Sexualidad

Sexo y estrés: así afecta tu salud mental a las relaciones sexuales

El estrés puede afectar las relaciones sexuales de varias maneras, desde la reducción del deseo sexual hasta problemas de rendimiento y afectación emocional

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Sexo y estrés: así afecta tu salud mental a las relaciones sexuales. Pixabay

El estrés es una respuesta física, mental y emocional del cuerpo a situaciones externas que son percibidas como amenazantes, desafiantes o abrumadoras. Es una reacción natural del cuerpo que puede ser provocada por diversos factores, como problemas personales, laborales, económicos, sociales, ambientales, entre otros. No siempre sentir cierto estrés es negativo, pero hay situaciones que pueden hacer que tu salud mental se vea tocada y eso puede afectar a todas las facetas de tu vida, ya sea personal, laboral e incluso sexual.

Cuando te enfrentas a una situación estresante, el cerebro percibe una amenaza y activa el sistema nervioso simpático, liberando una serie de hormonas, como el cortisol y la adrenalina. Estas hormonas desencadenan la respuesta de "lucha o huida" que nos llevan a estar estresados y sentirlo tanto a nivel físico como mental.

Puede afectar las relaciones sexuales de varias maneras, desde la reducción del deseo sexual hasta problemas de rendimiento y afectación emocional. Sin embargo, con una buena comunicación y estrategias para manejar el estrés, es posible mitigar estos efectos y mantener una vida sexual saludable y satisfactoria.

Tipos de estrés

Existen varios tipos de estrés, pero los más comunes son:

-Estrés agudo: Es una respuesta a corto plazo ante una situación inmediata o percibida como amenazante. Puede ser beneficioso en ciertas situaciones, ya que prepara al cuerpo para reaccionar rápidamente (la llamada respuesta de "lucha o huida"). Por ejemplo, sentirse estresado antes de una presentación importante o un examen puede ayudarte a estar alerta y concentrado. Sin embargo, cuando el estrés agudo es muy intenso o frecuente, puede resultar perjudicial.

El estrés puede afectar también a tus relaciones personales y sexuales.Pixabay

-Agudo episódico: Ocurre cuando una persona experimenta episodios de estrés agudo de manera frecuente. Las personas con este tipo de estrés a menudo se sienten abrumadas, ansiosas o irritables, ya que están constantemente enfrentando situaciones estresantes en su vida diaria.

-Estrés crónico: Es un tipo prolongado y persistente que puede durar semanas, meses o incluso años. El crónico puede ser resultado de problemas continuos, como dificultades económicas, un trabajo muy demandante o una relación de pareja conflictiva. Este tipo puede tener efectos perjudiciales a largo plazo para la salud física y mental.

Cómo afecta el estrés al sexo

-Disminución del deseo sexual. Suele causar una disminución del deseo sexual o libido. Cuando una persona está estresada, el cuerpo produce más cortisol, la hormona del estrés. Unos niveles elevados de cortisol pueden reducir la producción de hormonas sexuales, como la testosterona y los estrógenos, que son fundamentales para mantener un deseo sexual saludable tanto en hombres y mujeres.

-Dificultades en la excitación y el placer. Puede interferir en la capacidad de una persona para excitarse y disfrutar del sexo. La ansiedad y las preocupaciones pueden hacer que sea difícil concentrarse en el momento presente, lo cual es crucial para la excitación sexual. Además, el flujo sanguíneo a los órganos sexuales puede verse afectado, lo que puede resultar en dificultades para lograr o mantener una erección en los hombres y en una lubricación vaginal insuficiente en las mujeres.

-Cambios en el estado de ánimo. Puede causar cambios en el estado de ánimo, como irritabilidad, depresión y ansiedad. Estos cambios emocionales pueden afectar la forma en que una persona se siente acerca de su cuerpo, su autoestima y su relación en general, lo que también puede afectar su vida sexual.

-Problemas de rendimiento. El estrés y la ansiedad pueden desencadenar preocupaciones sobre el rendimiento sexual, creando un ciclo de retroalimentación negativa. Por ejemplo, los hombres pueden experimentar disfunción eréctil o eyaculación precoz debido a la ansiedad, mientras que las mujeres pueden tener dificultades para alcanzar el orgasmo. Estos problemas de rendimiento pueden aumentar la frustración y el estrés, empeorando aún más la situación.

-Aumento de la fatiga y la falta de energía. Suele estar asociado con la fatiga y la falta de energía. Sentirse cansado o agotado puede reducir la motivación para tener relaciones sexuales, ya que se percibe como una actividad que requiere esfuerzo físico y emocional.

Prueba a priorizar para combatir el estrés diario.Pixabay

-Reducción de la intimidad emocional. Puede llevar a una reducción de la intimidad emocional en una relación. Cuando una persona está estresada, puede volverse más irritable, distante o retraída, lo que puede dificultar la conexión emocional con su pareja. Esto, a su vez, puede reducir el deseo de mantener relaciones sexuales, ya que la intimidad emocional y la cercanía son factores importantes para muchas personas en el deseo sexual.

-Problemas de comunicación. Puede afectar la comunicación en una relación, haciendo que las personas se vuelvan más propensas a discutir o a evitar hablar sobre temas importantes, incluidos los relacionados con el sexo. La falta de comunicación abierta y honesta sobre los deseos, las necesidades y las preocupaciones sexuales puede llevar a malentendidos y a una menor satisfacción sexual.

-Afectación del ciclo menstrual y la fertilidad. En las mujeres, puede afectar el ciclo menstrual, provocando irregularidades o amenorrea (ausencia de menstruación), lo que también puede influir en la libido y en la salud sexual en general. En ambos sexos, puede afectar la fertilidad, lo que puede añadir más presión y ansiedad en relaciones donde se está intentando concebir.

Cómo controlar el estrés

  • Practica técnicas de relajación, como la meditación, el yoga o ejercicios de respiración. El mindfulness también es una buena opción para aprender a disfrutar del aquí y ahora y dejar a un lado las preocupaciones en determinados momentos.
  • Es importante mantener una comunicación abierta con la pareja acerca de los sentimientos, las preocupaciones y las expectativas que se tienen también a la hora de mantener relaciones sexuales.
  • Trabajar la autoestima es clave para sobrellevar cualquier problema y en la falta de deseo sexual también. Quiérete más y date algún capricho que te haga sentir bien.
  • Establece prioridades y busca tiempo para el autocuidado, el descanso y el disfrute, esto hará que te sientas más liberado y que disfrutar del sexo sea algo placentero y no algo más a incluir en tu agenda. 
  • Buscar apoyo profesional puede ser una buena idea si no logras controlar tu estrés. Puedes ir a terapia de pareja o consultar con un sexólogo si el estrés está teniendo un impacto significativo en la relación.
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