Vivir en pareja por primera vez puede suponer un gran reto vital y psicológico. No todo el mundo afronta de la misma manera la convivencia y hay que entender que convivir bajo el mismo techo tiene cosas muy positivas pero también hará que surjan algunos conflictos en la relación de pareja que hay que saber afrontar desde el minuto uno.
Podríamos decir que la primera clave para afrontar la convivencia es respetar (la palabra respeto saldrá mucho en este artículo) la individualidad del otro. Cada uno es de una manera y hay que aprender a respetar los defectos que el otro pueda tener, sin tener, obviamente, que soportar situaciones que no queramos soportar. En una pareja que convive hay que aprender a ceder en algunos momentos. Si nos empeñamos en ser siempre los que tenemos razón, terminaremos por perderla. Hoy cederás tú, mañana la otra persona.
La comunicación entre los dos miembros que viven en la misma casa es fundamental. Hablarse con cariño, escuchar al otro y que el otro nos escuche, contarse cómo ha ido el día y buscar soluciones entre los dos a posibles problemas que puedan ir surgiendo de manera común o individual, os hará más fuertes y os hará sentir más seguros de que habéis elegido a la persona correcta para compartir vuestro hogar.
Empezar una vida en común es apasionante y debe ser divertido. Compartid momentos en vuestra casa, aunque sea ver una película o preparar la cena juntos, pero también tened la libertad para pasar tiempo con otras personas, para salir, para vivir experiencias tanto los dos juntos como con otras personas o por separado.
Siete secretos para vivir feliz en pareja
El psicólogo estadounidense John Gottman, profesor emérito de Psicología en la Universidad de Washington y cuyos estudios durante más de cuatro décadas se centran en la predicción del divorcio y la estabilidad marital a través del análisis de relaciones, explica en su libro 'Siete reglas de oro para vivir en pareja' (COMPRAR) cuáles son los secretos (aunque cada relación es un mundo) que de manera general nos ayudan a tener una convivencia más feliz, sana y sencilla.
1. El mapa de amor. Según el psicólogo, las relaciones de pareja más felices cuentan con uno y lo van mejorando día a día. Se trata de un mapa que nos indica qué es lo que sabemos de la vida de nuestra pareja, sus gustos, sus miedos, lo que desea del presente y del futuro, conocer a sus personas más cercanas. Aquí aparecen también el respeto a los puntos débiles del otro, a sus flaquezas. Según Gottman, las parejas con un mapa con todos estos detalles están preparadas para cualquier desafío que aparezca en la convivencia.
2. Cultivar el cariño y la admiración. Cuando una pareja está enamorada, respeta y admira al otro. No significa que lo idealicemos, sino que veamos sus cosas buenas, sus cualidades y todo aquello que le convierten en una persona a la que amar. Aquí se suman también los recuerdos positivos al lado de la persona amada que cuentan más que los negativos. El respeto vuelve a jugar un papel clave, ya que sin él no hay relación feliz y sana. Cuando hay respeto, incluso si surgen conflictos se trata de solventarlos hablando y dejando al otro su espacio para comunicarse. El desprecio o los reproches no existen.
3. Acercarse al otro. Mantener la pasión es clave para hacer más fuerte el vínculo emocional entre dos personas que viven juntas. El psicólogo recomienda que no se pierda la llama y que se apoye al otro de manera incondicional cuando más lo necesita. Hay además que acercarse al otro de manera saludable y libre para que los conflictos no pasen de una pequeña discusión y se solucionen con comunicación y respeto.
4. Dejar que tu pareja te influya. No quiere decir que tengamos que hacer lo que el otro nos pida que hagamos, sino que escuchemos sus opiniones, que comprendamos sus necesidades y seamos flexibles. Esto por supuesto debe ser recíproco para que los dos miembros se sientan cómodos, se llegue a acuerdos que sean positivos para los dos y no haya ‘luchas de poder’.
5. Resolver los problemas solubles o que sí tienen solución. Gottman afirma en su libro que casi siete de cada diez problemas en las relaciones de pareja no tienen solución. Por eso hay que afrontar con sentido del humor los problemas que sí lo tienen o aquellos aspectos que no nos gustan del otro y aprender a convivir con ellos. Las parejas que no son capaces de afrontar juntos los problemas más difíciles, se terminarán distanciando hasta llegar a una posible ruptura.
¿Cómo se resuelve un problema soluble? Con comunicación, honestidad, escuchando sin juzgar al otro, aceptando los defectos del otro, intentando llegar a un acuerdo teniendo todos los argumentos, perdonando si fuera necesario y olvidando el rencor por cosas pasadas y siendo amable.
6. Salir de la fase del estancamiento. Si no se afrontan los problemas sin solución, las parejas suelen quedarse en una fase de estancamiento en la que se entra en un bucle de discusiones, no se llegan a acuerdos y los dos se obcecan en el mismo argumento y los conflictos son cada vez mayores. Cuando esto pasa, suele significar que hay algo que no nos hace felices o alguna expectativa que no se está cumpliendo. Para salir de ahí hay que hablar mucho con el otro pero también entender qué queremos nosotros y cuáles son nuestras expectativas en la relación. El objetivo es generar un diálogo que construya y no destruya y sea positivo para los dos.
7. Sentido de trascendencia. El psicólogo habla en este punto de crear objetivos en común que nos haga ser más que una pareja, un equipo. Se puede hacer con pequeños detalles como tener una fecha especial en la que siempre se hace una cena o en otros más importantes como apoyar al otro en sus objetivos personales e incentivarlo para que los persiga. La clave es sumar y no restar, siempre buscando la felicidad de ambos con objetivos en común.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación