Bienestar

De sidrerías por San Sebastián: arranca la temporada Txotx 2020

Ya se sabe que en el País Vasco se come de rechupete, pero ¿qué tal una escapada a San Sebastián aprovechando que arranca la temporada de sidrerías?

Vamos a abrir este melón: ¿qué sidra le gusta más, la asturiana o la vasca?  Seamos incluso, temerarios y abordemos una cuestión aún mayor, si cabe: ¿qué fue antes, la sidra vasca o la asturiana? Porque esta disputa es tan antigua como la del origen del pisco sour, por ejemplo…

Divagaciones aparte, sabemos que la sidra asturiana tiene mayor fama, pero ojo, que la vasca tiene poco que envidiar y además, visitar una sidrería vasca puede ser una experiencia de las que no se olvidan. Si no lo has hecho nunca, haznos caso y no retrases esta experiencia. Además, desde mediados de enero y hasta finales de abril arranca la temporada txotx, ¿qué es esto?

Sidrería Saizar

Desde tiempos inmemoriales, las sidrerías ofrecían al particular la oportunidad de degustar las sidras de sus diferentes kupelas (toneles) para que pudiese elegir su favorita. El procedimiento antiguo para hacerlo era abrir la kupela con un palillo (txotx). Para evitar que los usuarios saliesen muy perjudicados de las instalaciones, se dejaba a los clientes que llevasen sus cazuelas con alimentos ya cocinados y también chuletas, que se braseaban en el caserío. 

El menú, cerrado, tiene precio fijo

De esta tradición deriva la temporada txotx, de juntarse a comer y por supuesto, a beber en sidrerías al grito de ¡txotx! En muchas se come de pie y en otras, sentados en grandes mesas: el menú suele estar cerrado y tiene precio fijo y se compone de tortilla de bacalao (exquisita), bacalao frito con pimientos, por supuesto, chuleta a la brasa y de postre, queso de Idiazábal, membrillo y nueces. Como acompañamiento, toda la sidra que quiera (o pueda) beber. En definitiva, de la sidrería probablemente podrá salir rodando, algo que no será difícil en las suaves colinas de Astigarraga, localidad a solo diez minutos de San Sebastián donde podrá ir a disfrutar de este ritual no apto para los que comen poco.

También las hay en Hernani, Urnieta y Usurbil, la mayoría de sidrerías se concentra sobre todo al noreste de la provincia (puedes ver el listado completo aquí).

Un paseo por San Sebastián

Pero, evidentemente, no solo de pan vive el parroquiano y acudir a San Sebastián solo para comer sería casi sacrilegio, porque son varias las visitas que deben hacerse para tomar el pulso a esta hermosa ciudad. La siguiente ruta no tiene que hacerse en el orden que vamos a proponer, todo depende de lo lleno o vacío que se tenga el estómago. Iniciemos recorrido, por ejemplo, en la Parte Vieja: está delimitada por tres elementos, el monte Urgull, el río Urumea y la bahía de la Concha.

Txirrita Sagardotegia

Hasta 1863 estuvo delimitada también por la muralla de la ciudad. Esta zona es el embrión de la ciudad actual y pasearla es un placer: hay que ir a la Plaza de la Constitución (como curiosidad, los números de sus balcones son testimonios de la época en la que servía de coso taurino), a la iglesia de San Vicente, Basílica de Santa María y si el hambre empieza a asomar (todo en el País Vasco nos remite a la gastronomía), a la calle 31 de agosto, el paraíso de los pintxos.

No dejes de visitar la bahía de La concha

Otros enclaves a visitar son el ayuntamiento de la villa, que se inauguró como casino en 1897 y que en su día atrajo a personajes como el Sha de Persia o Mata Hari. En 1947 se convirtió en la casa consistorial. También merece la catedral del Buen Pastor, la plaza de Bilbao y el paseo de Francia.

Por supuesto, visitas ineludibles son la bahía de La Concha, estampa icono de San Sebastián, el monte Urgull y el monte Igeldo. Desde este último se disfrutan de unas espectaculares vistas de la ciudad y de la playa de La Concha. La aventura comienza en el funicular que nos lleva hasta el monte, funicular de vagones de madera que es considerado el más antiguo del País Vasco. Una vez arriba, aparte de disfrutar de las vistas, merece un paseo, sobre todo si viajas con niños, un singular parque de atracciones que supondrá un viaje al pasado: no es muy grande pero sus atracciones, unas 20, cuentan con tanta solera como el funicular. Y si todas estas visitas te han dado hambre, ya sabes lo que contábamos al principio de este recorrido: ¡txotx!

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