Convertidas en uno de los superalimentos más populares, las semillas de chía no son solo un ingrediente de moda, han llegado para quedarse. Y es que, al igual que otros como el jengibre, la canela o los arándanos, estas pequeñas semillas cuentan con unas excelentes propiedades nutricionales que ayudan a mejorar la salud.
De origen milenario, las semillas de chía proceden de América Central, más concretamente de la zona de México, Guatemala y Nicaragua, y según aseguran, fueron los aztecas los que convirtieron este alimento en uno de los favoritos de los guerreros ya que les aportaban energía y les permitía pasar días enteros alimentados únicamente con una cucharada de chía.
Como decíamos, son muchos los beneficios que se le atribuyen a la chía, unas semillas perfectas para preparar recetas de ensaladas, postres o desayunos, y que ya forman parte de la dieta de millones de personas.
Las semillas de chía son uno de los superalimentos más populares. Foto: Pixabay
Las enfermedades que las semillas de chía ayudan a combatir
Pertenecientes a la familia de la albahaca, la menta, el orégano o el tomillo, las semillas de chía tienen un perfil nutricional de lo más admirado. Y es que, en 100 gramos encontramos 5 de carbohidratos, 21 de proteínas y 24 de ácidos grasos insaturados. Además, aportan vitaminas y minerales como el calcio, el magnesio o la vitamina C.
Unos valores que han hecho que las semillas de chía sean un buen soporte tanto en la práctica de deporte como para el cuidado de la salud. Y es que, según los expertos, ayudan a combatir algunas conocidas enfermedades y dolencias como estas:
-Estreñimiento: además de ser una excelente fuete de fibra, las semillas llegan al intestino recubiertas de una sustancia de textura gelatinosa llamada mucílago que hidrata y lubrica el tracto, estimulando el movimiento intestinal y ayudando a combatir el estreñimiento.
-Obesidad: en los últimos años, las semillas de chía se han utilizado en las dietas para perder peso. Diferentes estudios promueven los beneficios de este alimento para luchar contra la obesidad, como el realizado por la Universidad Pontificia de Chile, que apunta a que los mucílagos de la chía pueden formar una barrera que disminuya la absorción de los carbohidratos. Además, “al consumir el mucílago de la chía y al mismo tiempo beber agua, aumenta su volumen y ocupa espacio en el estómago, lo que genera sensación de saciedad”, apuntan.
Las semillas de chía ayudan a combatir algunas conocidas enfermedades. Foto: Freepik
-Hipercolesterolemia: gracias a su contenido de ácidos grasos omega-3 y omega-6, las semillas de chía ayudan a controlar los niveles de colesterol en sangre, disminuye las lipoproteínas LDL (el llamado colesterol malo) y aumenta las HDL (el colesterol bueno).
-Problemas óseos: las semillas de chía son una buena fuente de calcio que ayuda a mantener la estructura ósea y a cuidar de los huesos. Un par de cucharadas de semillas de chía aportan en torno al 25% de la cantidad de calcio diario recomendada para una persona adulta.
-Diabetes: además de ser un alimento apto para los diabéticos, con un alto contenido en fibra, diversos estudios aseguran que las semillas de chía pueden ayudar a mantener controlados los niveles de azúcar en sangre favoreciendo la producción de insulina.
-Hipertensión: ricas en magnesio y potasio, las semillas de chía también ayudan a controlar los niveles de la presión arterial, por lo que los expertos recomiendan su consumo para prevenir enfermedades cardiovasculares.
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