unido y su salud psicológica. Así, aquellos que priorizaban el consumo de alimentos pobres en nutrientes tenían más probabilidades de experimentar “lapsus mentales cotidianos”. Así lo explica la autora principal del estudio, Nicola-Jayne Tuck: “Se sabe muy poco de cómo la dieta puede afectar a la salud mental y al bienestar, y aunque no examinamos directamente la causalidad, nuestros hallazgos podrían sugerir que comer con frecuencia alimentos salados pobres en nutrientes puede aumentar los lapsus mentales cotidianos, lo que a su vez, reduce la salud psicológica”. Y es que, según apuntan, un mayor número de estos lapsus se asoció con un mayor número de síntomas de ansiedad, estrés y depresión.
Aunque son bastante comunes, no por ello no tienen que ser preocupantes. Los lapsus mentales son esos momentos en los que se es incapaz de recordar temporalmente alguna información o acto. Son fallos de memoria como por ejemplo olvidar dónde se ha dejado algo, el propósito de ir a algún sitio o recordar el nombre de alguien.
Al igual que las frutas, organismos e instituciones recomiendan el consumo de las verduras como parte de nuestra dieta diaria. Unos alimentos ricos en fibra, antioxidantes y micronutrientes, al igual que las frutas, pero parece que, en cuestión de salud mental, no tienen un efecto comparable. Así lo señalan los expertos que, aunque aseguran que aún es necesario ampliar la investigación, apuntan a que el hábito de cocinar los vegetales, haría disminuir su carga nutricional.
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