En esta vida en la que no paramos ni un segundo y donde la tecnología es imprescindible, casi todo el mundo pasa varias horas de su día a día conectado a su smartphone. Para la mayoría de nosotros se ha convertido en un compañero indispensable que nos ayuda a buscar información, a trabajar, a entretenernos y a sentirnos conectados con el resto del mundo. Además de haber sido de mucha utilidad durante el confinamiento y la ahora de poder hablar con nuestros familiares ingresados.
De hecho, un informe de Puntronic.com sobre las horas que los españoles pasan usando su móvil reveló que, ya antes del decreto del estado de alarma, la media diaria estaba en tres horas y 15 minutos (la mitad de ese tiempo consultando redes sociales), aunque ese uso se disparó durante el confinamiento más de un 55% hasta llegar a las 5 horas y cinco minutos, una cifra que se ve incrementada entre los más jóvenes, pues en la franja va de los 16 a los 25 años, la media estaba en seis horas y 20 minutos.
¿Estás todo el día enganchado a tu teléfono móvil? ¿Te duelen los pulgares? ¿No puedes dormir o te pones muy nervioso si no puedes utilizar tu smartphone antes de ir a la cama? Es posible que sufras alguna enfermedad. Y lo cierto es que los españoles estamos destinados a sufrirlas irremediablemente. Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), un 25% de entre 18 y 64 años está enganchado a internet y cada vez depende más de las nuevas tecnologías.
Nomofobia
Este nuevo acrónimo en inglés, que surge de no-mobile-phone phobia, implica el miedo a la desconexión. ¿Sientes una especie de pánico por el hecho de que se te agote la batería, al entrar en una zona sin cobertura, el móvil de repente no responda y, sobre todo, temes salir a la calle habiéndolo olvidado en casa? Tienes un problema.
Los expertos hablan de un trastorno de ansiedad con todas sus manifestaciones (taquicardia, pensamientos obsesivos, dolor de cabeza o de estómago, estado alterado de nervios, sudores..) cuando no se puede utilizar el teléfono y que se origina porque estar permanentemente conectados con los demás produce una dependencia emocional que se manifiesta en forma de miedo irracional cuando esa comunicación no es posible temporalmente. Es más habitual que se dé en personas con una baja autoestima e inseguridad.
Tendinitis
El uso excesivo de los smartphones obliga a adoptar una posición forzada y con tensión. Y además, los dedos índices reciben una carga excesiva del móvil debido a que tienen que sujetarlo ejerciendo una fuerza equivalente a la presión de los pulgares al escribir, que produce también tendinitis en estos dedos. A esto hay que sumar los dolores de cuello, brazos y espalda que pueden producirse, debido a las posturas inadecuadas que adoptamos cuando lo usamos.
Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), un 25% de entre 18 y 64 años está enganchado a internet
Afecta especialmente a los pulgares, que son los dedos más utilizados para teclear mientras se sujeta el teléfono con las dos manos. Esta enfermedad es cada vez más frecuente en las consultas de traumatología, como antes lo ha sido la lesión del túnel metacarpiano en relación con el uso del ratón de los ordenadores.
La razón es que el manejo de estos dispositivos se realiza siempre utilizando los mismos dedos de forma continuada, en postura inadecuada y siempre en tensión, incrementa un 30% el riesgo de sufrir una tendinitis, dependiendo del tiempo que se dedique a ello.
Insomnio
Seguro que justo antes de irte a la cama revisas whatsapps, miras tus redes sociales, lees algún artículo o ves alguna serie... De hecho, ocho de cada diez españoles afirman que es lo último que hacen antes de abrazar a Morfeo. Ya deberías saber que no es una costumbre muy saludable, ya que la luz azul que emiten estos aparatos inhibe la secreción de melatonina, que es la hormona que favorece que se concilie el sueño. Y así, la somnolencia desaparece y se producen episodios de insomnio que a la larga pueden elevar el riesgo de padecer otras enfermedades y dolencias.
'Plubbing'
Has quedado con tus amigos a comer o estás tomando algo por ahí. Guardas el teléfono o lo dejas encima de la mesa y en cuanto tienes una notificación de cualquier red social lo coges para mirar qué o quién necesita de tu atención. Lo consultas y te entretienes mirando más cosas sin hacer caso a lo que realmente importa en ese momento ¿Qué está pasando? Estás menospreciando a tus acompañantes mirando el teléfono en lugar de prestarles atención.
El término plubbing hace referencia a esos momentos en los que ninguneamos o ignoramos a los demás o a nuestro entorno al estar mirando el teléfono cuando hemos quedado con ellos. Estamos, sin lugar a dudas, ante una de las señales más claras de que una persona padece una adicción al smartphone o va camino de padecerla. Además, este fenómeno puede causar aislamiento social, depresión, deterioro de las relaciones interpersonales y baja autoestima.