Más allá de las playas, el sol o las terrazas de última moda hay otra Palma de Mallorca distinta, reposada y atávica. Es esa ciudad del casco antiguo, que vive a su ritmo, formada por pequeñas callejuelas peatonales y habitualmente desconocida por el turismo de masas. Es la otra cara de la moneda que ofrece esta bonita capital balear.
Un sector importante de esta “otra Palma” es la formada por los pequeños comercios de antaño que, contra viento y marea, han permanecido a través de los años
Un atractivo turístico original y distinto que sobrevive con sus tradiciones e historia. Son, además, los testaferros de unos modos y maneras artesanos que perviven junto al trato personalizado al cliente y que dan verdadera vida a las ciudades. Anualmente, el Ayuntamiento elabora un “Catálogo de Establecimientos Emblemáticos” y éstos son algunos de ellos. Volver la vista al pasado para redescubrir el presente.
Can Joan de S'Aigo
Aunque ahora son ya tres establecimientos en la ciudad el más antiguo se encuentra en el barrio de Cort. Una preciosa chocolatería que sigue siendo punto de encuentro en la ciudad, aunque fueron sus helados artesanales los que les dieron la fama; los tienen en numerosos sabores, desde cava a albaricoque o almendra: éste último dicen que el primero que se elaboró en la isla.
Coca de patata dulce o coca de trempó en salados son otras de sus especialidades. En las tardes de verano es una buena idea sentarse en alguna de sus mesas para disfrutar del siempre animado ambiente.
C/ Carrer de Can Sanc, 10.
Mimbrería Vidal
Ya es la tercera generación de la familia Vidal la que regenta esta recoleta tienda en el casco antiguo de Palma, donde encontrar capazos de palmito, cestas, sombreros, sillas… o cortinas de malla de algodón y macramé. Inaugurada en 1955, son ya sesenta y cuatro años elaborando artesanalmente productos de mimbre y esparto de todo tipo. Perfecta para regalos.
C/ Carrer de la Corderia, 13. https://www.mimbreriavidal.com/
El Forn de la Glòria
Llonguets (panes típicos de Baleares), empanadas, pasteles y, desde luego la tradicional ensaimada hecha según receta propia; hojaldradita, crujiente, tierna… Pura artesanía detrás de los sencillos escaparates de este antiguo ‘forn’ con más de cien años- se cree que data de 1717-, regentado hoy por Xisca y Sebastiá Camps.
Con guiños modernistas en la decoración y horno antiguo donde se hacen lentamente todas sus especialidades, fue su padre quien trabajó en el establecimiento y se lo compró al propietario. Hoy los dos hermanos continúan el oficio paterno en este local singular.
C/ Forn de la Gloria, 7.
Rellotgería Catalana
Una relojería archifamosa en la ciudad heredada por Juan Serra, quien la regenta actualmente y profesional que lleva desde su infancia en el mundo de los relojes. Le enseñó su progenitor y aún hoy, él sigue utilizando sus antiguas herramientas de trabajo. Un local sencillo donde llevar a reparar los relojes o bien para adquirirlos nuevos, tanto de estilo clásico como más moderno. Y, ante todo, una profesionalidad demostrada durante más de cincuenta años.
C/ Carrer de la Cordería, 26.
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