El sexo ecológico debería estar presente cada vez más. Mantener relaciones sexuales y al mismo tiempo cuidar el planeta es posible y además no es tan complicado como nos puede parecer de inicio. Seguro que en tu día a día has cambiado en los últimos años algunos hábitos para tratar de ser algo más sostenible.
Es probable que uses ropa ecológica, que compres alimentos en mercados locales y ecológicos o que te muevas por la ciudad en bicicleta. Pues bien, ahora también puedes tener sexo ecológico para poner tu granito de arena frente al cambio climático.
Esta tendencia también conocida como sexo verde hace que lo ecológico también llegue a las relaciones íntimas. Se trata de un cambio en el estilo de vida que busca despertar la conciencia de las personas también en las relaciones sexuales cambiando hábitos de consumo y ajustando algunos aspectos del sexo para ayudar a mitigar los efectos de determinadas acciones en el medio ambiente.
¿Te has planteado alguna vez que sucede con los preservativos desechados? Según el Fondo de Población de las Naciones Unidas, se calcula que al año se fabrican unos 10 millones de preservativos masculinos y unos 35 millones femeninos, lo que supone millones de desechos pues la mayoría termina en basureros donde no suelen ser eliminados de una manera específica y segura.
Otro ejemplo que debería hacernos pensar tiene que ver con los juguetes sexuales. Las baterías comunes tardan entre 100 y 500 años en degradarse, así que ¿por qué no optar por un juguete sexual con pilas recargables y no desechables? Son solo dos ejemplos de pequeños gestos que pueden contribuir a estropear aún más nuestro planeta o a tratar de no empeorarlo. Todo depende de nosotros y de nuestros hábitos también a la hora de mantener relaciones sexuales.
Trucos para un sexo ecológico
Los expertos de Gleeden nos dan algunos consejos para tener sexo ecológico, es decir, hacer el amor y cuidar el planeta al mismo tiempo.
-Duchas a dos para una sexualidad ecológica. Podéis comenzar con una ducha juntos. No solo usarás menos agua, sino que es una gran excusa para comenzar un juego íntimo con tu pareja y quizá terminar en una noche de pasión. Sin embargo, tened cuidado de no hacer que la pasión dure demasiado en la ducha para evitar el desperdicio y cerrad el grifo mientras te enjabonas, por ejemplo. Tampoco apuestes por un largo baño de espuma en el que consumirás mucha más agua.
Y sí, también hay que tener cuidado con posibles accidentes, resbalones o caídas, que el agua y el sexo puede ser una mezcla muy divertida pero también una combinación traicionera. Si no tienes mucha destreza, mejor apuesta por un ligero juego juntos en la ducha y luego salid de ella para continuar el momento sexual ya fuera.
-Hacer el amor en la oscuridad. Otra forma sencilla de limitar tu consumo de energía y adoptar una sexualidad ecológica es tener sexo en la oscuridad, es decir, apagar la luz que muchas veces es absolutamente innecesaria. Es una buena manera de añadir un toque de erotismo a tu vida sexual y de redescubrir el cuerpo de tu pareja con solo tocarlo. Podéis jugar con el tacto, el oído con susurros o el olfato con aromas que os inspiren en ese momento de intimidad y despertar así otros sentidos que no sean la vista.
Y si sí o sí, quieres ver a tu pareja, ten sexo ecológico durante el día o coloca unas velas estratégicamente en la habitación para un sexo ecológico y cien por cien lleno de romanticismo.
-Lubricantes orgánicos. El uso de lubricantes está mucho más extendido ahora. Con este auge llega la aparición de los lubricantes orgánicos. Sí, aún no son muy numerosos en el mercado, pero existen y son esenciales para un sexo ecológico. Libres de parabenos, aceites naturales y petroquímicos, estos productos cien por cien naturales no dañarán el medio ambiente ni tu salud.
Estos lubricantes respetan el PH natural vaginal y están libres de sustancias químicas como parabenos, glicerinas o fragancias que puedan provocar irritaciones o alergias en esta zona tan sensible. Además, están fabricados sin hacer ensayos con animales. También los hay veganos y algunos están elaborados con glicerina de origen vegetal que hace que la textura del gel sea especialmente suave al tacto.
-Preservativos ecológicos. El mercado de condones ecológicos está atrayendo a más y más consumidores conscientes. Estos preservativos ecológicos son cien por cien de látex vegetal, sin gluten, sin caseína, sin parabenos o sin glicerina. La mayoría también son de comercio justo.
Los hay veganos, que eliminan de su composición una proteína derivada de la leche, llamada caseína, que aporta elasticidad al látex.
No obstante, conviene revisar que los elegidos cuentan con el sello de Sanidad que nos garantiza que ha pasado los controles obligatorios para que su uso sea completamente seguro. Pero cuidado, no sabemos exactamente cuánto tardan en biodegradarse por lo que sea cual sea el tipo de preservativos que compres, recuerda siempre desecharlos correctamente.
-Juguetes sexuales ecológicos. Ser ecológico y tener sexo ecológico también significa cuidar los pequeños juguetes escondidos en tus cajones. Porque sí, incluso tus juguetes sexuales pueden ayudarte a cuidar del medio ambiente. Algunos son totalmente artesanales y que se fabrican solo bajo demanda. Existen consoladores de madera, juguetes de cristal, juguetes sexuales recargables o con energía solar, ¡ya no tienes excusas!
Además son muy duraderos. Según una información de Lys, un juguete de silicona puede durar unos 10 años, mientras que uno de PVC se sitúa entre los cinco y 10, y los de látex o gelatina suelen acabar en la basura al año, ya que es el periodo de tiempo recomendado en su uso para evitar que su material poroso albergue bacterias.
-Afrodisíacos sí, pero ecológicos. Según Greenpeace, debería evitarse el consumo de ostras y mariscos como afrodisíacos para evitar contribuir a arruinar la ya escasa riqueza marina. En su lugar podemos optar por bebidas a base de guaraná, por ejemplo, que aumenta el deseo sexual.
-Lencería orgánica. Puedes apostar por lencería sexy para mantener sexo ecológico pero puedes apostar también por lencería y sábanas ecológicas y sostenibles hechas por ejemplo de fibras de bambú, algodón orgánico o lino natural.
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