Sentir atracción por alguien no siempre tiene que estar relacionado con el deseo sexual o las emociones románticas. Es un fenómeno psicológico y emocional que describe el interés o la afinidad que una persona siente hacia otra persona. Es una respuesta que puede estar influenciada por una variedad de factores, incluyendo aspectos biológicos, psicológicos, culturales y sociales.
Es un fenómeno complejo que puede manifestarse de diferentes maneras y en distintos contextos. Por ejemplo, en el contexto interpersonal, la atracción puede ser física, emocional, intelectual, sexual, entre otros. Puede llevar a la formación de relaciones de diversos tipos, como amistades, relaciones románticas o incluso vínculos profesionales.
La atracción no siempre implica una acción o un deseo consciente de establecer una relación, y puede ser un proceso complejo influido por factores internos (como la personalidad o las experiencias previas) y externos (como la cultura o el contexto social). Además, la percepción de sentirse atraído por alguien puede ser subjetiva y variar significativamente entre diferentes personas. Sentir esto por otra persona a veces incluso se da cuando se tiene pareja y no tiene que implicar una infidelidad física ni emocional.
Puedes sentirte atraído por alguien pero estar enamorado de tu pareja. Otra cosa es que esa atracción o deseo vaya un paso más allá y se cometa la infidelidad. Como decíamos, no solo se habla de atracción sexual o física, sino que existen otros tipos también relacionadas con la inteligencia, los valores e incluso con la espiritualidad.
Tipos de atracción
-Atracción sexual. Está relacionada con el deseo sexual hacia otra persona. A menudo está conectada con lo físico, pero puede incluir otros factores como la voz o la forma de moverse. La sexual es una de las esferas personales en las que prima el deseo por tener contacto físico de forma íntima con otra persona. Este tipo se reduce al acercamiento físico y casi siempre es pasajera y no dura más de unos cuantos encuentros. Una vez satisfecho el deseo sexual, la atracción termina. No siempre lleva a una atracción o relación sentimental o romántica.
-Atracción sentimental. Entre los tipos de atracción entre personas, la sentimental puede formar parte de otras atracciones, como la romántica o la amistosa. También puede surgir entre hermanos, padres e hijos, y otros familiares. Cuando hay atracción sentimental, se reconoce el valor del modo de sentir de la otra persona, y se le expresa cariño, confianza y respeto.
-Atracción romántica. Cuando se da la romántica, se va mucho más allá de lo que es un mero encuentro sexual. Normalmente se produce también un sentimiento de amor y de querer seguir viendo a la otra persona en otras situaciones que no tienen que ver nada con el sexo o el deseo. Hay una vinculación emocional y sentimental.
Con el paso de los años, puede incluso pasar que las relaciones sexuales sean mínimas o inexistentes, pero el amor continúa. Solo con amor, una relación no funciona. Tiene que haber conexión, compartir valores, tener objetivos en común y para muchas personas es clave también que exista la atracción sexual.
-Atracción amistosa. Está fundamentada en los sentimientos de la empatía y el cariño. Cuando se quiere a los amigos, se ríe y se llora con ellos, se está en los buenos y en los malos momentos sin pedir nada a cambio. En una amistad verdadera no existe ni la envidia ni el egoísmo. Los amigos se alegran por todo lo bueno que les pasa a los demás.
Los amigos son una importante red de apoyo en la vida y entre ellos no suele haber, aunque a veces se pasa de la amistad al amor o se pueden dar encuentros sexuales, un sentimiento romántico ni una atracción sexual. Cuando se pasa de la amistad a otro tipo de deseo, es necesario dejar las cosas claras para que ninguna de las dos personas sufra o tenga expectativas poco objetivas.
-Atracción intelectual. Surge del respeto o la admiración por la inteligencia, las ideas o los valores de otra persona. Las conversaciones estimulantes y la compatibilidad intelectual suelen ser componentes clave. En este tipo, lo físico no suele ser lo primero que nos atrae, sino que lo que nos llama la atención de alguien y que incluso puede hacer que nos enamoremos de esa persona es su inteligencia, su manera de ver la vida o su forma de expresarse.
La admiración es clave en este tipo y a la persona que se siente atraída le gusta aprender de la otra persona en algún área concreta. Incluso hay personas que solo se enamoran de otra por su inteligencia, los llamados sapiosexuales.
-Atracción física subjetiva. Se experimenta al sentirla hacia otra persona por su físico, pero no necesariamente se experimenta el deseo de tener contacto sexual. Es algo subjetivo y una gran admiración por la belleza de la otra persona. La imaginación suele aparecer aquí y se pueden imaginar situaciones o encuentros sexuales que tal vez nunca se van a producir.
-Atracción física objetiva. Las dos personas se conocen normalmente desde hace varios años, puede que haya una amistad de toda la vida, hay una relación personal entre las dos personas y se reconoce la belleza de una de ellas pero no hay ninguna fantasía sexual ni situación o sentimiento romántico.
-Atracción espiritual. Se basa en la conexión con las creencias espirituales o religiosas de otra persona. Puede incluir una afinidad por compartir valores espirituales o prácticas religiosas. Puede incluir también un sentimiento amistoso o deseo intelectual intelectual y cuando se da también una relación de pareja, incluiría también la física o sexual.
-Atracción social. Relacionada con la atracción hacia alguien debido a su estatus social, popularidad o carisma. Puede estar influenciada por el deseo de formar parte de un grupo social o de obtener ciertos beneficios sociales. No tiene que estar relacionada con ningún tipo de deseo por esa persona, ni físico, ni sexual ni intelectual. Es más un querer parecerse a alguien o querer estar en su posición.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación