La tanorexia se define como una adicción obsesiva al bronceado, hasta el punto de que nunca se llega a obtener el tono de moreno deseado. Por fortuna, cada vez somos más conscientes de los peligros del sol para la piel y de la importancia de broncearse de una manera saludable utilizando protección solar.
Aun así, todavía existen muchas personas que padecen tanorexia, también conocida como adicción al bronceado. Este trastorno se identifica con un deseo compulsivo de conseguir y mantener un bronceado oscuro por lo que puede dar lugar al uso excesivo de cabinas bronceadoras, tomar el sol con aceleradores del bronceado y sin protección o utilizar productos autobronceadores de forma compulsiva.
Lo primero que hay que tener en cuenta, afirma Silvia Giralt, esteticista fundadora del Centro de Estética Silvia Giralt, es que “la tanorexia es un trastorno obsesivo que debe tratarse con psicoterapia, por lo que es necesario derivarlo a un especialista en ello”. Y es que, en efecto, las personas con tanorexia tienen una obsesión malsana con el bronceado, ya que creen que la piel bronceada es un símbolo de belleza, salud y juventud.
En este sentido, Silvia nos explica que “nosotros lo que podemos hacer es contribuir a educar al cliente la importancia de conseguir un bronceado saludable a través de tratamientos cosméticos que además contribuyan a hidratar y reparar la piel que, en la mayoría de los casos, ha sido maltratada”.
En este sentido, los centros de estética pueden ser unos de los primeros responsables a la hora de detectar este problema. Según afirma Silvia, “cuando una clienta viene con un bronceado excesivo, compra productos autobronceadores de forma compulsiva, maquillajes de tonos muy por encima de su fototipo o no se aplica protección solar, muchas veces a pesar de tener ya manchas en la piel a causa del sol, tenemos que ser responsables y dar la voz de alarma”.
Síntomas de la tanorexia
Según explican los expertos de Sanitas, la observación de las personas que tienen esta obsesión ha llevado a identificar algunos síntomas comunes:
- Su piel ha adquirido un bronceado excesivo, más allá del tono que sería normal para sus características.
- Suelen tener la piel seca y rugosa y en la cara destacan unas líneas de expresión muy marcadas, lo que denota un envejecimiento prematuro de la piel.
- Sienten que aún no están suficiente morenos y que el color de su piel es más claro de lo que debería ser.
- Las personas con tanorexia suelen sentir frustración e insatisfacción ante la insuficiencia de su tono de bronceado, aún cuando incitan a sus conocidos para ver quien consigue el tono más oscuro y se comparan constantemente con ellos.
- Están constantemente preocupados por no perder el color de su piel, por lo que frecuentan con asiduidad los centros de bronceado para utilizar las cabinas de rayos UVA. Incluso llegan a mostrar un alto grado de ansiedad al contemplar esta posibilidad, hasta el punto de perder el apetito para no perder tiempo de exposición al sol.
- La tanorexia se acompaña de efectos psicológicos secundarios, entre los que pueden nombrarse: la ansiedad o pensamientos obsesivos, entre otros.
Consecuencias de la tanorexia
Una obsesión por el bronceado descontrolado puede acarrear graves consecuencias muy graves como un aumento del riesgo de desarrollar cáncer de piel, quemaduras graves, queratitis actínicas, lesiones oculares como las cataratas o la degeneración macular, inhibición o debilitamiento del sistema inmune. A nivel estético, explica la experta que “la sobreexposición a los rayos UV puede provocar el envejecimiento prematuro y la formación de manchas oscuras en la piel”.
Un tratamiento regenerador
El tratamiento de la tanorexia debe ser psicológico, como corresponde a un trastorno obsesivo, pero en muchas ocasiones será necesario realizar un tratamiento médico de las patologías que estas personas pueden llegar a desarrollar como consecuencia en la salud de su desmedida adicción al bronceado. Conviene por lo tanto acudir también a un dermatólogo para que revise nuestra piel si la hemos sometido a una exposición solar excesiva durante un periodo largo de tiempo. En cualquier caso, como siempre recomendamos, al menos una vez al año deberíamos revisar nuestra piel.
A nivel estético, para evitar estas consecuencias existen alternativas saludables con las que conseguir sublimar el tono de la piel y potenciar el bronceado a la vez que se cuida la piel y se protege del sol. Un ejemplo es 'Cocosolis Healthy Tan Effect', un tratamiento en cabina que combina las propiedades de la línea biocosmética con ingredientes activos reparadores y un sublimador del bronceado que se adapta al tono de piel de cada cliente.
El tratamiento comienza con una evaluación de la piel a través de un diagnóstico integrativo para determinar el daño solar que existe en la piel y las necesidades específicas del cliente.
Luego se llevan a cabo una serie de pasos que incluyen exfoliación suave, que elimina las células muertas a la vez que nutre e hidrata la piel. La suave textura exfoliante de azúcar y sal proporciona una suavidad inmediata y el pomelo aporta una gran fuente de vitaminas que le ofrece energía refrescante.
Tras esto se aplica un sérum en aceite seco con acción multidireccional. El aceite de semilla de baobab orgánico, rico en ácidos grasos omega 6 + 9, tiene fuertes propiedades nutritivas, hidratantes y suavizantes, que nutren la piel seca y reparan daños causados por el sol. Una mezcla especialmente seleccionada de macadamia y aceites de uva, que contiene vitaminas, regeneran perfectamente la piel, hidratan y mejoran la elasticidad. Además, la vitamina E, llamada la “vitamina de la juventud”, ralentiza eficazmente el proceso de envejecimiento de la piel.
Para terminar, se aplica el aceite Choco Suntan & Body Oil de Cocosolis, un producto de aplicación profesional que contiene una mezcla de seis aceites orgánicos naturales y puros, enriquecidos con vitamina E natural. Ayuda a preparar la piel para el sol y a reparar los daños que se hayan podido causar por una exposición irresponsable al mismo.
El resultado final es una apariencia rejuvenecida, radiante y con un bronceado dorado, sin los riesgos asociados con la exposición solar excesiva. Sin embargo, advierte Silvia: “este tratamiento no contiene un filtro UV con protector solar, por lo que si va a haber una exposición directa a la luz solar recomiendo utilizar un producto de protección solar encima”.
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