No sabes por qué de repente tienes hipo. Estás hablando tan tranquilamente con alguien e ¡hic!, no puedes parar de ¡hic! tener esa sensación que ¡hic! entorpece cualquier momento y se vuelve muy molesta. No es la primera vez que lo tienes y no te sorprende absolutamente nada pero estas contracciones sincrónicas e involuntarias del diafragma y los músculos intercostales son verdaderamente incómodas.
Si generalmente suele desaparecer a los pocos minutos por sí solo, el motivo por el que estos espasmos van acompañados de un característico sonido es porque al haber una repentina inspiración del aire, la glotis, que que es la abertura entre las cuerdas vocales que se encarga de parar el flujo de aire a los pulmones, se cierra.
Aunque no hay muchos estudios que evalúen la efectividad de los diferentes remedios para deshacerse de esta molestia, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades y el Servicio Nacional de Salud Británico (NHS) ha elaborado un listado con algunos que parecen funcionar. Y es que verdaderamente el hipo no es una afección médica, sino un síntoma que provoca tensiones en la garganta, el abdomen o el pecho.
Las causas de tener hipo
La Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) clasifica el hipo en tres clases según su duración. Agudo, que es el más común y se quita en menos de 48 horas; persistente, con posibilidad de que se prolongue hasta un mes e intratable, que puede superar los dos meses sin que aparezca ninguna solución.
Aunque estos espamos pueden aparecer sin razones aparentes, lo cierto es que los desencadenantes más comunes tienen que ver con la alimentación. De hecho, lo normal es que haya algún factor que altere o irrite el correcto funcionamiento del diafragma como tomar comidas muy calientes o picantes, la demasiada ingesta de bebidas carbonatadas, el abuso de alcohol, la presencia de sustancias nocivas que perjudiquen el tracto respiratorio y el estómago e incluso o comer muy rápido o en exceso.
También podrías tener hipo debido a algún tipo de estrés emocional, por cambios repentinos de temperatura o simplemente porque al mascar chicle o tomar un caramelo hayas estado tragando aire. Además, y aunque en menor medida, en los casos en los que se alarga en el tiempo puede estar causado por el daño o la irritación de los nervios vagos o frénicos, que sirven al músculo del diafragma, al haber un quiste, al tener reflujo o por una laringitis.
Para que lo sepas, los hombres tienen mayores probabilidades de desarrollarlo a largo plazo que las mujeres y existen algunos factores de riesgo como el estrés, la ansiedad, la sobreexcitación e incluso algunas cirugías abdominales con anestesia general que pueden provocarlo. ¿Cuándo se convierte en un verdadero problema? Cuando su duración interfiere en la curación de heridas internas o cuando se entorpece demasiado el sueño o la ingestas de alimentos.
¿Síntoma de coronavirus?
Aunque todavía es pronto para confirmarlo, comienzan a realizarse algunos informes en los que se aseguran que el hipo podría ser un síntoma raro de la Covid-19. De hecho, el pasado 2020 un estudio reveló el caso de un hombre de 64 años que acudió a consulta con estos espasmos como única señal de la enfermedad.
Tras 72 horas padeciendo hipo visitó la consulta médica y se le realizaron análisis de sangre y placas pulmonares que revelaron evidencia de infección en el órgano respiratorio y en el bajo nivel de sus glóbulos blancos. Las pruebas de seguimiento secundaron entonces un diagnóstico positivo de coronavirus.
Pero no es el único caso. Otra investigación aseguró que un hombre de 62 años que había tenido hipo durante cuatro días reflejó en las pruebas adicionales de su ingreso cómo los resultados eran similares en sus pulmones, así como niveles bajos de glóbulos blancos y plaquetas. Nuevamente, las pruebas de la Covid-19 confirmaron un diagnóstico positivo.
Puntos de presión
Poca gente sabe que existen algunos puntos de presión que suelen detener el hipo instantáneamente. Coloca tu dedo en el surco nasolabial (la zona que hay entre la mitad de la parte superior del labio y la parte inferior de la nariz) y aprieta tan fuerte como puedas empujando hacia los dientes. Mantén la intensidad durante aproximadamente 30 segundos antes de soltar.
Otro truco tiene que ver con tu esternón (para el que no lo sepa es el hueso que está en medio de las costillas). Ve a su terminación inferior y aplica mucha presión con la yema del dedo justo en la parte de abajo del hueso durante 20 o 30 segundos.
Juega con la respiración
La mayoría de las veces el hipo se quita sin tratamiento alguno (aunque si llevas mucho tiempo con él lo mejor que puedes hacer es acudir al médico para descubrir la causa subyacente), pero para deshacerte de esos espasmos involuntarios que tanto te molestan existen algunos trucos que puedes probar.
Para empezar toma una dieta equilibrada, elimina el picante y no bebas mucho alcohol. A partir de eso, si quieres quitarte los ¡hic!, ¡hic! momentáneos puedes primero intentar a inhalar aire tantas veces como sea posible y tragar saliva sin que ese aire se escape. Hazlo tantas veces como puedas y no desistas aunque parezca difícil.
Llegará un punto en el que no puedas tragar más la saliva, ahí es cuando debes soltar el aire por la nariz, lo que hará que se restablezca tu respiración. Si después de esto persiste, puedes probar la técnica de la exhalación, la que seguro has probado desde que eras muy pequeño.
Coge la mayor cantidad de aire en tus pulmones y contén la respiración y cuando puedas más ve soltándolo poco a poco y repítelo durante 20-30 segundos. Sin embargo, si todavía persiste, después de inhalar y exhalar, respirando profundamente y mantenerlo ahí. Después tapa tus oídos y cierra la boca usando las manos. Ahora mueve el diafragma hacia arriba y hacia abajo y luego echa el aire en cuanto sientas que el hipo desaparece.
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